Soy una estúpida, una verdadera idiota ¿Qué fue lo que acabo de hacer? Yo jamás debí haberle correspondido el beso a Roberto... es hermano de mi mate.
— ¿Está todo bien? — Rhys me aprieta más hacia él al notar el nerviosismo que radia todo mi cuerpo.
—Claro que si — mi mirada conecta con la de él y le sonrió para que se calme — no pasa nada. Tranquilo.
Los ojos de Rhys me demuestra lo enamorado que está y eso causa que mi corazón se oprima con dolor.
— ¿Te quedarás esta noche acá? — Rhys deja su mirada en su hermano menor.
—No lo creo... solo he venido a ver cómo estaban todos, ya sabes, como no has ido a casa hace unos días ya— una sonrisa forzada se asoma por sus labios — pero por lo que veo, estas bien, están bien — me mira de reojo.
—Creo que mejor que los dejé — sonrió — supongo que ambos quieren conversar a solas y yo solo estorbo aquí — Rhys me da un beso muy cerca de mis labios causando un revoltijo en mi interior —, si gustas, puedes quedarte, los de mi manada serán muy amables, te trataran igual que a los miembros que han venido junto a tu hermano.
Me alejo de los brazos de Rhys y camino lejos de él, al momento de pasar al lado de Roberto mi cuerpo nuevamente comienza a arder. Es como si mi cuerpo lo llamara a gritos, hice mal en dejarlo que me besara, eso lo sé, pero el daño ya está hecho. No debo dejar que vuelva a pasar y listo. Todos felices.
— ¿Erin, te encuentras bien? — Luke me mira claramente confundido.
Sin que él se lo espere, camino más rápido en su dirección y lo abrazó, lo hago como si mi vida dependiera de ello. Él se tarda unos segundos en corresponderme el abrazo, pero al final lo termina haciendo.
—La he cagado Luke... — susurro en su pecho — hasta el fondo.
El chico solo me acaricia la espalda.
— ¿Por qué? ¿Qué has hecho? — pregunta de forma dulce, tranquilo.
—Cometí un error muy grande — me separo un poco de él y lo miro fijamente a los ojos — uno que jamás me va a poder perdonar.
Luke se me queda mirando unos largos segundos, mira detrás de mí, en dirección a la puerta, deja que un suspiro se escape de sus labios antes de tomar mi brazo y arrastrarme hacia la puerta.
—No creo que este sea el mejor lugar para hablar de lo que te ha pasado — dice.
Quiero llorar de la ira, pero no salen. Sé que no lo hacen por miedo, yo le tengo pavor a llorar delante de alguien.
Unos segundos después, tras haber pasado gran parte de la manada, llegamos a la cabaña. Marta se nos une al notar nuestros nervios.
—Bien, dime qué es lo que te pasa... — Luke habla lentamente, con delicadeza.
Mientras subíamos las escaleras, le dije a Marta que había cometido un grave error, pero no dije nada más. Tomo una gran bocanada de aire y me preparo para hablar. Me muerdo el labio nerviosa. No me imaginé que me costaría tanto decir que es lo que ha pasado, ni siquiera sé cómo puedo comenzar a decir lo que ha ocurrido minutos atrás.
—Erin — me llama Marta mientras me mira de forma preocupada — tú sabes que por más grande que haya sido el error que has cometido, nosotros jamás te juzgaremos.
¿Cómo estoy segura de que no lo harán? ¿Y si luego de que les diga lo que ha pasado si lo hacen?
—Yo... — los miro fijamente a los ojos — por favor, prométanme que no se molestaran conmigo.
—Lo prometemos — responden a coro ambos.
—Bien — tomo una gran bocanada de aire — ¿Recuerdas a Roberto? — Luke al notar que le estoy hablando a él, asiente con la cabeza — es hermano de Rhys...
— ¿Y cuál es el problema? — Pregunta Marta cuando me quedo en silencio unos cuantos segundos — ¿Ha pasado algo con él?
Me muerdo el labio nerviosa y asiento con la cabeza.
—Bien... — tomo una gran bocanada de aire y me preparo para hablar — su olor me vuelve loca, cuando paso por su lado mi cuerpo arde de una manera descomunal... es como si estuviera ardiendo por dentro — miro mis manos en todos momentos, me da gran vergüenza mirarlos—. Él me robó un beso... no lo aparte. Me sentí tan bien cuando lo hizo que no recordé a Rhys hasta pasado unos segundos — cierro mis ojos y dejó caer mis brazos — cuando lo hice lo aleje de mí.
No quiero mirarlos, me da miedo ver sus miradas de desapruebo, de vergüenza a lo que he hecho.