Amelie Parks 26 de agosto de 2018
Me despierto por el hermoso sol que entra por mi ventana y el canto de los lindos pajaritos, noten el sarcasmo. En realidad me desperté por los golpes en la puerta y las llamadas insistentes de mi madre.
Se supone que en dos semanas me iré a la universidad, por lo que mis padres creyeron que era buena idea organizar una fiesta, la cual es hoy.
Por eso mi madre está más que preocupada de que algo salga mal, lo cual dudo, siempre logran hacer las mejores fiestas.
— AMELIE ELIZABETH PARKS COLINS SI NO TE LEVANTAS EN ESTE INSTANTE TE QUEDAS SIN DESAYUNAR — Qué!!, debe de ser broma ¿no?. — Y HABLO MUY EN SERIO — como me puede hacer esto es injusto.
Suelto un bufido y me levanto de la cama.
— Estoy despierta madre, solo estaba pensando — me excuse, mientras abría la puerta. Ella me mira con una mirada tranquila y su sonrisa habitual.
— Buen día hija — dice con una sonrisa, mientras entra y abre las cortinas. — No deberías dormir tanto te hará mal — dice, haciendo que ruede los ojos.
— Buen día madre, como dije ni dormía estaba pensando en el asunto de la universidad y la familia — al terminar la frase la noté tensa, como todas las otras veces que hablábamos de la familia de mi padre.
— ¿Y qué pensabas? — preguntó en un susurro.
— En el hecho que no recuerdo a nadie — me parecía raro ese hecho, más cuando mi padre comentó que les gustaría volver a verme.
Me parecía muy raro el asunto, por dios quien no recordaba a su familia y más aún cuando todos parecían muy interesados en volver a verte. Que se supone que les diga "lo siento no recuerdo a nadie", sería algo muy vergonzoso.
La verdad es que no recuerdo mucho de cuando era niña y eso es muy molesto, cómo sabré en quien confiar. Mis pensamientos fueron interrumpidos por lo que estaba diciendo mi madre.
— Es totalmente normal, después de todo solo tenías doce años cuando nos mudamos — parecía estar inquieta y sus ojos me miraban con una mirada que en su momento no supe descifrar.
— Si pero de todos modos se me hace raro, ¿no me ocurrió nada cuando era niña? — pregunté para sacarme la duda.
— No, claro que no — solo asentí, no muy convencida. — Te cuidaba mucho, sobre todo porque eras, o más bien eres muy curiosa — comento riéndose, asentí restándole importancia al asunto.
— Bien, iré a ducharme —.
— Cuando termines baja a desayunar —.
— Claro, madre — asintió con la cabeza, mientras salía de la puerta. Solté un suspiro al ver que ya no estaba, me dirigí a la ducha luego de buscar la ropa que me pondría.
Salí de bañarme con solo mi ropa interior puesta, pues era costumbre dejar todo sobre la cama y venir a vestirme en mi habitación en vez de en el baño.
Agarré mi ropa y comencé a vestirme con una falda negra, un jersey y unas pantis del mismo color que la falda. Luego me maquillo naturalmente y me peino el pelo.
La vestimenta que llevaba combinaba bastante bien con mi cabello negro largo y mis ojos miel verdosos, además de que el maquillaje le daba un toque más natural.
Me observe una vez más en el espejo y luego comencé a bajar a desayunar, mientras bajaba vi a personas que iban de aquí para allá muy apresurados.
< Este día va a ser largo > pensé y solté un suspiro.
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Me encontraba en el jardín jugando con Rogelio, mi hurón. Cuando escuché que me llamaban.
— Señorita Parks, su padre la solicita en su despacho — le di las gracias y me dirigí al despacho. En él se encontraban mis padres.
— Hola padres, ¿me llamaban? — pregunté enseguida ambos se miraron, mi padre se paró y comenzó a hablar.
— Queríamos decirte que estés lista, hoy es la fiesta y no queremos inconvenientes — informó con su habitual mirada sería, me limité a asentir con la cabeza.
— ¿Algo más? — mi padre negó y se volvió a sentar en su silla. Mi madre me miró por unos segundos y asintió.
— Quiero que vayas a bañarte y que te arregles, tenemos que darles la bienvenida a todos — solo dije un ok y me fui a mi cuarto.
Esto era abrumador esperaba que cuando fuera a la universidad todo mejorará. Después de estar un rato acostada leyendo comencé a prepararme para la dichosa fiesta, me coloque un vestido rojo al estilo princesa que se ajustaba bien a mis caderas y me maquille natural.
Cuando comencé a bajar las escaleras no se encontraba nadie, así que me dirigí a la cocina, y encontré a todos yendo de arriba para abajo.
— Hola a todos — salude, todos me devolvieron el saludo y fui hasta donde se encontraba mi nana Lilian.
Mi nana es una mujer muy hermosa de 1, 56, cabello castaño y ojos marrones, ella siempre estaba para mí en todo momento y siempre sabía lo que me pasaba por eso la quería más que a nadie.
— Hola nana — dije con una sonrisa.
— Hola mi niña, pero que hermosa estas te queda espectacular ese vestido — me alago haciendo que me sonrojara. — Además estoy segura que más de uno se va a atragantar con su bebida o te va a invitar a bailar en cuanto te vean — aseguró, asiendo que me pusiera aún más roja, si eso fuera posible claro.
— Exageras nana, soy solo una simple chica y hoy van a haber varias o eso espero, no me gusta ser el centró de atención — le recordé en un gruñido, mientras ella soltaba una carcajada sonora.
— Oh mi niña hoy vas a despampanar a todos, solo disfruta si — me sonrió y asentí yéndome, suspire odiaba estos eventos cada vez más.
< Espero y la noche sea tranquila > pensé soltando un suspiro.
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Unas horas más tarde
Llevaba ya buen rato sentada tomando una copa de whisky mientras veía a las parejas bailar, a lo lejos estaban mis padres hablando con sus amigos seguramente de negocios.
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Editado: 31.08.2022