-Prohibido Enamorarse-

C-09-

Me sentí tan frágil cuando lo vi, él no era perfecto, pero tampoco era malo, él era mi papá y muy aparte de su divorcio con mi mamá, siempre lo iba a querer, así no muestre interés en mí, porque eso hacen las hijas e hijos, yo estaba segura que él me amaba, tal vez no de la forma en que yo quería, pero lo hacía, desde ya él ocupaba gran parte de mi corazón, él se ganó el cariño de sus hijas a base de atención y dedicación, cuando las cosas entre él y mamá marchaban bien, yo era la más feliz junto a Lorena, pero toda esa felicidad algún día acabaría y no de la mejor manera.
Corrí a abrazarlo, dejando que su olor de su ropa entre en mí y con él los miles de recuerdos cuándo vivíamos juntos.

-¿Andrea, como estás hija?-me separé de su cuerpo lentamente-

-pues como verás no tan bien, me aburro en este lugar, es bonito sí, pero no es lo mismo, ¿y tú, cómo estás?- le di una pequeña sonrisa-

-yo bien, ayer por la mañana Lorena fue a verte y tu abuela le contó que estabas aquí, llamó a preguntar y sí aquí estás, hablé con tu mamá y también me comentó, ¿porque no me dijeron nada?-dijo muy tranquilo-

-¿hablaron o pelearon? –soné obvia- Papá, si te hubiéramos dicho iba a ver otra discusión, así que daba igual, tú nunca me llamas, ni vas a verme, no preguntas por mí- intenté no llorar, porque esto me estaba matando, decir la verdad me estaba matando.

-¿estás tratando de decir que no me preocupo por ti? Porque si es eso estas muy equivocada, si no llamo es porque la loca de tu mamá siempre me reclama lo mismo...

-no hables así de mi mamá, porque quieras o no ella la única que me cuida a su manera pero me cuida.-exclamé señalándolo con el dedo-

-¿así? ¿De esta manera te cuida?, Mírate hija hasta dónde has llegado-noté como su rostro se enrojecía supongo de la cólera que tenía en ese momento-

-¡¿hasta donde eh llegado papá?!- sonreí irónicamente, porque la gran razón que yo esté ahí era de lo mucho que me afectó su separación, pero claro ellos no lo sabían. - ¿Por qué crees que estoy así? ¿Porque tengo la vida perfecta? ¡No papá!   ¡Porque mi familia se desarmó de la peor manera! Por eso estoy así porque tengo unos padres que lo único se hacen es pelear- empezaron a caer lagrimas de mis ojos- porque nadie se preocupa por mí – me señalé- nadie me llama para ver si estoy bien o mal, ¿bajé las calificaciones en el colegio porque crees? ¿Porque estoy de maravilla con mi vida? ¿Tú crees qué para una adolescente es fácil pasar por lo que yo estoy viviendo? No tengo ni un minuto de felicidad papá, ni uno. –Hacía gestos cuando hablaba en medio de lágrimas-

-baja la voz Andrea te pueden escuchar- sonaba tranquilo- y sí, tal vez no te prestamos la suficiente atención, pero la culpa la tiene tu mamá por descuidarte tanto...

-papá por dios- reclamé rodando los ojos- deja de buscar culpables, cuando aquí todos somos responsables de lo que pasamos, hablo por mí, por tu hija porque yo también soy tu hija entérate, no solo Lorena yo también pertenezco a tu vida, dense cuenta me estoy acabando por dentro y ustedes solo buscan culpables, mi alma, mi vida, mi corazón está hecho pedazos; no recibo ni una muestra de cariño de parte de ustedes, pensé que venias a decirme <hija todo va a estar bien saldremos juntos como familia> pero no - le di la espalda limpiándome las lágrimas-

-Andrea, ya no somos una familia, yo ya tengo una pareja con quien sí puedo ser feliz -eso me partió el alma.

-ya ves papá, buscaste tu propia felicidad y lo peor es que vienes acá a decírmelo,¿sabes que? hasta que no tengas claro que yo también soy tu hija y que pertenezco a tu vida y debería ser parte de tu felicidad, te pido que ya no vengas a verme - esta vez quedamos frente a frente-

-Andrea no.-intentó tocarme el hombro, pero me alejé-

-sí papá, será mejor para ti y para mí, me hace daño esto, date cuenta por favor, así que ya no vengas a verme si no te preocupaste por mi cuando te fuiste de la casa no lo hagas ahora porque ya da igual, ya no vengas, yo sé que no te va a costar mucho es más ni lo sentirás -las lágrimas contenidas abundaban, solo tenía que hacer escuchar mi malestar, y lo hice

-te amo hija y si eso es lo quieres pues está bien-sus ojos se notaron rojos-

-adiós -me limpié las lágrimas-

Salí llorando de la dirección, me mataba eso por dentro, decirme qué hay alguien más que sí lo hace felíz me mataba, en ese doloroso instante necesitaba un abrazo en serio lo necesitaba y por cosas de la vida Santiago me encontró se acercó y solo extendió los brazos, aquella oportunidad de que alguien me consuele no iban a pasar dos veces. corrí hacia él y lloré desconsoladamente lo abracé muy fuerte y él me acariciaba la espalda y decía.

-llora Andrea, llora todo lo que necesites, desfoga todo lo que tienes adentro, nadie te dirá nada- decía acariciándome, ese gesto fue el mejor. Quizá en otra sircunstancia ni loca lo abrazaría, pero en gran parte dentro de mis llantos él siempre estuvo para limpiar mis lágrimas.

-¿porque las cosas tienen que ser así?-dije sin dejar de llorar-

-las cosas solo pasan, a veces para bien y a veces no- susurró.

No me di cuenta en qué momento llegamos a mi habitación, se sentó junto a mi velador mientras yo me lavaba la cara, se quedó observando algunas fotografías que tenía en un cuadro.

Ellos...- dijo mostrándome el cuadro, cuando yo salía del baño.

-ellos, son mi familia antes que mis papás se divorciaran- respondí secándome la cara.

-te afectó mucho, ¿verdad? -alzó la mirada hacia mí-

-mucho-respondí guardando la toalla con la que me había secado el rostro.

-¿el señor que vino a verte era tu papá?-

-sí, ¿lo viste? –respondí-

-sí- suspiró acomodándose- pasé a ver a Sarita, pero los vi a ustedes se notaba que estas muy molesta con él, le gritabas muy feo.

-en realidad, no sé para que vino a verme, solo me causó dolor, viene y me dice cosas, solo busca culpables y reniega de mi mamá –confesé.




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