Presa de ti ©

Capítulo 30

Ian

-Vamos otra y ya.

Le acerqué la cuchara, negó e hizo su cara hacía un lado.

James: dile que vas a comprarle una muñeca.

Suspiro y subo la vista a mi gatita, ella no pudo convencerla de comer verduras, Leila quiere irse ya, pero no la dejo.

-Te compro una muñeca si comes.

-No, quiero ir a jugar.

-¿Un helado? - sonreí aliviado cuando me regreso la sonrisa, logre meterle la cuchara - ¿Ves?, todo se de...

No es cierto.

-Leila - pronuncio con advertencia, limpio mi cara y agarro otra cucharada de comida.

-¡No quiero! - manotea la cuchara, la comida cae a la mesa, se quiere parar y actuo rápido tomando su brazo.

-Sientate y termina tus vegetales.

-¡No!

Quebro mi paciencia, la iba a tomar de la cara y obligarla a comerlo, pero su berrinche fue patalear y enojada porqué no la dejaba irse tiro el plato al piso.

Semiabrí la boca sorprendido, deje la cuchara sobre la mesa y me pare. Corrí la silla donde esta Leila sentada y cruzada de brazos.

Empecé a desabrochar el cinturón y mire hacía Hannah.

-¿Qué haces? - ladee la cabeza incrédulo, esto merece un castigo.

-No pises la comida, cariño.

Margarita habblo desde el piso, alertandome de que Leila se iba.

-¡Leila, no te vayas! - di una zancada larga, tome una de sus trenzas y jale.

Chillo a lo que me importo muy poco. La hice que se diera la vuelta, el cinturón ya hubiera impactado en sus nalgas sino fuera porque metieron una mano.

Escuche una maldición.

James: suelta a Leila.

No.

Luke: Ian...

Los bloquee, me gire con Hannah que sostenía su mano y una mueca en la cara.

- Dejala monstruo, son vegetales ya...

- Si no se castiga lo volverá hacer - interrumpí enojado, Leila lloraba por mí agarre en su hombro.

- Mami, me duele.

- Ian...

- ¡Callate!, se le va a castigar y punto.

Se enojó, empuña sus manos y quizo agarrar a Leila. Con mi brazo la aleje con fuerza, su cuerpo tambalea y no espere más.

- ¡Ahh!

- ¡No le pegues! - sentí que me empujó, bueno lo intenta porqué no logro moverme.

- Es educación, Hannah.

- ¡Yo puedo tocarla tú no!

Le inserte una bofetada que la tomo desprevenida y fue a dar al piso. La cabeza me empezo a doler, gruñí y me enfurecio más cuando Leila me mordió.

- ¡Mami! - gritó fuerte, deje caer nuevamente en el cinturón.

- Señor...

- ¡No te metas! - rugí, solté a Leila que fue hecha un mar de lagrimas a Margarita.

La cargó y corrió fuera de mi vista, respire hondo tratando de tranquilizarme. Mis sienes en cualquier explotan.

Mientras Hannah se recuperaba agarrándose de la pared, volví a ponerme el cinturón.

Una vez acomodado cerre los ojos, me siento un poco mareado.

- Eres un monstruo - escuche claramente su murmuro, abrí de golpe los ojos.

Mi gatita caminaba dándome la espalda, mire su mano hinchada y roja, sonreí avanzando hacía ella.

Nunca le des la espalda a tu enemigo.

La tome de sorpresa, empuje con ambas manos sus hombros, chocó con la pared. Acorrale su cuerpo y por puro placer le tome la mano apretandola.

- Ahh

Se quejó bajo, con la otra mano agarre su mandíbula obligándola a verme.

- Necesito ir a ver...

- Callate - dije entre dientes e irritado.

Me quieren quitar el control, pero no pueden, menos si tengo a centímetros a mí fuente de poder.

- ¿Por qué le pegaste? Te dije que a ellos no.

Ignore su voz quebrada, la acerqué más  a mí y la bese con rudeza, estaba tan concentrado torturando con mis dientes sus carnosos labios que baje el bloqueo por las pulsaciones frustrantes  y me fui.

La oscuridad me tragó en segundos.

Solte su labio, la rodee con mis brazos por su cuello.

- Ya, tranquila. Soy Ethan.

Ella me abraza con fuerza, acaricie su espalda y le bese la cabeza.

- Le pego Ethan, le pego a mi niña.

- Shh...se lo que hizo, lo vi y sentí horrible - confese, solo ver la carita de horror mi princesa.

Me destrozo.

- Necesito ir a verla.

- Vamos - tome su mano que sacudió.

Frunzo el ceño hasta que la mire, una fea, hinchada y roja mano.

Mierda.

Subimos las escaleras de dos en dos, al llegar a la segunda planta los llantos se hicieron más audibles.

Mi pecho se imprimió, camine rápidamente llegando a su cuarto.

Pase primero, las miradas de Leila y Margarita cayeron en mí.

Di un paso, pero notar como se escondió mi princesa entre los brazos de Margarita me hizo quedarme estático.

Hannah si se acercó por completo, cargandola y abrazando su pequeño cuerpo. El llanto se detuvo minutos más tarde, casi quedando dormida en los brazos de su madre.

- Ocupo revisarte, mi amor. Vamos a pararnos.

Lo hicieron, mantuve distancia prudente. Al ver las marcas del cinturón en sus nalgas y más abajo, quise regresar a Ian de la oscuridad y destruirlo de una vez por todas.

Pero no es el momento, estoy débil por su culpa, ganarme sería fácil.

- Mami me duele.

- Lo sé cariño, ¿Puedes traerme la pomada? - le pidió a Margarita, esta se levanta de la cama y se va por la puerta que da a nuestro cuarto.

- Yo...iré arriba - avise a Hannah, asintió y mire a Leila directo - Papá lo siente pequeña, perdón ¿Si?

Dejo de verme, suspire y me fui de ahí.

Mis chicos estaban viendo una película de robots con fuerte volumen, me senté en el sillón a lado de Sebas y le quite el control de sus piernas para bajarle.

- ¿Pa'?

- Dime - mi voz sono apagada, me siento horrible.

- ¿Y Leila? - lo mire de reojo, Alex me mira preocupado.

- ¿Por qué preguntas? Está con su nana. 

- Es que me duele los muslos, por atrás y no sé por qué la calabaza se me vino a la mente.

- Ella...- ¿Ahora qué digo?, vamos piensa - Creo que se cayó de trasero al hacer un berrinche en la mesa por no comer sus vegetales.




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