Desperté alrededor de las 12 de la tarde, ya que el sol entraba perfectamente a la habitación, incluso causando que despertara. Me sentía horriblemente, el cuerpo me dolía, y no soportaba el dolor de cabeza, además de que no podía ver con claridad; miré a mi alrededor, estaba en un cuarto de hospital, la televisión estaba encendida y al lado mío mi madre se encontraba, dormida en el sillón que estaba junto a la cama.
-Mamá- le dije con una voz que apenas si se escuchaba, ella no despertó así que intenté de nuevo, -Mamá, despierta por favor- terminando esas palabras ella despertó, me miró y sonrió, rápidamente se levantó del sillón y me dijo.
- Gracias a Dios que despertaste hija, llamaré al doctor- me dijo con una voz aliviada y entusiasta.
-Mamá, espera..- no me dejó terminar la oración cuando ella salió del cuarto.
Mis recuerdos empezaron a regresar cuando ví en una mesita del fondo el vestido blanco que llevaba la última vez, ahora manchado de sangre y algo sucio, mi corazón se aceleró y enseguida pensé en Jeong-Hyun ¿Dónde estaba?¿Estaría bien?, esperé a que mi madre regresará para preguntarle.
-Que bueno que ha despertado Young-Mi, su familia estaba realmente preocupada- dijo un doctor después de entrar al cuarto seguido de mi mamá.
-¿Dónde está Jeong-Hyun?- le pregunté a mi mamá, sin siquiera saludar al médico.
-Es mejor que te mantengas tranquila, acabas de despertar después de una cirugía- agregó el doctor mientras me revisaba.
-¿Qué?-fue lo único que pude decir.
-Ayer sufriste un accidente vial junto con tu novio, tuviste una ligera fractura en la columna, así que debíamos intervenir, de no ser así posiblemente no hubieras podido volver a caminar- Dijo el doctor como respuesta.
-Agradezco su trabajo doctor- dije de forma medio tosca para luego dirigirme a mi mamá -¿Dónde está Jeong-Hyun?- ella se mostró triste y agachó la cabeza.
- ¡Respóndame!- le grité con algo de desesperación, ni siquiera sabía de donde saque fuerza para hacerlo.
-Jeong-Hyun, murió- terminando esas palabras unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos, mojando sus mejillas. Sentí como si mi corazón hubiera sido atravesado por una espada, no podía creer que eso fuera posible.
-No, eso no es verdad, dile que venga a verme, o llévame con él- le dije a mi madre con un nudo en la garganta y derramando algunas lágrimas.
-Lo siento mucho mi niña- dijo mi madre mientras se acercaba a mi y tomaba mi mano con fuerza.
-¡NO! Eso no puede ser- le dije de forma alterada, incluso se me olvidó que había sido operada ya que quería levantarme a toda costa.
-Tranquilízate hija-
-No puedo mamá, quiero ir con él- terminando esas palabras una enfermera entró al cuarto y me inyectó un tranquilizante, en segundos quedé inconsciente.
Después de algunas horas volví a despertar, la televisión seguía encendida, estaba en el canal de noticias, - Desafortunadamente el heredero de la familia "Kang" dueño d la academia de ballet 'Artist Dreams', perdió la vida la noche de ayer en un accidente vial cuando regresaba a la casa de su prometida, el accidente fue reportado inmediatamente pero no se pudo hacer nada, la ex prometida de Kang Jeong-Hyun se encuentra en recuperación. Mientras tanto, en otras noticias.....- después de escuchar eso mi cuerpo empezó a doler más. -El murió- fue lo único que me dije mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
Mi madre entró al cuarto, cuando me vió llorar inmediatamente apagó la televisión, se acercó y preguntó -Cariño, ¿Estás bien?-
-¿Cómo fue que pasó?- le dije al borde del llanto.
-Los médicos no pudieron hacer nada, el ya había muerto cuando llegaron- me dijo tomando mi mano.
-No puede ser, el aún estaba vivo, yo lo sé- le respondí tratando de controlar mi llanto.
-Se que es difícil, pero tienes que ser fuerte- agregó, acariciando mi cabeza y limpiando mis lágrimas.
-No lo acepto, él no debía morir, él merecía vivir- dije aún con lágrimas saliendo de mis ojos.
-Ninguno debía morir, así se dieron las cosas- mi madre se mostraba igual de destrozada por esa noticia.
- Debí ser yo, el era un hombre maravilloso, merecía ser feliz-
-No digas eso hija-
-Mamá, no entiendes mi dolor, yo lo amo- dije llorando de una forma inconsolable.
-Puede que no sienta el mismo dolor que tú, pero también me duele, también lo amaba, era como un hijo para nosotros, tu padre y hermano también están muy triste por esta noticia. Hija, debes ser fuerte-
-¿Cómo puedo seguir sin él? El significa mucho para mi-
-A él no le hubiera gustado verte triste-
- Debió pensar eso antes de irse-
-No tienes derecho a decir eso, nunca imaginamos que esto pasaría, de ser así no los hubiéramos dejado ir solos. Además, tú más que nadie sabe que si tú hubieras muerto, el no lo hubiera soportado-.
No dije nada, mi dolor me estaba matando, mis lágrimas me estaban ahogando -Sal de aquí- le dije a mi mamá. Ella salió del cuarto, dejando mi mano sobre la cama. Después de algunas horas llorando me quedé dormida.
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Cuando Jeong-Hyun tenía quince años, perdió a sus padres. Ellos regresaban de un viaje vacacional que se habían dado por motivo de su aniversario, aunque en su regreso sufrieron un trágico accidente automovilístico, ninguno de los dos sobrevivió, razón por la que su tío se hizo cargo de él poco después. Cuando le dieron la noticia quedó destrozado, no quería ver a nadie ni siquiera a Young-Mi.
El se deprimió de una forma tan triste, el día del funeral de sus padres no lloró ni un poco, pero los trabajadores de su casa sabían que lloraba todas las noches, así fue durante cinco meses.
La familia de Young-Mi iría por una semana a la playa, así que decidieron llevar a Jeong-Hyun, el no estaba entusiasmado, pero acepto ir solo por tratarse de la familia Lee.
En aquella playa había una hermosa cascada aunque era muy peligrosa, ya que si alguien llegaba a caer moriría al instante, esto por la altura y el golpe con el agua.
Jeong-Hyun salió a caminar poco después de haber llegado, no era la primera vez que iban ahí, por lo que conocía el lugar. Lo que él no sabía es que la pequeña Young-Mi de diez años lo seguía en secreto.
Hyun llegó hasta la cascada, se sentó cerca del borde y empezó a llorar, lamentándose por las desgracias que lo acompañaban, él estaba dispuesto a dejarse caer ya que después de un rato se puso de pie y sin pensarlo mucho decidió aventarse.
Afortunadamente su plan falló, la pequeña Young-Mi lo tomó con fuerza del brazo -¡Jeong-Hyun no lo hagas!- dijo con una dulce voz. Él la miró, sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas, pero hizo que lo soltará -Dejame Young-Mi, deja que termine con mi lamentablemente vida- le dijo con un tono frío.
-Sí tu te vas, ¿Quién me cuidará?¿Quién me defenderá de los niños malos cuando me molesten?- le dijo la niña con un nudito en su garganta.
-Tienes a tu hermano, no me necesitas- contestó Jeong-Hyun.
-No seas un cobarde y cumple tu promesa- le dijo la niña.
Jeong-Hyun se volteó para poder lanzarse de una buena vez, pero la pequeña niña lo volvió a tomar del brazo con fuerza para después abrazarlo.
-Te dije que cumplas tu promesa, ¿Acaso no me escuchaste?- le dijo mientras lloraba.
-Dejame ir- dijo Hyun mientras controlaba sus lágrimas.
-No lo haré, nunca lo haré, dijiste que estarías para mí siempre, así que cumple tu promesa- Young-Mi seguía llorando.
Jeong-Hyun abrazó a la niña pequeña, -Esta bien, me quedaré contigo, pero por favor deja de llorar- le dijo en un tono de voz dulce.
-Mas te vale, no quiero que te separes de mi, porque si tú mueres yo también- le dijo la niña con un tono molesto.
-Eres muy exagerada para ser una niña de diez años- dijo Jeong-Hyun con una leve sonrisa en sus labios.
-Y tú muy tonto para tener quince- le dijo la niña mientras dejaba de abrazarlo y lo miraba a los ojos.
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