ASHTON🍂
Me encontraba tocando la guitarra en la cama. Apuntaba algunos acordes que se me ocurrían y fluían. Eran las 9pm cuando escucho el claxon del auto de algunos de los chicos. Dejo la guitarra en la esquina de siempre, cojo la chaqueta que estaba en la silla y salgo de la habitación.
—Cariño ¿A qué hora vuelves? —pregunta mi madre.
Ella se encontraba subiendo las escaleras mientras que yo bajaba.
—No lo sé, pero no te preocupes. —le di beso en la frente y me fui.
Sali de casa y ahí estaban esperándome. Me acerco hasta el auto y subo en el asiento del copiloto.
—Bonita casa —dice Joe
Yo solo asiento y Nath empieza a manejar el auto. En el trayecto los chicos me hablaban un poco sobre la universidad. Me contaron como Savard los escogió y que ni siquiera fue como una audición. Una de las más graciosas fue de Henry, él dice que estudiaba química al principio, y un día sin querer se equivocó de salón y fue donde encontró un bajo en ese salón. Decía que su pasatiempo era tocar, porque sus padres no querían que se dedicara a eso. Pero cuando Savard lo escucho, le planteo la idea de crear una banda. Y a él le gusto, obviamente sus padres dijeron que «no» pero al pasar el tiempo se dieron cuenta que tenía una buena habilidad.
En el caso de Joe, el tocaba la batería desde los 12 años. Decía que siempre se presentaba en su escuela cuando era niño, pero nunca nadie se dio cuenta que tocaba muy bien a esa edad. Cuando ingreso a la universidad no supo a que dedicarse, pero un día Savard le pidió ayuda llevando instrumentos el día que Joe había tomado la decisión de querer estudiar medicina como su madre. Pero felizmente Savard lo encontró y lo obligo a tocar, porque Joe se reusaba, pero cuando Savard le dijo que era muy bueno y le hablo sobre conformar una banda, él no lo dudo y acepto. Hasta ese momento eran solo Henry y Joe.
Finalmente, Nath no quiso contar mucho, pero lo poco que escuche de ella fue que Savard la encontró cantando en bares, ya que sus padres no podían pagarle una escuela de canto. Así que ella se las arregló, pero lo que ganaba no suficiente hasta que Savard lo encontró. Y ella no le creyó sobre la propuesta que le dio Savard, pero cuando la presento con Joe y Henry, supo que se llevarían bien. Ella logro encontrar una beca en la universidad y así puedo entrar en la banda. Y bueno…Yo fui el único que dio una audición, para estar en la banda.
Llegamos a la fiesta de un tal Will. Cuando bajamos del auto mucha gente los conocía, porque la banda ya llevaba conformada por un año, y era conocida en la universidad y más por el maestro Savard. La gente comienza a saludarnos y eso hace que mi ego suba un 50%.
Cuando entrabamos por la puerta principal me di cuenta que estaba sonando Cake By The Ocean. Alzo la mirada para poder apreciar esta casa grande donde me encontraba. Pero choque la mirada con la chica que había arruinado mi audición. Sonreí cuando la vi, pero ella solo dirigió su mirada a otro lado y supe que yo le desagradaba. Sí, yo era como un terrible mosquito.
Nos dirigimos hacia la cocina por un poco de alcohol. Mientras nos pusimos hablar con unas de las personas que preguntaba «cuando tocaran todos juntos». Yo seguí buscando con la mirada a la chica que arruino mi audición. Ya había bebido un poco cuando los chicos fueron a bailar, yo me quede en una esquina viéndolos con Nath.
—Pobre, parece que necesita ayuda. —dice Nath.
Ella está viendo hacia la cocina y veo a una chica tratando de alcanzar la botella de agua que está en la gaveta de arriba, ella se empina, pero no logra alcanzar. Desde aquí se ve muy pequeña.
Voy hacia allá y me doy cuenta que es «ella». Tampoco sería tan orgulloso de no ayudarla y quedarme así. Entonces me acerco, logro coger una botella y ella se da cuenta y voltea rápidamente asustada. Bajo mi brazo hasta el lado de su cabeza y me acerco para hablarle, pero veo que cierra los ojos y me voy dando cuenta de lo que pasa por su cabeza.
—¿Porque bebes agua en una fiesta? —bromeé.
Me empuja con el hombro para salir de mí. Me giro y ella se pone al frente mío apoyándose en la mesa de ahí.
—Porque no me gusta beber alcohol—dijo.
—Eso puede ser obvio, pero debe haber una razón. Todo tiene una razón. —dije llevándome el vaso rojo que tiene en la mano para beberlo.
—Para todo no hay una razón —dice saliendo de la cocina.
Trato ir detrás de ella, pero Henry llega hasta mí.
—Oye, ¿quieres jugar? —me señala a la gente que está haciendo un círculo y me doy cuenta de que juego es.
—Eh…Luego. —le digo y me escabullo entre la gente para encontrarla.
No sé cuántas puertas tiene esta casa y sin querer entro a algunas donde algunas parejas se encontraban besuqueándose y no quiero saber quién limpiara ese mueble donde una pareja lo estaba haciendo como si nada.
Trato de borrar esas cosas de mi cabeza luego de ver eso, hasta que mi última opción es el patio de la casa. La veo sentada en una de los columpios, veía su móvil. Llevaba un vestido verde y como siempre, llevaba esas botas que la hacían ver más pequeñita.
Me acerco hasta ella y me siento en el columpio del costado.
—¿Qué haces afuera? —pregunte meciéndome un poco en el columpio.
—¿Haces muchas preguntas no crees? —Suspiro hondo mirándome.
—Y quisiera que respondieras algunas —insistí.
—¿Por qué? —Frunció el ceño.
—Porque me arruinaste la audición ¿lo recuerdas? —proteste.
Quería decirle de porque había hecho esa escena el día de mi audición. Pero ella se levantó rápidamente del columpio, pero la tome del brazo.
—¿Porque escapas?
—No estoy escapando. Acaso no tengo derecho de no querer escucharte. —ella se soltó de mi agarre
Siguió con su camino, pero mis pies se movieron solos hasta ella, y me puse al frente.