Príncipe Desterrado.

Capítulo 22

Artemisa

Al pensar en todas las cosas malas y buenas que he pasado en este mundo, me entra cierta nostalgia. Es cierto que nada ha sido color de rosa, que he tenido terribles momentos por culpa de otras personas, que a veces yo tampoco he sido un ejemplo a seguir, pero es mi mundo. No hay lugar mejor o peor, solo hay personas que escogieron malos caminos, algunas se regresaron para tomar el camino bueno, otros se desviaron, unos se detuvieron, los últimos simplemente continuaron por el camino del mal. Esta es la diferencia entre brujos, hechiceros y humanos.

Los brujos nacen con la magia negra, los hechiceros nacen con la magia blanca, los humanos nacemos siendo un poco de todo. Nosotros tenemos varias opciones, ellos solo pueden seguir una: bien o mal. Quienes cometieron un delito, no tienen la oportunidad de retomar el bien, tienen que continuar con ese destino. O eso se creía...

—¿La bruja que ayudamos aquel día, tenía antecedentes? —le pregunte a Horus, siguiéndolo mientras el miraba con detenimiento a su alrededor.

—Archivo desconocido, sin ninguna razón aparente, decidieron venir al mundo humano —saltó con agilidad al bote de basura, mirando hacia las escalera de incendio de un edificio de apartamentos—. Es posible que el brujo la haya querido meter en este problema y ella se negó, conoció al humano y se enamoraron.

Así que ella nunca ha sido mala...

—¿Cómo es que Sylver se haya mantenido bueno a pesar de haber asesinado a ese niño? —Maulló, señalando la escalera de incendio— ¿Siempre maúllas cuando te conviertes en gato?

—¿Siempre haces preguntas estúpidas? —contraatacó. Parece ser que estará molesto por un largo tiempo— Baja la maldita escalera.

Tuve que apilar unas cajas de madera que estaban tiradas por el callejón para poder subir al contenedor de basura y luego saltar para alcanzar la escalera. Esta cayó al piso con un golpe en seco, dándole un aspecto un tanto antigua a la par que peligrosa. ¿Y si se suelta cuando esté subiendo?

—El rastro de magia sigue hasta el tejado —dijo Horus, volviendo a su forma de hombre.

Tendrá lindo hijos con mi hermana.

—Entendido, gato sabueso.

Dado el hecho de que ya está molesto, ¿Por qué no molestarlo un poco más?

Subí las escaleras de mano con cuidado hasta llegar a las escaleras normales, subiendo siempre con el miedo a que decidan arruinarse en este mismo momento. Los apartamentos estaban vacios, abandonados quien sabe cuándo, lo que los convierten en un buen lugar para esconderse, crear un refugio. No puedo creer que la reina no haya decidido enviar un equipo de búsqueda, con lo fácil que es usar a Horus como gato rastreador. Sus ojos gatunos tienen el increíble don para ver los rastros de magia y por suerte para nosotros, los hechiceros mantuvieron la magia cuando se curaban. Me molesta que los hayan lastimado pero por fortuna, pudieron escapar.

Al llegar al tejado, quedé sorprendida ante la visión de la ciudad sumergida en el caos. Hasta ahora, en nuestro trayecto hasta aquí, no vimos nada más que a ese grupo de asesino con los ojos de la víctima y la soledad invadiendo las calles. Pero desde esta altura, se puede apreciar los edificios derrumbados, el fuego consumiendo una parte de la ciudad y la otra ser atacada por rayos. Claramente nosotros nos estamos llevando la peor parte...

—Es posible que hayas tenido razón —susurró Horus en shock ante la imagen.

—Atacan el castillo como distracción, saben que la reina protegerá a los suyos antes que a los humanos, dejándolos a la suerte —me encogí de hombros, no queriendo desmoronarme—. Es más fácil conseguir el poder de un pueblo débil, antes que atacar a los más poderosos.

En algún lugar entre el fuego, está la casa que mis padres compraron con el esfuerzo de años. El lugar donde crecí, donde aprendí a caminar, a hablar, donde recibí mi primer regalo de navidad, el lugar donde Nea aprendió a dar patadas karatekas contra el florero feo de la abuela... todo un lugar llenos de recuerdos siendo destruido.

—Artemisa —puso su mano en mi hombro, sonriendo—, estás dejando algo de lado, algo muy importante.

—¿El qué?

—Que la actual reina pertenece a este mundo, por lo cual luchará para salvar a los suyos, ¿cierto?

Asentí segura de mi misma. Ya lo dije, lucharé de alguna forma y acabaré con esto.

No tengo poderes pero puedo liderar a los más poderosos y juntos llegar a la victoria.

Sylver

—Deja de caminar de un lado a otro. Me pones nerviosa —dijo Nea por quinta vez.

—¿Qué quieres que haga? ¿Bailar? —dejé la copa de vino en la mesa. No tomo vino, mucho menos cando estoy nervioso— No entiendo que hacemos aquí.

—¿De qué hablas? Eres el nuevo rey, tu madre está descansando, necesitan a alguien que de órdenes.

Hay algo que se me está escapando pero al pensar en que Artemisa se fue, sin decirme nada, me deja sin la capacidad de pensar claro. Han pasado casi cuatro horas desde el último ataque al castillo, no se han detectado violencia en las calles del pueblo y todo está demasiado tranquilo para mi gusto. Incluso Eros, quien siempre se mantienen haciendo bromas, está sentado en silencio.




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