La semana de cumpleaños había iniciado a partir del cinco de junio y la primera era Hilary; su tía le había dejado una tarjeta de feliz cumpleaños sobre la mesa, Ian no se había dignado a aparecer y francamente Hilary no quería verlo, asistió a la escuela pues era un martes como cualquiera después de todo, la primera clase la paso con su mejor amiga la cual pareció olvidar que era su cumpleaños y ciertamente Acua lo había olvidado hasta que Valentina se lo recordó.
¿Dónde está Hilary? – pregunto la princesa de Viento – le traje un cupcake de chocolate blanco, su favorito – comento Valentina.
¿Por qué le trajiste un cupcake? – pregunto Acua despistada mientras mordía su hamburguesa.
No puede ser – interrumpió Fátima en tono burlón pues como Tania había faltado ese día por estar planeando la fiesta del día siguiente, Fátima no tenía motivo para no estar con sus ´´verdaderas amigas´´ como ella les decía – Acua no me digas que olvidaste el cumpleaños de tu mejor amiga – al momento de que Fátima pronuncio la palabra olvidaste Acua maldijo anteriormente ´´Hilary debe estar furiosa´´.
Debo buscar a Hilary – declaro la princesa de Agua dejando su hamburguesa de lado y dirigiéndose a la salida.
Te acompaño – dijo Valentina, Fátima rodo los ojos antes de anunciar que las acompañaba.
Las tres buscaron por toda la escuela a la princesa de Hielo, pero no había señal de Hilary hasta que a Valentina se le ocurrió preguntarle a la secretaria escolar.
No mi niña, Hilary se fue en la segunda hora – respondió la señora a lo que Valentina le dio las gracias antes de volver con sus amigas a contarles lo ocurrido.
Debió sentirse muy mal para arruinar su asistencia perfecta – comento Fátima.
Ella no se sentía mal o al menos no por enfermedad, estuve las primeras horas de clase con ella y no la felicite, sé que su tía probablemente tampoco lo hizo, debe sentirse olvidada o sola, tengo que solucionar esto y ustedes – señalo a sus amigas – van a ayudarme, una me acompañara a buscarla y la otra nos cubrirá para que no noten nuestra ausencia.
Yo me quedo, buena suerte chicas – se apresuró a decir Valentina y antes de que Fátima objetara algo salió corriendo del lugar.
Supongo que yo iré – se resignó Fátima.
Estupendo vámonos antes de que suene la campana – dijo Acua mientras se dirigía al patio trasero y saltaba la barda que daba a una parte del bosque tal y como habían hecho tantas veces cuando eran niñas.
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Hilary realmente no estaba enferma pero su actuación convenció a su maestra tanto como para acceder a dejarla irse a casa, parecía que todos habían olvidado su cumpleaños y aunque no lo admitiera eso realmente la había lastimado. Se dirigió a su hogar, pero no pensaba quedarse ahí por mucho, se cambió el uniforme y salió por atrás porque sabía perfectamente que su vecina le diría a su tía si la veía salir por la puerta principal, eso solo le garantizaría un castigo mucho más largo. No quería ir al lago, sospechaba que probablemente se encontraría con Ian y no quería verlo ni a él ni a ninguna de sus amigas, lo que dejaba a Hilary con un solo lugar al cual ir ´´con la única persona que realmente me quería´´.
Hola papa – saludo una vez que estuvo enfrente de la lápida de Fernando – seguro que tu si recuerdas que día es hoy – dijo con una sonrisa triste – te traje flores – Hilary deposito las flores sobre la tumba, unos geranios azules, los favoritos de su ´´padre´´ - te extraño mucho, recuerdo como celebraban mis cumpleaños tú y mama y la verdad es que preferiría mi día en la pista de hielo con un pequeño pastel de helado que la extravagante fiesta que organizaba la familia Flores, cuando estábamos en la fiesta de Hielo solías llamarme ´´Princesa de Hielo´´ supongo que sabias la verdad y no puedo evitar pensar que esa verdad te mato – dijo Hilary mientras parpadeaba repetidas veces en un intento de evitar las lágrimas – te fuiste muy pronto papi, realmente te necesito en estos momentos – y fue entonces que la princesa de Hielo no pudo más y soltó un sollozo dejando que las lágrimas corrieran libremente por sus mejillas.
Hielo – Hilary se enderezo al escuchar la voz, se apresuró a limpiar sus lágrimas y cesar el llanto - ¿estás bien? – pregunto Ian colocando una mano sobre el hombro de la chica.
Perfectamente – respondió Hilary sin pizca de emoción en la voz.
No te veías muy bien – dijo el chico preocupado.
No sé qué fue lo que viste, pero estoy perfectamente bien, si me disculpas tengo que irme – sin esperar respuesta paso a su costado rumbo a la salida del cementerio.
Hilary espera – pidió Ian, Hilary se detuvo y dio media vuelta.
Me llamaste Hilary, si conoces mi nombre después de todo – respondió irónica.
Siempre lo he sabido, solo que prefiero llamarte Hielo – contesto el chico.
Admiro tu imaginación Ian – dijo sarcástica lo que molestaba a Ian ya que no le gustaba que Hilary lo evadiera así ´´ ¿esta es la misma chica que pidió un abrazo hace un par de años? ´´ pensaba el chico.
Bien Hielo, fue suficiente sé que no estás bien, tienes los ojos rojos estuviste llorando, no entiendo porque ocultarlo, te he visto llorar en incontables ocasiones – dijo el chico un poco desesperado.
Solo fueron dos – se defendió Hilary ´´si tú supieras´´ pensó Ian.
Lamento haber olvidado tu cumpleaños, se lo importante que es para ti, pero no significa que no me importes a mi o a tus amigas – respondió el chico.
¿Crees que estoy así porque olvidaste mi cumpleaños? Por favor tu no significas tanto para mi así que no te des tanto valor, además es una fecha más en el calendario – dijo Hilary sin medir sus palabras.
No lo es y fingiré no haber escuchado eso ¿Por qué te cuesta tanto admitir lo que sientes? – pregunto visiblemente afectado por las palabras de Hilary.
Me llamas Hielo y ya va siendo hora de que haga honor a ese apodo – sin decir más Hilary se fue del lugar y solo en esa ocasión Ian no fue detrás de ella ´´su carácter está cambiando´´ pensó ´´tan fría como el hielo, temeroso de mostrar sus sentimientos´´.