Motivos para sonreír buscamos todos, sin embargo, pareciera estar tan lejos de la realidad,
Dormidos en pensamientos únicos y abismales, pero bien tu estas aquí para saber las profundidades de este corazón, bueno te comento espero sonrías una que otra vez.
Un día, y para ser especifica 7 de septiembre conocí a una persona que cambio mi vida; y me dio una oportunidad para soñar, vaya personalidad que también me sirvió para darme cuenta de que no existe peor error que dejarse a uno de último lugar.
Pero bien ya que me di cuenta de su existencia, era más que claro que tendría que conocer su nombre, pero no, la verdad estaba muy cerca de mí, pero a la vez muy lejos.
Ocasionalmente nos veíamos de lejos, sonreíamos el uno al otro, imperturbable era ese momento en el que nuestros ojos chocaban, pero no eran apropiados en esos momentos.
Pasado unos días nos preguntamos nuestros nombres y fue ahí en ese momento en el cual debí alejarme, pero no ahí me quedé, establecí una amistad con un desconocido que no sabia que tanto me haría feliz e infeliz.
Conversaciones largas en las noches, que afán para querer conocer de ambos y sonreír cuando estábamos en línea y contestábamos los mensajes, inocentemente me introduje en el mundo de sentir atracción por una persona que solo había entablado una conversación en persona una vez.
Días pasaron y el fin de año se acercó, sabía que dejaría de verle y pues ahí detuve mi atracción, ya no habría sonrisas en las mañanas y mensajes en la noche.
Dejé de lado lo que sentía y amablemente me despedí, pero el no desapareció.