Capítulo 33 Percy XXXIII

Percy yacía bajo la mandíbula de Bryce, débil por toda la pérdida de sangre. Él escucho los llantos de Annabeth, sus suplicas. La había visto correr hacia Bryce en un intento de empujarlo fuera de él, y él todo el tiempo tuvo que permanecer inmóvil, porque si se hubiera movido su plan no habría funcionado. Mantuvo su mente separada de Annabeth, asegurándose de no darle ninguna señal de que estaba bien. Odiaba ver su dolor, pero si se daba cuenta de que no estaba muerto, o algo cerca, no habría luchado tanto y le hubiera avisado a Bryce. Tan pronto como Annabeth se perdió de vista, Bryce le dio una sacudida final a Percy y luego empezó a dejar de lado su cuello. El hecho de que Bryce no se hubiera molestado en hacer que el corazón de Percy se haya detenido fue su error. "Necio, arrogante alfa", pensó Percy.

Bryce lanzó la garganta de Percy volvió la cabeza hacia la luna y aulló. Mientras él estaba distraído, con la garganta vulnerable fue expuesto completamente y Percy se aprovechó. Con toda la fuerza Percy se abalanzó y hundió sus dientes profundamente en la garganta de Bryce. Probó su sangre que alimentaba su cólera. Percy se apoderó con más fuerza y sintió su mandíbula aplastar las cuerdas vocales y la tráquea, el silencioso aullido de Bryce. Luego, sacudió violentamente la cabeza hacia la izquierda tirando con tanta fuerza que sus dientes rasgaron la garganta de Bryce. En menos de un minuto, el alfa se desplomó a su lado. Percy no cometería el mismo error que Bryce, tomo una pata y empujó a Bryce a su espalda exponiendo la parte más vulnerable de un lobo. Se inclinó y, una vez más hundió sus colmillos en la carne del lobo, cuando la piel y el músculo hasta que finalmente había destripado a Bryce. Esa fue una lesión de la que sabía que Bryce no podría curarse.

Percy volvió a mirar a su padre, quien asintió con la cabeza una vez, y luego Percy volvió la cabeza hacia arriba y aulló en la victoria, luego se derrumbó.

Grover, Sally llévense a Percy a la casa de Los Beckendorf. Consigan limpiarlo, estaré allí tan rápido como pueda para curarlo ordeno Poseidón.

Perdóname Alpha ¿por qué no quiere que lo llevemos con su pareja? preguntó Grover con aprensión.

Annabeth estaba histérica cuando fue sacada de aquí no es probable que se calme, y ella no tiene que ver a Percy en su estado actual explicó Poseidón. Grover asintió con la cabeza. Luego, con la ayuda de Sally, recogieron a Percy para llevarlo a Los Beckendorf.

Poseidón se volvió a los lobos que había dejado Bryce con su muerte.

 ¿Quién de ustedes esta en segundo lugar de Bryce? Poseidón les preguntó.

Un hombre alto, corpulento, dio un paso adelante.

Yo soy su segundo, respondió.

 ¿Cuál es tu nombre? preguntó al hombre, Poseidón.

Bill Stone contestó el lobo.

Usted ya no está en segundo lugar, Bill Stone, ya no es suplente de la manada Coldspring. Deberá conservar un registro de su manada, como es la ley Canis Lupus. Voy a revisar a su manada para asegurarme de que están cumpliendo las leyes. Si no nos conoces entonces,  alcanzó Poseidón de su bolsillo trasero extrajo su cartera, de la que saco una tarjeta, aquí está mi tarjeta. Llámame y los informaran. ¿Quedo claro? Dijo Poseidon

Bill asintió con la cabeza y luego la giro, dejando descubierto su cuello en sumisión a Poseidón.

Bueno ahora tome su alfa antiguo y denle un entierro apropiado. Que esto sirva de lección para cada uno de ustedes, no se puede reclamar a una mujer que no sea su compañera. Bryce nunca habría encontrado consuelo o paz con Annabeth porque no era su verdadera pareja. Finalmente se habría resentido con ella al no ser capaz de darle lo que necesitaba tan desesperadamente Poseidón explico a los lobos. A continuación, se limitó a decir: Ve, vio el cuerpo de Bryce y lo dejo.

Poseidón tomó una respiración profunda preparándose para la tareas delante de él, curar a su hijo, de alguna manera explicarle a su compañera que se había planeado deliberadamente que Percy parezca muerto. "Esto no iba a ser bastante" pensó.

Percy gimió mientras se esforzaba por sentarse. Estaba de nuevo en su forma humana miró a su alrededor y se dio cuenta que estaba en su habitación en la casa Beckendorf. Empezó a levantarse, pero se mareo y tuvo que sentarse rápidamente de vuelta.

Toma hijo, has tenido una gran noche,Percy oyó a su padre que le dice que entró a través de la puerta de su habitación.

¿Dónde está Annabeth? pregunto Percy; la primera pregunta que había estado quemando un agujero en su cabeza desde que comenzaba a despertar. Él la había querido con él para que pudiera abrazarla y asegurarle que estaba bien. Ella había estado tan histérica la última vez que la vio sabía que debía de ser un desastre si no sabía que estaba vivo.

Ella está en su casa. No te lleve allí porque quería que te vea un poco más saludable que cuando Bryce había terminado contigo Poseidón le dijo. Eso tenía sentido, pensó Percy. Él trato con cautela ponerse en pie de nuevo y fue un éxito en esta ocasión. Se sintió agradecido de que alguien haya pensado en él para que no esté desnudo. Se acercó a mirarse en el espejo para inspeccionar los daños.

No es tan malo, después de haber sanado un poco. Todavía tienes algunos cortes, moretones menores pero no huesos rotos, dijo su padre.

Estaba en lo cierto acerca de la aparición de moretones. Parecía que alguien había tomado pintura azul, negra y gris y lo hubiera salpicado en él. Tenía profundos cortes en la cara, cuello, espalda y piernas. En general, sin embargo, podría haber sido mucho peor. Percy estaba tan, tan agradecido de ser el vencedor. El pensamiento de Annabeth volvió a su mente y sintió que la bilis subía por su garganta al recordar sus sollozos. Tenía que verla, ella necesitaba saber que estaba bien y él iba a tener que pedirle perdón.