3. DESCUBRIMIENTO SIN TESTIMONIO

El paso estaba prohibido, y Frank lo tenía entendido. Había fingido estar deprimido. Cuando Isabella vociferó tremendas palabrotas el se fue de la casa, insistiendo que no le sigan. Aceleró y luego retrocedió. Ellos no se dieron cuenta, y se dirigió hacia allí. Supo que moriría, porque ese lugar estaba completamente abandonado, y algo había allí dentro. Frank supo que si el moría, la culpa sería de Isabella. La muerte más obvia sería chocar por la depresión, causada por ella. Frank tenía todo en su mente. Estacionó el auto bien lejos de allí, y luego fue caminando. Antes de estacionarlo, comenzó a golpearlo, si lo llegaban a encontrar estaría roto, por el “choque”. Comenzó a caminar tras los arbustos, había cruzado una reja -en medio de la ruta- que indicaba prohibido el paso. Caminó desde los grandes árboles, para que nadie lo viera. Cuando llegó, no necesitó pasar la puerta por encima, solamente avanzó hacia lo oscuro. Podía verse, desde detrás del árbol en el que él estaba, la casa gris. En el ventanal, la cortina de éste estaba abierta, y alcanzaba a ver a Charlie llorando. Isa estaba a su lado, intentando calmarlo. Frank abrió paso mediante dos árboles que rodeaban un hoyo hondo. Llegaba a verse el fondo, algo oscuro. Rodeó el agujero y rápidamente se echó a correr. Miraba con la mirada perdida hacia adelante, e intentaba calmarse. Podía fijarse como poco a poco se acercaba a lo que realmente era malo, llegaba a percibirlo. Las rejas no se veían, eran cosas verdes que poco a poco iban oscureciéndose.

El impactante rayo del sol le daba en la cara. Mágicamente, todo oscureció. El miró hacia sus alrededores, queriendo saber que había su lado. Algo alcanzaba a oír, como una especie de grito de una niña que está siendo golpeada. Pero luego la voz cambiaba de tono, un poco más grave. Variaba.

El cuerpo de Frank fue recogido por un grupo de falsos gobernantes que registraban el lugar, eran los únicos que sabían que había allí dentro. Estaba controlado por “Edward Monroe”, un hipócrita, crítico y Geólogo que dedica su vida a “resolver misterios”. Esa era su personalidad que le ocultaba. George Andbrouth era un tipo malvado, y sus compañeros siempre lo decían. El mandó a un grupo de diez personas a que se lleven el cuerpo de Frank, que de un día para otro apareció tirado detrás de un tronco caído. El ruido podrían haberlo escuchado los Homeler. George, mejor conocido al público como Edward, supuso que el había entrado de noche.