Princesa por Elección (libro #3)

Capítulo 16

Sonrió al ver el rótulo con el nombre “Hillburg Prince” en el camino, casi todo parece irreal cuando veo que nada ha cambiado, las casas siguen igual, la carretera sigue siendo de piedras y polvo; y por si fuera poco los faroles siguen siendo de candelas de aceite.

Por primera vez reconozco que me emociona estar de nuevo en mi pueblo, las cosas siguen igual pero yo he sido la que he cambiado cuando antes pensaba que todo podía ser lo contrario.

Abro la ventana del auto y sacó la cabeza mientras siento el viento cálido del pequeño pueblo en donde me crie. Realmente, había nacido en el lado Este pero a los tres días después que a mi madre le dieran el alta en el hospital, mi familia regreso a Hillburg Prince, así que desde ese momento, todos no nos hemos separado de este pueblo.

Desde que tengo memoria, recuerdo que además de ser la chica rara y problemática, he sido la que menos se ha comportado muy femenina, realmente desde mi adolescencia me di cuenta que actuar como una chica, no se me daba. Mayormente no era como las demás, no me pintaba las uñas, no hablaba de chicos y no era delicada en los trabajos; por eso es que nunca era aceptada en los grupos de las niñas. La única persona que me acepto como soy, fue Lou, ella miró más allá de mi comportamiento, comprendió que los juegos de cocina y los de criar bebés falsos, no era mi opción para pasar la tarde, ella se dio cuenta que mis únicas preferencias eran limitadas y como lo había hecho saber desde un principio, fui una extraña en todo sentido.

Mis aficiones siempre se basaban en trepar los árboles, coleccionar diferentes animales como mascotas entre ellos, insectos, jugar juegos rudos como fútbol o peleas y por si fuera poco, parecía ratón de biblioteca, ya que me quedaba en mi casa y en mi habitación leyendo libros; nadie me entendía, de pequeña muchas veces me hicieron llorar muchas niñas diciéndome que mi conducta era de niño y que quizás eso era, sufrí de muchas cosas de pequeña pero aprendí que si el dolor no te mata, te hace más fuerte.

Al crecer dejé de ver todo en blanco y negro, nadie me podía hacer daño porque de alguna manera, la intención de regresarle el dolor, era una opción si era necesario; Lou comprendió que actuaba de manera dura porque necesitaba que nadie me observara de una manera débil por ser mujer, los trabajos intensos fueron los motivos grandes para dejar aún lado mi aspecto de mujer para trabajar como si fuera un hombre; aunque muchas veces no funcionaba para ciertas cosas, que debo de admitir.

Y como a veces el mismo karma se regresa, las chicas que me hicieron sufrir dejaron su apariencia bonita por una más andrajosa, me reía varias veces de ellas cuando se quejaban de embarrarse la cara con tierra húmeda o cuando una uña se les rompía al levantar un trozo de madera; era divertido pasármelas viendo por un buen rato mientras el jefe no me observaba, muchas de ellas me pidieron ayuda pero sabía que no lo hacían por buena voluntad sino que deseaban que yo fuera su esclava y como muchas veces me hice la de los oídos de pescado, al final las dejé que lloraran y se lamentaran por no tener una buena condición física para trabajar.

A veces cuando no actuaba como un hombre y me comportaba como una mujer, la mayoría de persona no creían que realmente era Kiara Leaky, crecí y como si por arte de magia se tratara, parecía una mujer que estaba programada para contraer matrimonio cualquier día, y aunque la delicadez se miraba por fuera, por dentro podía ser un torbellino.

Sin lugar a dudas la herencia genética de mis padres fue más reluciente cada vez, los ojos de mi padre, la sonrisa cálida de mi madre y la faceta de ambos que fue un completo muy extraño de mi propio temperamento. Nunca fui juiciosa a la hora de estar en casa pero fuera de ella podía serlo por leyes de cada clase.

Realmente mi vida, había sido nada más y nada menos que otro cortometraje de esos en que se ven en las películas para niños; que de una simple plebeya al día siguiente puede convertirse en una princesa. Es extraño pero en total, es verdad.

Despierto a Neil con leves movidas de brazo pero eso no hace que se despierte, en vez de eso, observo que él sigue murmurando que lo dejé dormir un poco más; además se da la vuelta y me da la espalda. Cuando mi tutor toma mi postura en las mañanas es peor que yo a la hora de despertarlo; el auto deja de moverse y sigo sin poder hacer que Neil abra los ojos, eso hace que suspiré y me dé por vencida un momento; pienso dejarlo en el auto pero creo que no será buena idea, ya que mediante el sol vaya saliendo, hará calor y estoy muy segura que Neil se sofocara.

No me queda de otra que levantar un poco la manga de su camisa y darle un buen pellizco que hizo que lo levantará de golpe y luego él me asesinara con solo ver su rostro; estaba dicho que lo había despertado de mala gana y por supuesto, si no cambiaba su humor durante el día, capaz que le iba a dar un dolor de cabeza al haberse despertado de un golpe.



#47001 en Novela romántica
#12167 en Joven Adulto

En el texto hay: principe, princesa, corona

Editado: 21.04.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.