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Lìān, durante su estancia en la educación secundaria, pasaba su tiempo en soledad, observado por todos los demás chicos de la misma escuela. Se le veía siempre con un semblante serio, uno que podía distinguirse también como triste, y era muy común que lo llevará así siempre.
El joven, que se destacaba ya por su enorme genio, practicaba basketball después de clases, y las personas que jugaban con él eran las únicas que parecían tener una relación con el muchacho, aunque no parecía del todo cercana a como se percataban los demás.
—Dicen que no tiene un sólo amigo.
—¡Qué tontería! ¿Cómo se puede ser tan apuesto, atlético e inteligente y a la vez tan apático y antisocial?
—Está en mi grupo y a veces ni a los lǎoshī contesta —mencionaban algunos de los alumnos, mismos que eran escuchados por el prodigio.
No obstante, aquello le importaba poco a Lìān, estaba más concentrado en hacer las cosas lo mejor posible para tener su vida más cómoda, para que su madre y su abuela no lo molestaran como solían hacerlo, aunque la segunda parecía nunca estar satisfecha y buscaba fallas por más pequeñas que fueran. Lo gracioso es que había una enorme difícil de ver.
—¡Hey! ¿Estás disponible para ir a cenar, Wú Lìān? —preguntó un chico alto de tez aperlada, cuerpo atlético y ojos verdes, mismo que se acercó al prodigio después de la práctica de basketball. Aquel parecía estar más familiarizado con hablarle a Lìān, mismo que apenas y le respondió sin voltearlo a ver a la cara.
—Sí, está bien. No tengo nada mejor qué hacer —contestó el chico para luego tomar sus cosas e ir al vestidor, donde tomó una ducha sin problemas al lado de sus compañeros. Todos se llevaban muy bien, se empujaban y jugueteaban en el sitio, lo que llevaba a entender que tenían una relación estrecha, mientras que Lìān los ignoraba, casi en una esquina.
Al estar alistado, el muchacho esperó afuera a su amigo. Éste, al final, salió del lugar, preparado para llevarse consigo a su compañero de deporte.
—¿A dónde iremos?
—Hay una BBQ de Tàiguó que me gustaría probar. Dicen que la comida de ahí sabe deliciosa —respondió el joven animoso, para luego Lìān girar los ojos y seguirlo.
Durante el recorrido en las calles, habló más el sujeto misterioso, hasta que dieron con el dichoso restaurante. Aquel poseía mesas de madera alrededor de un puesto de comida callejero, aunque estaban los alrededores decorados con líneas de luces un tanto lindas, detalle que generó una leve sonrisa en el rostro de Lìān.
Al sentarse, los jóvenes pidieron varios cortes de carne y una parrilla portátil eléctrica fue encendida en una parte de la mesa, mientras colocaban los pedidos alrededor y los chicos se preparaban a calentar sus alimentos.
La noche transcurrió, y los jóvenes platicaron casi sólo de deporte o sobre los exámenes que estaban cerca de llegar, hasta que una notificación llegó al móvil del mayor, cosa que lo impresionó, ya que hizo un sonido ahogado mientras masticaba y levantó las cejas en señal de ser algo sin precedentes.
—¿Ya viste? Jì hān hān áng acaba de actualizar que, si alcanza los cien mil seguidores, va a revelar de qué chico está enamorado y se le va a confesar en un directo —comentó el sujeto emocionado, algo que no impresionó en lo más mínimo al que tenía en frente.
—¿Le falta mucho?
—Sólo le faltan doscientos para eso —mencionó impresionado el deportista, cosa que llamó la atención de Lìān—. Me sorprende que no lo hayan expulsado de la escuela después de decir que es tóngxìngliàn zhè.
—Nadie puede hacer algo así tan abiertamente en estos tiempos. Lo que sí es que, a pesar de ser tan popular, dǒuyín no le da tanto dinero, y prácticamente es ignorado por los profesores en el colegio. ¿No te das cuenta? —preguntó serio el chico a su amigo, algo que lo dejó pensando un momento.
—Tienes razón. Entonces es sólo suicidio social, ¿no?
—¿Sólo, Zhǎng Jìgōng gēgē? —cuestionó molesto, algo que impresionó un poco a Jìgōng.
—¿Pero qué…?
—De no ser por su gran popularidad en dǒuyín, en estos momentos estaría prácticamente desaparecido del mapa. No lo expulsaron por eso mismo, ya tiene los ojos de la gente encima. Es más complicado de lo que parece.
—¿Cómo lo sabes? —Esto hizo detenerse de comer a Lìān, con la mirada baja, sin saber qué responder.
—Alguien cercano es como él. —Ambos continuaron comiendo sin más. Pasaron del tema y la velada se volvió más amena, aunque en la mente de Lìān el tema seguía circulando una y otra vez sin detenerse.
…
Luego de despedirse, todos los chicos, excepto Xiāohuàn, se fueron a sus dormitorios, mientras que el antes mencionado y Kit caminaron hasta el que pertenecía a las chicas, lo que les dio la oportunidad de conversar un poco entre ellos.
—Zhào Xiāohuàn. Tengo una pregunta, si es que no te incomoda —propuso la chica, algo que extrañó un poco al joven de semblante serio, para luego sonreír un poco y responder.
—Adelante, Kit. Soy todo oídos.
—¿Cha Ha-Joon ha ido a buscarte? —preguntó la joven, cosa que extrañó bastante al chico, volteado ahora a ver a la joven—. Lo sabía, también estuvo hostigándote.
—Sí, ciertamente. Me fue a preguntar que si me había unido a alguna actividad extracurricular.
—¿Qué respondiste?
—La verdad. Eso le alegró un poco.
—Entonces no vas a hacer otra cosa más que atender clases.
—Exacto —contestó alegre el chico, continuada la conversación por Kit.
—Cuando le dije que pensaba unirme al equipo de Shén míng de zhàn luàn se burló de mí. Me dijo justo lo que pasó, que, aunque ganara, no me iban a aceptar. Que lo mejor era seguir estudiando y, tal vez, podría quedar en tercero. Supongo que el muy tonto ya te había buscado y asume que tú y él quedarán en los primeros puestos.
—Creo que así fue —concluyó el muchacho, para pronto ver hacia el suelo y pensar un poco en aquello—. ¿Crees que también fue a ver a Wú Lìān y Yáng Héngwǔ?