Princesa de los lobos

Capítulo 74

Sin percatarme de lo ocurrido, ya me encuentro trasformada en humana nuevamente. El hecho de que me haya dicho aquello, me ha tomado por sorpresa.

—Quiero que me dejen a solas con él — pido de una forma para nada amable, de reojo puedo ver como ellos se miran entre si dudosos de si hacerme caso o no — ahora — demando de una forma más brusca.

Ellos, de mala gana, se levantan de sus asientos para marcharse de la cafetería y dejarme a sola. Sé que todos se van a encontrar atentos a cualquier cosa, no puedo decir que me siento desprotegida, puesto a que confió plenamente en ellos. Pero a pesar de todo, sé que ellos no van a interferir.

—Lamento mucho lo que hice en el pasado — deja que un suspiro se escape de sus labios —, pero créeme cuando te confieso que los golpes que te di, me dolían hasta a mí.

—Y tu créeme que me da exactamente igual lo que tengas que decir ahora, el daño ya está hecho — gruño — ahora entrégame la carta que me han enviad.

Él hombre saca un sobre de su abrigo y me lo deja delante de mí, lo primero que leo es:

Para: Erin, mi hija
De: Tu madre.

Sin duda alguna es la letra de mi madre, ella es la única persona en el mundo que conozco que escribe de una forma tan delicada. Son tres hojas escritas a mano. Siempre le ha gustado escribir. Cuando yo comencé a escribir bien, intente imitar la de ella, pero nunca pude. Me armo de valor y comienzo a leerla.

Hola hija, supongo que a estas alturas ya debes saber que tienes un hermano, Coel, el cual me imagino ya debe estar todo un joven fuerte y hermoso. También debo suponer que ya conociste a tu verdadero padre.

Espero que estés siendo feliz hija y también que estés recuperando todo el tiempo con tu hermano y padre.

No quiero que intentes rescatarme pequeña, no quiero que pongas en juego tu vida por mí, te he intentado mantener a salvo toda tu vida, pero si tu vuelves, ellos te mataran, no quiero que te maten hija, no quiero que me dejes sola.

No podría soportarlo, no soportaría saber que tu ya no estas más en este mundo por culpa mía, por no haberte protegido más.

Te amo hija, sé que mi letra en estos momentos esta ilegible, pero es que el beta de la manada, no hace mucho rato me dijo que te vería y bueno, al no poder ir a verte personalmente, he tenido que hacer esta carta.

Cuida de todos los miembros de la manada, ellos te serán fieles hasta la muerte, ellos jamás te darán la espalda.

Si encuentras a tu mate, amalo como nunca has amado a alguien, no lo dejes de lado, no lo alejes de ti, ya que el seguro va a estar siempre va a estar enamorado de ti.

Me seco una lágrima traviesa que tenía intenciones de salir y paso a la siguiente hoja.

Te oí cuándo estabas llamando a todos, ese día llore, me hubiera gustado estar contigo cuando dieras ese paso tan importante en tu vida.

También me entere de que algunas manadas te han intentado hacer daño, no les temas y dile a alguno de tus guerreros que te enseñé a luchar, para que no tengas que depender de nadie, nunca, ni de tu padre, ni de tu hermano, no de tu beta, ni de tu mate, de nadie.

Tienes que volverte fuerte pequeña, tengo una extraña sensación de que pronto más manadas van a intentar lastimarte, espero que todo esto no te esté dando miedo, pero hace más de treinta años que muchos enemigos de diferentes partes, han intentado acabar con ella. Los que logran destruirla, se hacen llamar los más fuerte, aunque la verdad solo una manada ha sido capaz de ello, esta se llama “Eclipse”, te pido por favor que te mantengas lo más alejada de ellos.

No son buenas personas y si tu pareja llega a ser uno de ellos, te informo que ninguno de la manada lo va a aceptar, lo más probable es que lo lleguen a matar sin importar tus quejas. Esa manada es de las peores, jamás hables con uno de ellos siquiera, tienen un olor extraño, que son capaces de atraer hasta humanos, imagínate como es la atracción de los seres con un olfato más elevado que los mortales. Las que no se sienten nunca atraídas/os son los que se convierten en ardillas. Son inmunes.

Vaya, eso no me lo esperaba. Paso a la última hoja, la cual trae una imagen incluida.

Erin, espero que me obedezcas.

Hija, lo lamento tanto pero ya me tengo que despedir de ti, te amo mucho pequeña y pronto nos veremos. Pórtate bien.

Te amo, se despide tu madre.

Un nudo se forma en mi garganta apenas veo la fotografía que la carta trae. Somos ella y yo en el calabozo, ambas estamos sonriendo a la cámara. Creo que no pasaba los cuatro años en aquella imagen, eran buenos tiempos, a pesar de todo. Solo las dos en aquel horrible lugar.

Inició flashback

— ¡Feliz cumpleaños pequeña! — la mujer me da un gran abrazo a la misma vez que riega besos por mi diminuto rostro, yo solo río —, te he traído un obsequio, y una rica tarta de frutilla, tal como te gusta.




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