Estoy tan concentrada en terminar los arreglos para evitarselos a Eva hoy mismo que me sobresalto cuando alguien dice: Bu.
Levanto la mirada alarmada, pero me encuentro con unos ojos azules que me observan muy divertido sentado frente a mí. Parpadeo confundido sobre cómo Alex llegó a sentarse frente a mí y yo ni siquiera me di cuenta. Él tiene los labios apretados intentó no reírse de lo que supongo fue mi rostro de desconcierto ante su voz. Lamo mis labios nerviosos y él me observa demasiado curioso.
—Estabas muy concentrada, pero quería invitarte a almorzar—dice con una sonrisa en los labios. Miro a mi alrededor dándome cuenta de que Diana seguro no ha vuelto de la revisión de trajes que lleva a cabo con otras compañeras.
—Me sorprendiste—le digo en un murmullo y él asiente.
—Me di cuenta, te estuve observando por algunos minutos esperando que te des cuenta de que estaba frente a ti—me rio de mi propia distracción y él me observa atento—tienes una linda sonrisa—mi sonrisa cae un poco y me siento un tanto avergonzado.
—Gracias—susurro y él suspira.
—Escuché grandes cosas sobre ti Allen—mi cuerpo entra en tensión sobre lo que posiblemente escuchó de mí.
No quiero pensar que él sabe sobre lo que pasó entre Jasper y Benjamín. Jasper fue bueno sacándome de aquí, pero ahora soy el foco de atención entre mis compañeros. Me doy cuenta de que muchos de ellos al llegar se quedan observándome y luego comienzan a hablar sobre lo que pasó.
Todos piensan que Jasper y yo engañamos a Benjamín por lo que ahora soy una mujerzuela en boca de malas lenguas. Quiero pensar que eso no me da igual, pero la verdad es que me he estado ocultando de todos mis compañeros mientras estoy encerrada en mi oficina.
—¿Qué es eso?—pregunto temerosa de su respuesta. Alex me observa con mucha atención y quiero que deje de hacerlo porque me pone muy nervioso recibir mucha atención. Lo he hablado con Diana quien me está ayudando en eso.
Se supone que modelaré el vestido más importante del desfile, pero como no soy modelo, estoy recibiendo ayuda de una amiga de Diana. Es por eso que luego del trabajo pasó horas encerrada con Diana. Encuentro esto divertido, porque había olvidado lo que era pasar momentos con mi mejor amiga sin que moretones cubran mi piel, sin que mis sonrisas estaban apagadas por llamadas de Benjamín ordenándome regresar a la casa urgente o iba a golpearme, sin sentir tanto miedo que era Mejor dejarlo para otra ocasión, otra ocasión que nunca llegaría. Es por eso que disfruto mucho cada momento en que me permito bajar la guardia. Además, la amiga de Diana es una chica muy simpática que me hizo sentir a gusto.
—Que estarás siendo el modelo principal de la colección, eso es algo grande, felicidades, Allen—él lo dice con tanta sinceridad que no puedo evitar que una sonrisa surque mi rostro. Alex ha demostrado lo buen amigo que puede ser y me gusta saber que él no quiere traspasar los límites que yo misma puse entre nosotros.
—Gracias, aunque estoy muy… nervioso—susurro bajo sonrojándome de solo pensar en toda la atención que tendré puesta en mí. Espero estar a la altura de lo que requiere, constantemente pensamientos como el: no lo lograrás, esto no es lo tuyo, harás el ridículo. Muchos de esos pensamientos aparecen en mi mente, estoy trabajando en eso, pero es fuerte ver que a pesar del tiempo que tengo veo que hay mucho trabajo para recuperar mi confianza y ser la persona que quiero.
Al principio traté con desesperación de aferrarme a esa Allen juvenil del pasado, pero conforme pasa el tiempo me doy cuenta de que no debo aferrarme a ella. Debo encontrar la nueva Allen. Una que ha sobrevivido a un infierno provocado por una persona que juró amarla y no dañarla jamás. Es por eso que estoy conociéndome a mí. Es como cuando te gusta un chico, primero se conoce y luego deciden si son compatibles. Eso es justamente lo que está sucediendo en mi interior. Estoy encontrando esas piezas que quiero para mi vida y desechando las que no hacen falta en ella.
—Para celebrar te propongo un hermoso almuerzo con un genial hombre llamado Alex—sonrío negando un poco, pero al final asiento.
—Está bien, déjame recoger esto. No quiero dejarlo desordenado—susurro y él asiente muy entusiasmado con su idea de ir a comer. Respiro hondo levantándome y recogiendo de a poco lo que tengo sobre el escritorio para ponerlo en orden. Guardo el documento que cree y apago todo tomando mi bolso.
Alex se levanta y me sonríe con mucha amabilidad. Me hace señas de que pase primero a lo que asiento y él comienza a hablar sobre un proyecto en el cual Eva y él han pensado. Giro a mirarlo un momento continuando mi caminar, eso antes de chocar contra un pecho fuerte. Antes de darme la oportunidad de asustarme o algo, reconoce el aroma que desprende el cuerpo de Jasper.
—Cuidado Allen, no queremos que te lastimes—escucho su voz y me separo lentamente. Cuando mis ojos dan con los suyos siento como mis mejillas se calientan mucho. Recordar que yo me atreví a besarlo hace que sienta una pena horrible, porque actué por impulsos del increíble día que me hizo pasar junto a su preciosa sobrina.
—Lo siento… no me fijé al caminar—susurro apartando la vista de la sonrisa que comienza a adquirir su rostro.
—Tranquila, yo también fui descuidado—dice y siento que mi pecho late de manera desenfrenada—solo vine a confirmar que estarás en el desfile. Cuando le mencionamos a Sam tu presencia estaba que lanzaba fuegos artificiales—comenta divertido. Sam es la persona más amorosa del mundo, es un excelente estilista, un gay de lo más orgulloso de su sexualidad y una persona que me hace sentir cómoda a su alrededor. Por eso le regalo una enorme sonrisa a Jasper quien parece complacido de mi reacción.
—¡Eso es grandioso!—digo con alegría, pero alguien aclara su garganta y eso me hace recordar a Alex—bueno… nosotros vamos de… salida—murmuro atropelladamente cuando la mirada de Jasper cambia un poco—después hablamos—trago en seco.
#482 en Novela romántica
#152 en Novela contemporánea
poder femenino amor y apoyo, amor romance dudas odio misterio, amor abuso traición dolor
Editado: 09.12.2024