Primero loco que cuerdo Vol.2

Capítulo 7: Gritos de oro

Hoy es doce de septiembre, pero no es una fecha cualquiera, porque hoy, es el cumpleaños del "Señor gritos", "El portador del 'síndrome del antagonista'", "El fortachón". Así es, hoy es el cumpleaños de Leo.

Fuimos invitados a su casa después de la escuela, teníamos que faltar al club para eso, yo me opuse por supuesto, pero perdí por mayoría de votos. Cinco contra uno, imposible de ganar, sobre todo cuando la presidenta del club también está en tu contra.

Un auto negro bastante elegante nos recogió, y fuimos junto a Leo hasta su casa, pero cuando llegamos, nos dio una noticia que ninguno de nosotros esperaba.

Nos detuvimos enfrente de una gran reja negra, rodeada por ambos lados por muros blancos de casi tres metros de altura.

—¡Bien, finalmente llegamos a mi casa! —dijo Leo deteniéndose frente a un portón.

—¡¿QUEEEE?! —exclamamos todos sin poder creer lo que veían nuestros ojos.

—¿Qué sucede chicos? ¿Por qué se ponen así?

"¡¿Cómo puedes preguntarnos eso?! Tienes que estar mintiendo, esta no puede ser tu casa, ni siquiera es una casa. ¡Es una mansión!"

—Leo, ¿porqué nunca nos dijiste que eras rico? —pregunté.

—No lo soy, mis padres sí. —respondió con tranquilidad— ¿Eso hubiera importado? 

—No realmente, pero al menos hubiera evitado que reaccionemos así.

Leo se acercó a un intercomunicador que se encontraba a un lado de la inmensa reja que servía como entrada a su "casa". Presionó un botón, dijo algo, y las puertas inmediatamente se abrieron.

Entramos mientras paseábamos nuestros ojos por el gran y elegante jardín que había alrededor de la mansión, incluso tenían una fuente en el centro con la estatua de un delfín rociando agua.

Caminamos hacia las enormes puertas del hogar de Leo, pero estas se abrieron en cuanto estuvimos frente a ellas.

Ingresamos a la mansión, creyendo que el ostentoso jardín exterior era todo, solo para encontrar más lujos que los de afuera. La recepción era inmensa, habían candelabros de color dorado, dos escaleras curvas a ambos lados que llevaban a un segundo piso, y un enorme cuadro en medio donde se mostraba a Leo al lado de sus padres.

"Jeje, al estar peinado y con traje parece otra persona."

Varios hombres de traje y sirvientas se posicionaron frente a nosotros formando una fila, y haciendo una pequeña pero elegante reverencia dijeron: "Bienvenidos".

Leo se movió rápidamente para pararse frente a nosotros con una gran sonrisa.

—¡Vamos chicos, diviértanse, mi casa también es la de ustedes! —dijo Leo con entusiasmo.

Luego de que Leo dijo eso, cada uno se fue por su lado para explorar la mansión.

Erika fue a una zona donde habían unos cuantos libros, y sin pensarlo dos veces, se puso a leer.

"Ja, típico de la comelibros."

Alex dijo que quería explorar la mansión y le pidió a Alicia que lo acompañara, a lo que ella entre dudas y nerviosismo, dijo que sí.

"Bien por ti Alicia. Suerte."

Leo se retiró un momento hacia su habitación, al parecer estaba planeando una sorpresa para nosotros.

"Tengo el presentimiento de que saldrá gritando o algo así."

Al final únicamente quedamos Lily, y yo.

—Timy, ¿quieres que exploremos este castillo juntos? —me preguntó Lily con una mirada suplicante.

—No es un castillo, aunque sí lo parece. ¿Qué parte quieres ir a explorar?

—Vamos al piso de arriba. —respondió señalando la escalera.

—Está bien, supongo que a Leo no le importará.

—Bien, vamos. ¡Oye Timy, hay dos escaleras, hagamos una carrera hasta el segundo piso!

"Vaya, justo ahora se le ocurrió ponerse a jugar. Bueno ¿por qué no divertirnos un poco?"

—Está bien, hagámoslo. —respondí.

—¡No me voy a contener solo porque seas tú, Timy!

—¡Lo mismo te digo! ¡Vamos!

Perdí. Ese resultado era más que evidente. Si hablamos de resistencia física, yo soy uno de los más débiles del grupo, para cuando apenas estaba por la mitad de la escalera, Lily ya estaba esperándome en el segundo piso.

Cuando finalmente llegué, Lily se paró junto a mí, y me tomó del brazo evitando verme a la cara.

—¿Lily, qué estás haciendo? —pregunté.

—Esta casa es muy grande, no me quiero perder. Además, solo me dejaron venir porque tu mamá dijo que tú ibas a cuidarme.

"¿Cuándo dejará mi madre de hacer promesas por mí?"

—¿Por eso te sujetas de mi brazo? —pregunté— Caminar de esta forma será más complicado ¿sabías?

—Entonces haré esto…

Lily me soltó el brazo, y prosiguió a tomar mi mano algo temerosa.

—¿A-Así está mejor? —preguntó evitando mirarme a los ojos.

—Si. Supongo… —asentí un poco avergonzado— ¿Comenzamos ya?

Lily asintió con la cabeza y empezamos nuestra expedición.

………

……

Caminamos a través de los largos pasillos por un rato, hasta que finalmente, olvidamos el hecho de que estábamos tomados de la mano. No es la primera vez que lo hacemos, es cierto, pero eso no significa que no nos diera algo de pena hacerlo, sobre todo si corremos el riesgo de que alguien nos vea.

—¡Mira Timy, hay muchos premios aquí! —indicó Lily señalando hacia una enorme vitrina en medio del pasillo.

—Es una vitrina de trofeos, y al parecer son muchos.

"Me pregunto a qué se dedicarán los padres de Leo. Aquí hay trofeos de distintos deportes, pero también hay otros como premios de literatura y diseño. No me dan muchas pistas sobre ello."

………

……

No muy lejos de ahí, vimos una habitación que tenía la puerta a medio cerrar y nos dio curiosidad averiguar lo que ocultaba, pero al acercarnos, escuchamos a dos hombres teniendo una conversación.

—Hay que hacer todo lo posible para que el amo Leo se sienta feliz con sus amigos. —dijo uno de los hombres.

—¿Estás seguro de que son sus amigos? —preguntó de mala gana un segundo hombre.

—Por favor, deja ese tema ¿si? A diferencia de los otros, a estos parece agradarles de verdad.



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En el texto hay: novela ligera, comediaromantica, drama

Editado: 09.05.2022

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