Capítulo 13

El silencio es absoluto y perfecto. El aire que danza a su alrededor, también lo es. Las flores, plantas y árboles que la rodean asimismo son vigorizantes. En síntesis, todo está de su lado; en conjunto, lo que la rodea, juega a su favor. Por lo cual, como nunca, ella siente que puede hacerlo. Así pues, se concentra y en un pestañeo, siente aquello aproximarse.

La mano de Julia se alza y al instante, una bola de energía azul, se forma en sus manos. Cuando percibe que el tamaño es perfecto y que además, la cantidad de poder mantenida es la ideal, la suelta hacia el objetivo que está dispuesto a varios metros de distancia. Y, cuando da en el blanco, no celebra. Por supuesto que no. Ella debe ser madura, no perder la concentración por nimiedades. De manera que, forma otra esfera que lanza al objetivo y luego otra, hasta que logra hacer el tercer lanzamiento limpio.

―Protégete.

Ella respira profundo y como aún no comprende cómo hacerlo de otra forma, cierra sus ojos un breve instante para invocar esa energía que tiene en el interior y arrojarla con fuerza fuera de su cuerpo, antes de lograr estabilizarla y recrear una especie de segunda piel sobre su cuerpo.

―¿Así está bien?

La doceava observa con sus grandes ojos verdes al muchacho y éste, lleva sus manos a su mentón para mostrarse pensativo.

―Por ahora, sí. El cubrimiento sigue siendo débil y fácil de romper. Además, aún no potencia mucho tus habilidades físicas y, si soy franco, me parece un completo desperdicio de poder psíquico, el que para ejecutarlo, expulses tanta energía de golpe. Esto, porque pierdes segundos que se consideran vitales en combate y… Bien, al final, quizás para ti no haga gran diferencia porque tal vez aún no sientes cómo merman tus fuerzas al tener dos fuentes de poder psíquico, pero…

―Son tres, Luke ―asevera ella tocando el collar que cuelga de su cuello―. Esta es la tercera fuente.

―En efecto, pero lo que hace es potenciar el fluido psíquico de su majestad y… Hemos hablado de esto, a menos que sea un momento crítico, trata de no utilizar el poder de la princesa o el del collar.

Con cansancio, Julia asiente. Quizás, si Luke no estuviera optando por ser con sus normas, en algunas ocasiones, tan enigmático como lo es Erich con su vida privada, ella aceptaría sin rechistar. Sin embargo, el misterio detrás de la petición impuesta para seguir ayudándola a entrenar, no le agrada porque, ¿podrá quedarse quieta y limitarse a usar solo su fluido psíquico cuando tiene una fuente mucho mayor a su disposición como la del poder casi original de Juliana? Ella cree que no, pero como una buena persona, ha obedecido con fidelidad y todo, porque en parte se ha dejado convencer de que muy en el fondo, ella es fuerte y que puede hacer las cosas bien por haber sido bendecida con el talento de absorber diversos tipos de energía, las cuales a la larga, le serán muy útiles si aprende a utilizar la habilidad de forma debida.

―De acuerdo ―dice Julia tras sentarse en el pasto―. Seguiré entrenando para lograr separar mi fluido del de la princesa y usar a libertad el mío y no el de ella. Así que, ¿tienes alguna otra observación?

―Sí, trata de no expulsar tanta energía ―repito aquello que la muchacha ya casi se sabe de memoria―, porque no digo que no sirva, pero debes aprender a cuándo utilizarlo y en qué momento abstenerte de ello. Recuerda, eres miembro de la séptima familia y el que uses ergoquinesis es una gran ventaja, pero no abuses. Ahorrar poder psíquico, es un principio fundamental.

―Está bien, mejoraré en eso. Pero, he avanzado mucho en la absorción de energías, ¿verdad, Luke?

El muchacho de cabellos chocolates camina hacia una fuente. Ahí, él toma asiento y mueve su lado de un lado a otro, como señalando algo que no puede verse a simple vista.

―Tu absorción de energía de la naturaleza ha mejorado, así como la del aire y la de fluido psíquico. No obstante, ¿has sentido una barrera con lo último?

―Creo que sí. No puedo hacerlo como me gustaría. Tal y como lo dijiste, he tratado de manejar la absorción de manera consciente, escogiendo los objetivos y manipulando la cantidad y velocidad, pero no lo he logrado por completo o al menos, tantas veces como quisiera. Pese a ello, he notado que cuando gasto mucho poder…

―Lo sé, no tienes por qué decirlo. ―Corta de repente, para tocar un par de flores cerca de la fuente, entrando en ese silencio que la muchacha conoce―. Al parecer, es una especie de limitante. Todos tenemos una y ahí, se encuentra la tuya. Pese a ello, no significa que no podamos hacer nada al respecto. Así que, céntrate en lo que he señalado, persevera para romper tu barrera. Por lo demás, probemos algo nuevo. A diferencia del ejercicio anterior donde creaste esferas de energía con diferentes elementos, hazlo mezclando varios, ¿te parece?

La muchacha asiente con fervor y revisa su celular como siempre lo hace. Cuando se ha cerciorado que la sesión ha finalizado, se remueve nerviosa.

―Luke, es hora de irme ―anuncia, acercándose a él―, pero antes, ¿recuerdas que pregunté si podría pedirte al final de la clase un par de favores?

―Por supuesto y claro, mientras esté en mis manos, lo haré.

Una respuesta afirmativa, ¿no es lo mejor? Pese a ello, la tensión sigue en Julia, pues hace días ha estado repasando lo que le solicitará a Luke Dalley y, pese a que terminó tomando una decisión al respecto, aún se haya con la duda arraigada. ¿Por qué razón? Por el peso de lo solicitado, porque sabe que son asuntos difíciles. Con todo, debe continuar y lo sabe puesto que, si algo ha aprendido en las últimas semanas, es que puede confiar en otros para no llevar el peso de todos los problemas ella sola. Al fin y al cabo, desde que cedió algunos asuntos del gobierno a Erich, se ha sentido menos tensa y si logra estar mejor con la ayuda de quien de seguro será el próximo líder de su familia, lo hará. Después de todo, según lo analizado, depende ahora del joven. No existe alguien más que pueda darle la mano con lo que tiene al frente.