Rebecca
Me encontraba en mi casillero cuando unos murmullos llamaron mi atención, no tarde mucho en entender porque era. Era Madison entrando junto a Lola quien abrazaba su brazo, cuando pasaron por mi lado Lola me dio una sonrisa mientras Madison apenas me miró. Me preguntaba qué era lo que la mujer zorro debía hacer por Lola.
Desde ese día éramos un poco más precavidas, gracias a las habilidades de Madison con los animales podíamos saber si alguien se acercaba lo suficiente para que descubriera que estamos cerca la una de la otra usando magia sin querer matarnos. Aun así, no podía evitar estar algo nerviosa todo el tiempo desde que Quinn me insinuó que Madison podría morir por mi culpa, pero al parecer a la chica de cabello claro no parecía ser algo que le molestase o al menos le pusiera nerviosa, ella se veía tan calmada como siempre.
—Hey. —Quinn se acercó a mí con una gran sonrisa, lo cual ya era algo usual.
—¿Cómo estás?
—Siempre estoy bien, Rebecca. ¿Tú como estas?
—Bien. —Me encogí de hombros. —Aun no entiendo como siempre puedes estar bien si solo ves lo negativo del futuro.
—No puedo sufrir por cosas que pasaran después, además es una buena forma de evitar estar deprimida. En todo lo oscuro siempre hay algo, aunque sea pequeño de luz. Como el yin yang. —Asentí.
—¿Podrías decirme que viste específicamente en el futuro? —Ella miró alrededor acercándose un poco más a mí.
—No creo que sea buena idea hablar sobre tu futuro con Madison, sobre todo cuando se trata de la muerte de tu pareja.
—¿Pareja? —Le miré confundida y ella mordió su labio como si aquello nunca tuvo que haberlo dicho. —¿Pareja de laboratorio y esa clase de cosas?
—No, pareja del tipo…
—Hola chicas. —James llegó y pasó su brazo sobre el hombro de su hermana. —¿De qué hablaban?
—Cosas de chicas, James. —Se apresuró a decir Quinn dándome una mirada cómplice, quizás en serio ella no debía de decirme nada sobre mi futuro.
—Siempre me he preguntado a qué se refieren con “cosas de chicas”.
—Créeme que no quieres saber. —Murmuré y él solo asintió.
Necesitaba encontrar un lugar en donde leer tranquila mi libro de hechizos sin que nadie quisiera acercarse a mirarlo y los mellizos me habían recomendado ir a las piscinas pues solo habría un par de gente que estaría ocupada nadando y no me molestarían.
Me encontraba en las gradas leyendo cuando escuché un silbato, me detuve a mirar como las chicas nadaban tan rápido como si fueran nadadoras olímpicas. Cuando salieron del agua y se quitaron sus lentes y su gorra vi que la dueña del primer lugar era Madison, en el segundo lugar estaba Lola mientras que quien rápidamente se secaba, pero se había llevado el tercer lugar era Rachel a quien no le parecía agradar el agua y solo quería salir de ahí rápidamente. Debía admitir que me detuve a observar a Madison un momento, ella como toda su especie tenía un cuerpo envidiable y simplemente era hermosa, su pelo a diferencia de muchos era de un tono claro casi llegando al blanco, no era algo común en su especie ni en los humanos, pero ella era distinta a todos y lo sabía.
Rachel se acercó a ella para decirle algo y luego Madison me miró directamente a los ojos, a pesar de la distancia podías sentir lo profunda que era su mirada azul, ella no era una persona que pudiera intimidarte, todo lo contrario, te sentías cómoda con su mirada o al menos yo lo sentía así. Ella bajó su mirada antes de sonreír levemente lo cual misteriosamente fue algo contagioso para mí, cuando ella se marchó al camarín noté como Lola me miraba con una sonrisa burlona, como si ella supiera algo que yo no sabía.
Cuando las clases habían terminado esperé a que James fuera por su auto para volver a interrogar a Quinn, necesitaba saber a qué se refería con lo de pareja.
—Quinn, —Ella me miró. —¿A qué tipo de pareja te refieres?
—Rebecca, creo que ya te he dicho demasiado. Créeme que, si te advierto lo que podría suceder, tú no querrás volver a acercarte a Madison como ya lo has intentado y has fallado. Ahora mismo la única forma de que nada pase es que ustedes se mantengan unidas en todo lo que tendrán que enfrentar, no te niegues a nada de lo que ella te enseñará te servirá. —Yo le miré algo confundida, eso no me había aclarado nada. —Tú solo has lo que creas que deberías hacer y aprovechar. —Quinn puso su mano sobre mi hombro. —Ella es una buena chica y ustedes dos podrían cambiar la historia, solo pregúntale porque ella quiere ser la sucesora de su clan.