Rebecca
Pasé mi dedo por el puente de la nariz de Madison con cuidado detallando cada rasgo de su cara, ella mantenía sus ojos cerrados disfrutando de las pequeñas caricias que le daba. Se suponía que debíamos estar en una reunión con ella para hablar de los tratados, pero en este momento era lo que menos nos importaba, a decir verdad, su presencia era lo único que me relajaba y que ella siguiera viva hacia que mi corazón volviera a sentir calma luego del susto que me había dado en su competencia. Aun llevaba vendajes, las heridas que había sufrido parecían ser más graves de lo que todos creían y su abuela me había comentado que era probable que quedara con cicatrices.
—Estoy orgullosa de ti. —Ella abrió sus ojos para mirarme directamente sin entender mucho. —Por haber ganado la competencia.
—Y yo de ti, aunque sabes que siempre lo supe. —Ella sonrió levemente provocando que yo también lo hiciera. —¿Qué haremos ahora?
—¿Respecto a qué?
—Respecto a la relación de nuestras familias, si no han intentado matarme es porque mi abuela se ha encargado de ponerme seguridad las 24 horas del día. Además, Larissa ha estado muy tranquila luego de lo que pasó.
—Lo primero me parece una exageración, digo a mi me miran con rechazo… —Cuando me dio una mirada seria entendí que hablaba en serio, lo cual me asustó. —Está bien, no creo que lleguen a ese punto. Respecto a Larissa, creo que quizás se ha rendido con sus fines malévolos con mi primo.
—Gente como Larissa simplemente no se rinde. No puedo dormir tranquila por las noches pensando en que podría pasarte.
—Deberías preocuparte más por ti, yo he vencido a Keaton.
—Sí, pero Larissa definitivamente está en un nivel mayor a ti. —A pesar de que su comentario me había molestado un poco, ella tenía razón y lo sabía. —Creo que deberíamos tomarnos un tiempo.
—¿Qué? —La miré confundida.
—Solo para asegurarnos de estar seguras.
—¿Por qué?
—Porque ella aún puede morir en cualquier momento. —Me sobresalté cuando nuestros abuelos entraron a la habitación. —¿Por qué le has dado tantas vueltas al asunto? —Madison se encogió de hombros, pero yo no estaba entendiendo nada.
—¿Alguien podría explicarme que es lo que está pasando aquí?
—Los mellizos no han dejado de tener visiones de como Madison morirá de una u otra forma. —Miré a la rubia quien evitaba mi mirada a toda costa. —Es como una maldita maldición.
—Si fuera así, habría alguna forma de romper este ciclo que hemos vivido en otras vidas, ¿No?
—En teoría, —Mi abuelo me respondió sentándose a los pies de la cama de Madison prendiendo uno de sus cigarrillos sin importarle mucho el entorno en el que se encontraba, como siempre. Aun así, la abuela de Madison se encargó de quitárselo y apagarlo. —la pregunta que nos hemos hecho por años es como hacerlo. Créeme que he ayudado a esta vieja a encontrar la forma de salvar a Madison desde que vimos sus cabellos blancos, pero ni miembros cercanos del consejo saben cómo hacerlo.
Sentía mi corazón palpitar a gran velocidad, sabía que Madison también lo sintió pues tomó mi mano mirándome algo preocupada. Pero era yo quien estaba preocupada por ella y por su vida, me preocupaba el hecho de que ella en cualquier momento podría morir y yo estaba segura que sería por causas de un tercero, o en este caso unos terceros.
—Cariño, —Ella me trajo a la realidad de nuevo. —nosotras…
—Permaneceremos juntas hasta el final, Madison. Hemos avanzado y podremos ir en contra el destino. —Le di un ligero apretón en su mano y me sonrojé al ver la mirada de nuestros abuelos.
Por la noche miraba el techo de mi habitación pensando en alguna forma de salir de este lio, nuestros sentimientos habían avanzado lo suficiente como para no querer alejarnos y lo sabía, pero juntas éramos más fuertes y esa era una ventaja para nosotras. Entonces me decidí, me levanté de la cama y con sumo cuidado caminé a la biblioteca de mi padre, si podía encontrar algo sabía que sería ahí.
Al entrar sabía que solo podía estar en la sección que mi padre siempre me prohibió por alguna razón, miré entre los libros, pero ninguno parecía tener su título para saber al menos de que trataban, asique tomé uno completamente al azar y al abrirlo me quedé paralizada. Estos eran los libros de mi madre, pude reconocer su letra enseguida. ¿Por qué papá no me permitiría verlos?
Les eché una ojeada, no parecía nada fuera de lo común hasta que llegué a las ultimas hojas en donde habla de la maldición de la familia, supuse que ella podría saberlo pues ella era quien se suponía tomaría el lugar de mi abuelo. Esa sería una razón por la cual mi padre no me permitiría ver esto, en ese caso, él sabría acerca de mi relación con Madison.