Capítulo 21

Una de las doncellas me coloca uno de los pendientes y así concluye mi arreglo. Llevo un vestido violeta con volantes de tul, y el pelo suelto hondeado. Me siento más hermosa que otras noches.

Salgo de la habitación y me dirijo a el salón donde festejaran a los príncipes.

—¡Señorita! —grita una de las doncellas que me atendieron—. ¿No llevara este regalo?

Me extiende una bolsa de regalo cerrada.

El obsequio de Holder.

—Llévalo, es tu prometido no puedes aparecer sin un regalo para él.

Ordena la señora Donovan.

Tomo la bolsa, me esforcé tanto en este regalo que no se si Holder se lo merece.

Leo la tarjeta que lleva «Para el chico que me hace enojar y también me ha hecho reír como ningún otro lo a echo»

Recuerdo a Holder corriendo con los niños y como me ayudo a ayudar al señor Sam.

¿Por qué te enojas? si tu misma lo dijiste, lo suyo no es real, lo de sentir amor, no es real, no como ser amigos, y eso definitivamente si somos.

El salón esta con varias personas, me saludan cuando me ven, veo a la familia real en sus lugares asignados para ellos. No veo a Holder.

—Deja tu regalo en la mesa de regalos —ordena la señora Donovan y se adelanta.

Le entregare mi regalo personalmente, porque es mi amigo.

Lo busco y giro en uno de los pasillos y los veo.

El esta con su traje y ella lleva un hermoso vestido rosa. Sus labios no se separan a pesar que me obligo a verlos. Retrocedo y me alejo de ahí.

¿Por qué siento que todo a mi alrededor se rompe? ¿Porque siento arder esto en mi pecho? ¿Por qué yo no puedo estar en el lugar de Evangeline?

Salgo corriendo de ahí, voy a las caballerizas.

—Señorita Anwen ¿quiere un caballo?, ¿sabe cabalgar? —Pregunta el hombre que cuida las caballerizas.

—Si se cabalgar —digo angustiada—, por favor deme uno.

Aprenderé esta noche, no esperare a que Holder me enseñe.

Sujeto de la cuerda al caballo y salgo enojada del lugar.

—Debe ponerse la ropa adecuada, si no sabe ….

—Yo se —digo y salgo con el caballo.

—Vamos caballito, yo podre montarte —le digo entre lágrimas.

Pongo mi pie en esa cosa para poner los pies e intento subirme a el.

El caballo se mueve.

—No, no, cálmate.

Sin querer le doy un golpe en la barriga con el pie y el caballo sale disparado.

Pierdo el equilibrio y caigo para atrás.

Veo desaparecer el caballo, metiéndose en el bosque.

—No lo puedo hacer —lloro frustrada, quizá mi padre tiene razón y no sirvo para esto.

Me pongo de pie, llevo todo el vestido sucio.

Sigo el camino que el caballo a seguido y trato de encontrarlo.

Recuerdo algunas películas e intento silbar para llamarlo, de mis labios sale un «fiu» literalmente, no se silbar.

Me abrazo a mí misma, ¿dónde estás, caballito?

—Si, no sabes cabalgar, nunca debiste intentarlo sin supervisión, Pudiste caer y morir.

Alston me coloca su abrigo en los hombros.

—¿Como supiste que estaba aquí? —intento arreglarme el pelo que esta con barro y ramas de hojas.

—Vi como saliste del edifico intente seguirte, caminas muy rápido.

Alston silva y en un momento el caballo a llegado.

—Llamare a Holder, a estas horas ya deben notar que no estas en ningún lado.

—Si quieres hazlo, dudo que esté atento a su celular, debe de estar haciendo algo mejor que estar pensando en mí.

Alston llama a Holder, nadie contesta.

—Lo sabía —sonrío con tristeza— debe estar haciendo ejercicio.

—¿Ejercicio?

No contesto.

—Te llevare de regreso. Pon tu pie aquí, ten cuidado de no patear al caballo y mantén la espalda recta.

Sigo sus instrucciones. Arriba del caballo puedo ver con mayor amplitud lo que hay en mi alrededor. Alston se sube detrás de mí.

Alston acelera la velocidad, cierro los ojos y siento la brisa en mi rostro, me siento volar.

Alston me ayuda a descender del caballo.

—Perdón, te ensucie —intento limpiarle al ver su impecable traje con barro.

Detiene mi mano en seco.

—No lo hagas —dice y me aleja.

—¿Esto es tuyo? —pregunta levantando la bolsa de regalo.

Asiento.

—Ya no tiene importancia, puedes quedártelo.

Me alejo en dirección a el edificio para cambiarme e irme de ahí.