XI. Primer Beso.

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Era increíble la cantidad de cosas que cambiaron en tan poco tiempo.

Tania había encontrado al fin a su grupo de amigas, las niñas ricas y populares le dieron la bienvenida a su grupo con los brazos abiertos para disgusto personal de Fátima pues todas y cada una de ellas la odiaban por una simple razón ´´Jone´´ pues las chicas siempre trataban de coquetear con él, lo cierto es que el chico tenía su encanto.

Camina Jone – le decía Fátima mientras lo arrastraba por el pasillo.

Jone, espera un momento – decía una voz femenina a sus espaldas, Fátima la reconoció como una de las amigas de Tania ´´una futura chica plástica´´.

Camina – repitió Fátima entre dientes.

Caminas muy rápido Jone, pero en fin mi cumpleaños será la próxima semana, esperaba que fueras, aquí tienes – decía la chica entregándole una invitación a Jone.

Gracias Gabriela – respondió el chico y ella le dedico una brillante sonrisa para disgusto de Fátima.

Espero verte en la fiesta – dijo ella mientras se alejaba por el corredor

Que amable de parte de Gaby por invitarme – comento Jone mientras caminaban.

Aja – se limitó a responder Fátima.

Dicen que será una gran fiesta, casi tan buena como la tuya – comento el chico.

Esa era la fiesta de Tania, no mía – contesto la princesa de Fuego.

Igualmente la pasaremos bien – dijo con una pequeña sonrisa.

Dirás, te la pasaras bien, yo no iré – contesto la chica.

¿Por qué no? Nos divertiremos, lo prometo – la animo el chico.

Jone, no iré por el simple hecho de que no fui invitada – dijo Fátima con cierto tono de enojo en la voz, poco antes de avanzar más de prisa.

Entonces – dijo Jone llamando la atención de Fátima – yo tampoco iré – declaro mientras tiraba la invitación a un bote de basura instintivamente y por alguna razón desconocida, Fátima sonrió, quizás fuese por el simple hecho de haberla puesto a ella primero antes que Gabriela – no sin mi mejor amiga – a completo Jone antes de que la campana sonara.

Vamos a clase, no quiero llegar tarde – respondió Fátima.

Fátima ¿Cuándo llegamos temprano? – comento el chico provocando la risa de ambos.

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Hilary había iniciado con sus entrenamientos de defensa personal desde hace varias semanas y había mejorado bastante ´´pero aún tiene mucho que aprender´´ pensaba Ian.

No Hielo – la reprendió – si golpeas, así dejas descubierta tu defensa por lo que pueden derribarte enseguida.

Yo no vi que me derribaras – comento ella con su usual tono sarcástico.

Eso es porque no quise hacerlo – le respondió el.

¿Por qué? Acaso piensas que soy tan delicada como un pequeño copo de nieve – Ian no respondió lo que causo enojo en Hilary ´´no soy tan frágil y puedo probarlo´´ entonces ocurrió, la princesa de Hielo peleo firmemente de izquierda, derecha, defensa, Ian realmente se impresiono por la repentina mejoría, todo iba bien ´´un buen entrenamiento´´ diría la reina Iris si los viera. Hasta que los dones de Hilary se hicieron presentes.

Todo el mundo decía que Hilary era fría sobre todo aquellos que solo juzgan las apariencias, pero olvidaron algo muy importante y era que el hielo también puede quemar y eso fue justo lo que hizo con Ian provocándole una fea quemadura en la pierna y otra más en el brazo hasta que el chico se dejó caer al suelo cubierto de nieve.

Ian – dijo Hilary asustada al ver la escena dándose cuenta de lo que había hecho.

Estoy bien Hielo, buen entrenamiento, es todo por hoy quizás debas volver a casa – decía Ian aun en el suelo sin mover un musculo y la voz algo quebrada.

No quería lastimarte Ian, perdón – se disculpaba Hilary.

No es nada, he tenido peores – esbozo una sonrisa para tranquilizar a la chica.

Esto es mi culpa, estos dones – dijo lo último en un tono sarcástico tan característico en ella – solo traen desgracia, yo traigo desgracia – murmuro solo para sí, pero Ian alcanzo a escuchar.

No digas eso Hielo, tus dones son especiales y únicos, como tú, te aguarda un gran futuro y esto – señalo una de sus quemaduras – son prueba de que vas en buen camino, me gane estas heridas por subestimarte, no eres un indefenso copo de nieve, eres un tempano de hielo - ´´más que eso eres la princesa de Hielo´´ quiso agregar el chico, pero prefirió callarlo, solo confundiría a Hilary y la acercaría a la verdad con lo que sabía era suficiente inclusive sabia más de lo que debería.

Un tempano de hielo sigue siendo frágil – espeto la chica mientras alzaba una de sus cejas, un gesto característico en ella cuando algo la molestaba.

Un tempano de hielo puede parecer frágil, pero puede ser filoso y cortante, tan frio que puede quemarte – dijo Ian y una pequeña sonrisa apareció en Hilary ´´soy un tempano de hielo´´ por muy extraño que pareciera se sentía orgullosa y feliz de que el la comparara con un tempano de hielo.

Merecidas o no esas heridas, no puedo dejarte así, vamos – dijo la princesa de Hielo tendiéndole la mano para ayudarlo a ponerse de pie – acompáñame a casa mi tía tiene vendas y esas cosas, te curare enseguida.

Tengo una mejor idea – dijo Ian mientras tomaba la mano de Hilary y la ponía sobre su herida – recuerdas el día en que supiste mi nombre.

Cuando convertí en hielo a dos personas – dijo algo avergonzada.

Si, ese día tú me salvaste, de tus manos – decía mientras tomaba ambas manos de la chica – brotaron chispas.

Chispas azules – interrumpió Hilary – lo recuerdo, pero no estoy segura de poder repetirlo.

Solo inténtalo Hielo – la alentó el chico.

Hilary lo intento, puso sus manos sobre la quemadura, cerró los ojos, pero nada paso.

Es inútil, soy una inútil – declaro molesta mientras agachaba la cabeza.

Nada de eso – dijo Ian tomando su mentón para que lo viera – escucha bien esto que te voy a decir en primer lugar, tú no eres una inútil, no vuelvas a menospreciarte así entiendes y en segundo te contare un secreto si agachas la cabeza se te cae la corona – le dedico una pequeña sonrisa ante la mirada desconcertada de Hilary ´´ ¿corona? ¿de qué habla? ´´ pensaba ella, desconocía demasiado sobre su origen y sobre el futuro que les esperaba.