Prohibido enamorarse » kookv

12

Taehyung.

 

—Así que has perdido una apuesta —dice Jimin dubitativo.

—Sí. —Me siento en el borde de la cama y me inclino para cerrar la cremallera de mi bota izquierda, evitando deliberadamente la mirada de mi compañero de piso.

—Y ahora tienes una cita con él.

—Ajá. —Froto uno de los laterales de la bota con mi dedo pulgar como si estuviera limpiando una mancha de la piel.

—Una cita con Jeon Jungkook.

—Eso es.

—Me estás tomando el pelo.

Por supuesto que no. ¿Una cita con Jeon Jungkook? Bien podría también haber anunciado que me voy a casar.

Así que no, no culpo a Jimin por su estupefacción. Haber perdido una apuesta era la mejor excusa que se me había ocurrido y aun así es bastante floja. Ahora tengo la duda de si debería confesarle a mi amigo lo de Sehun o no. O mejor aún, me pregunto si debo cancelar la cita por completo.

No he visto a Jungkook desde... «el gran error»... como llamo ahora al beso. Ayer me envió un mensaje después de su examen de recuperación. Cinco miserables palabras: pan comido, chupado y rechupado.

No voy a mentir, me puse supercontento al saber que todo había ido bien, pero no lo suficientemente contento como para empezar una conversación de verdad. Decidí contestar con un simple ok. Ese era el único contacto que habíamos tenido hasta hace veinte minutos, cuando me envió un SMS, para decirme que venía de camino a casa para recogerme e ir la fiesta.

Por lo que a mí respecta, el beso nunca existió. Nuestros labios no se tocaron y mi cuerpo no se estremeció. Él no gimió cuando mi lengua llenó su boca, y yo no gemí cuando sus labios chocaron contra ese punto sensible de mi cuello.

No pasó nada de eso.

Pero..., vale, si no fue así, entonces no hay razón para que me eche atrás con lo de la fiesta ahora, ¿verdad? Porque no importa lo confundido y afectado que me haya dejado el bes... «el gran error»; sigo muriéndome de ganas de tener la oportunidad de ver a Sehun fuera de clase.

Aun así, no me atrevo a contarle la verdad a Jimin. Normalmente me siento tan seguro en otras áreas de mi vida: cantar, deberes, amigos... Pero cuando se trata de las relaciones, vuelvo a ser el chico traumatizado de quince años que necesitó tres años de terapia antes de ser capaz de sentirse normal de nuevo. Sé que si Jimin supiera que he estado usando a Jungkook para llegar a Sehun lo desaprobaría por completo, y ahora mismo no estoy de humor para aguantar ningún sermón.

—Créeme, «tomar el pelo» es el segundo apellido compuesto de Jungkook —digo cortante—. El tío afronta la vida como si fuera un juego.

—Y tú, Kim Taehyung, ¿estás jugando también? —Niega con la cabeza, incrédulo—. ¿Estás seguro de que no te gusta nada ese chico?

—¿Jungkook? ¡Qué va! —contesto de inmediato.

Ya, ya.... Porque tú sieeeeeeempre te enrollas con chicos que NO te gustan.

Aparto la vocecita burlona de mi cabeza. No, yo no me he enrollado con Jungkook. Simplemente acepté un reto.

La vocecita burlona asoma otra vez: Y no sentiste absolutamente nada, ¿verdad?

Aaaaahhh, ¿por qué no hay un botón que apague esa parte sarcástica del cerebro?

Pero lo cierto es que sé que eso no borraría la verdad. SÍ sentí algo cuando nos besamos. ¿Ese hormigueo que Sehun provoca en mí? Lo sentí la otra noche con Jungkook. Aunque son hormigueos diferentes. Las mariposas no se quedaron flotando en mi vientre... Con Jungkook se escaparon y revolotearon por todo mi interior, haciendo que cada centímetro de mi cuerpo palpitara de placer. Pero eso no significa nada. 

En diez días, Jungkook ha pasado de ser un completo desconocido a ser una carga, para acabar siendo un amigo, y es justo esto último lo máximo que estoy dispuesto a llegar con él. No quiero salir con él, no me importa lo genial que bese.

Antes de que Jimin pueda seguir interrogándome, me llega un mensaje de Jungkook informándome de que ya está aquí. Mi intención es decirle que espere en el coche, pero creo que tenemos diferentes formas de entender la palabra «aquí», porque un segundo después un fuerte golpe resuena en nuestra puerta.

Suspiro.

—Es Jungkook. ¿Le puedes abrir? Todavía tengo que pasarme el peine.

Jimin sonríe y desaparece. Mientras me paso el cepillo por el pelo, oigo voces en el salón compartido, seguidas de una voz protestando. A continuación unos pesados pasos se dirigen hacia mi dormitorio.

Jungkook aparece por la puerta vestido con pantalones vaqueros oscuros y un suéter negro. Entonces sucede algo terrible. Mi corazón se convierte en un delfín y da una absurda pirueta de la emoción.

Sí, emoción. Joder.

Dios, ese bes... ERROR me ha jorobado la cabeza pero bien.

Jungkook analiza mi ropa antes de levantar una ceja.

—¿Eso es lo que te vas a poner?

—Sí —contesto—. ¿Tienes algún problema con mi look?



#38573 en Novela romántica
#7132 en Fanfic

En el texto hay: celos, amor, kookv

Editado: 14.02.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.