Vigésima Quinta Pregunta: ¿Quiebre?

La noche estaba ya cubriendo gran parte del campus, algo que sin dudas fue de beneficio para Héngwǔ y Lìān, quienes estaban cerca de la entrada de la facultad de medicina, la cual se hallaba algo desolada por el momento.

El ingeniero, quien era el que sostenía a Héngwǔ, no sabía qué decir o hacer, pues el chico de rojo no dejaba de llorar y había perdido toda la fuerza de sus piernas, tanto así que estaba ya cayéndose al suelo sin que el propio Lìān pudiera evitarlo. Mas aquel no cedió de sostenerlo y, junto con el chico, cayó de rodillas en el piso, donde más tranquilo rodeó con sus brazos al muchacho, ocultándolo de todos en su pecho.

Lìān no quería decir nada. No tenía idea de qué palabras pudieran ayudar al joven a recuperarse, aunque sea un poco para poder tan siquiera irse de ahí. Lo único que pudo hacer es no soltarlo y acariciar su cabello y espalda mientras todo pasaba, a la par que sentía las uñas de Héngwǔ encajarse en su cuerpo por todo el dolor que el joven experimentaba. Esto no fue problema para el chico de azul. No se quejó, no hizo ruidos, tan sólo apretó el semblante y respiró profundo.

La noche por fin llegó y la oscuridad cubrió todo. Los muchachos, extrañados por la desaparición de Lìān y Héngwǔ trataron de contactarlos llamándolos a sus móviles, mas no hubo respuesta de ninguno de los dos. Hānáng no entendía qué habría pasado para que su amigo no regresara, menos porque ahí estaba Xiāohuàn, pero lo conocía, y aseguró a todos que, sin lugar a dudas, el chico no había regresado porque algo muy importante pasó, y que no sería capaz de pelearse a golpeas con Héngwǔ, pues eso teorizó Xīnzuò como posibilidad, algo que enojó un poco al chico de rosa.

Xiāohuàn, quien se veía inquieto, habló con Hānáng en privado y expresó su preocupación, mas el joven le aseguro que todo estaría bien y que al día siguiente seguro les explicarían lo sucedido. El medico accedió y todos regresaron a sus respectivos departamentos caminando, pues Lìān no estaba presente.

A la par de esto, Héngwǔ pareció tranquilizarse, lo que le dio pauta al joven de ingeniería para separarse de él lento y verlo al rostro, aunque el matemático tenía la mirada perdida de momento.

 —Yáng Héngwǔ, tenemos que irnos de aquí. Ya es tarde, vamos a casa —dijo con una voz baja y tierna el ingeniero, cosa que Héngwǔ respondió con un simple movimiento de cabeza afirmativo que hizo luego de haber derramado más lágrimas y apretar los labios.

Con la ayuda de Lìān, Héngwǔ se puso de pie, aunque temblaba mucho y parecía no tener nada de fuerza. Por ello, el chico más alto colocó uno de sus brazos sobre sus hombros y lo sujeto de la cintura para llevárselo hasta el edificio donde vivían, cosa que resultó por unos cuantos minutos. Por desgracia, luego de avanzar, Héngwǔ volvió a romper en llanto fuerte y se cayó, evitando que llegara al piso Lìān, pues lo tenía bien sujeto.

Gracias a eso último, el chico de azul, sin decir nada, tomó a Héngwǔ en sus brazos, cargándolo desde la espalda con un brazo y las piernas con el otro, para llevárselo a su destino, tensando cada musculo del joven, mismo que hacia un esfuerzo enorme por caminar con el chico en brazos mientras lloraba y ocultaba su cara en el pecho del chico que lo sostenía.

A poco de llegar, Lìān cayó al suelo sobre una rodilla, muy exhausto, cosa que vio Héngwǔ, por lo que intentó pararse, mas el chico de azul notó que seguía temblando, así que lo tomó del brazo, y cuando el matemático volteó, vio cómo el ingeniero se había puesto en cuclillas dándole la espalda y colocó su mano por encima de su cintura, indicándole que lo llevaría cargando esta vez por detrás.

El muchacho, apenado, no decía nada y sólo miró al suelo, a lo que fue notado por Lìān de momento.

—Vamos, no te preocupes. Puedo llevarte hasta arriba así. Déjame ayudarte, por favor, Yáng Héngwǔ. Permíteme serte útil en este momento, aunque sea de esta manera. —Las palabras del chico ablandaron el corazón del joven con anteojos, mismo que caminó y trepó la espalda del otro, sosteniendo sus piernas Lìān y caminando para el edificio siendo abrazado por detrás de su cuello por un Héngwǔ más tranquilo.

Los chicos que estaban cerca vieron la escena y preguntaron por el matemático, pues se veía de verdad mal y trataba de ocultar las lágrimas al hundir su rostro en los hombros de Lìān, defendido por este mismo al decirle a los demás que sólo tropezó.

Con mucho esfuerzo, ambos tomaron el elevador y llegaron hasta la entrada de la habitación de Lìān, para pronto descender Héngwǔ de su espalda mientras el de azul trataba de abrir su puerta.

Al estar ya de pie, el joven de rojo caminó a paso lento para su habitación, mas fue detenido por el alto, cosa que le extrañó de momento.

—Espera, por favor. Quédate aquí conmigo un momento. No es bueno que estés solo —pidió amable Lìān, algo que hizo a Héngwǔ derramar más lágrimas y hablar con una voz quebrada y lastimosa.

—我会没事儿的 (Wǒ huì méishì er de)[Estaré bien], Wú Lìān. Xièxiè —mencionó el chico sin siquiera voltear, para luego abrir Lìān con su mano libre la puerta de su cuarto e insistir.

—Yo sé que estarás bien. Eres un chico fuerte y te daré tu espacio si de verdad crees que estarás mejor solo. Te invito a tener compañía en este horrible momento, Yáng Héngwǔ. —Las palabras del joven hicieron que el de rojo lo mirara con un rostro lleno de tristeza y lágrimas, para luego sonreírle tierno Lìān e invitarlo a pasar.

Al final, Héngwǔ accedió y entró a la habitación del ingeniero. Ahí, el chico notó que el departamento era idéntico al de él, sólo que tenía adornos diferentes, posters de equipos de basketball, figuras de acción coleccionables de animaciones, discos de música de grupos que no conocía y mucha ropa que estaba ordenada a la perfección y lista para ser puesta en cajones, además que todo se veía muy limpio.

—Por favor, siéntate —invitó Lìān al chico, llevándolo de la mano hasta el sofá—. Déjame traerte algo para beber. ¿Quieres leche, té, agua, café, refresco? Lo que sea —ofreció el alto, tardando la respuesta en llegarle.