Capítulo 30

Miro a Santiago quien me explica los procedimientos que debo seguir, asiento en comprensión mientras lo observa con fijeza. Santiago es realmente un hombre atractivo y me alegra saber que tan buen hombre está interesado en Diana, quien es como una hermana para mí. Veo en sus ojos mucha seguridad sobre cada palabra que me da, su seguridad me hace sentir en confianza porque lo que estamos hablando es sobre la denuncia que le pondré a Benjamín y como serán los pasos que le seguirán a eso. Santiago es paciente conmigo y eso lo agradezco, no me lleva a un ritmo diferente al que quiero.

—Esa sería la primera parte—dice tomando una pausa a lo que dice.

—Entiendo, pero aún entendiendo tengo un poco de miedo—confieso y con tranquilidad y calma él toma mis manos entre las suyas mirándome a los ojos.

—No será fácil Allen, pero atreveré todo para que Benjamín termine tras las rejas. Nadie tiene el derecho de lastimar a otra persona y lo que él ha hecho contigo es algo atroz, me siento realmente orgulloso de ti y de tu valentía. Admiro lo que hiciste en el desfile, esa mujer inquebrantable que mostraste en ese momento es la que debes mostrar en cada reunión.

>> No te mentiré diciendo que será fácil, porque no lo será, pero estamos reuniendo las pruebas suficientes desde ahora, pero tú eres la clave principal. Eres quien estará en el centro de todo cuando explote. Quiero dar todo de mi parte para que esta pesadilla termine para ti—siento como su mano aprieta la mía con suavidad—no quiero que te conviertas en un caso más del montón, quiero que seas de los casos que lo lograron, juntos lo lograremos, ¿sí?—me inspira tantas esperanzas que siento mis ojos comenzar a cristalizarse por las lágrimas contenidas.

Me siento tan afortunada de todo el apoyo que estoy recibiendo. Como mi madre, hermano, Diana, Eva, Santiago y Jasper han estado dando de su parte para que pueda seguir en mi lucha, en la lucha contra ese demonio en forma de humano.

—Muchas gracias, Santiago, me alegra de que Diana te envíe a ti para todo esto, me demuestras con cada acción que realmente me quieres ayudar y puedo estar tranquila de que dejo en muy buenas manos a una de las personas más valiosas para mí, porque sé que realmente la ama—él sonríe antes de soltar mi mano y tomar unos documentos.

—Estoy agradecido yo con la vida por toparme con una mujer como ella, Diana es una grandiosa mujer Allen, al igual que tú—dice con una sonrisa—Diana se ha convertido en alguien que tiene mi corazón latiendo de manera agitada, pero la sensación es realmente bonita—sonrío al escuchar sus palabras, él me mira con curiosidad—quiero preguntar algo, pero no quiero parecer inoportuno—sé sobre qué preguntará por lo que comienzo a sonrojarme.

—Puedes hacerlo—susurro y él sonríe.

—¿Te gusta Jasper?—muerdo mis labios ante su pregunta, estoy por contestar, pero la puerta del departamento de Diana se abre y ella aparece con cajas de pizza.

—Lamento la demora—dice con una sonrisa. No pierdo la manera en la que de pronto Diana parece ser todo lo que Santiago es capaz de observar. Veo la adoración en su mirada y me siento como una espectadora de lo hermoso que se ve el amor que él siente por ella. Porque sé que mi Diana está totalmente enloquecida por ese hombre y saber que todo ese amor es correspondido me hace sentir en paz y con mucha tranquilidad.

—Descuida, justo ahora terminamos por hoy, ¿o necesitas algo más Allen?—cuestiona Santiago y niego con una sonrisa.

—Todo por hoy—digo con tranquilidad.

—Traje invitado—grita Diana desde la cocina, mi corazón tarde de manera apresurada cuando veo a Jasper adentrarse en la casa de Diana. Sus ojos grises se pasan por el lugar antes de posarse en mi persona y veo como una pequeña sonrisa aparece en sus labios.

Siento mis mejillas comenzar a calentarse debido al recuerdo de él robándome un beso luego del desfile. Parece que siempre actuaré como una niña en su primer amor con Jasper cerca, porque siento mi corazón latir de manera apresurada, mis manos sudadas y mis ojos parecen que solo quieren verlo a él, así que evito mirarlo y mejor bajo la mirada a mis manos. unidas sobre mi regazo.

—Buenas noches—su voz suena tan suave que me hace levantar la mirada y veo como solo parece observarme a mí. Santiago a mi lado tiene una pequeña sonrisa en los labios y siento los golpes de mis latidos en mi pecho por los apresurados que se sienten. Escucho sus pasos acercarse y también como intercambiar unas palabras con Santiago quien se levanta para sentarse en el sofá del frente. Siento la presencia de Jasper a mi lado cuando se sienta y todo su aroma masculino se filtra en mis fosas nasales—buenas noches, Allen—levanto la mirada encontrándome con esos ojos de mirada dulce puestos en mí. Abro mis labios para responder, pero mis cuerdas vocales parecen no funcionar.

—Buenas noches, Jasper—susurro y él sonríe haciendo que mis mejillas se calienten más.

—Iré a ver por qué mi hermosa novia no ha traído la pizza—informa Santiago, pero Jasper y yo no le prestamos mucha atención porque estamos observándonos fijamente. Recordar ese beso me hace sentir tímida.

—Hoy no pareces muy interesada en hablarme Allen, eso me pondrá triste—dice con un tono relajado, abro mis labios sorprendida y él parece complacido de mi reacción.

—Solo estoy… solo me siento rara—confieso y él me observa con mucho interés.

—Rara?—inquiere y asiento—¿rara en qué sentido?—pregunta con mucha rapidez.

—Solo… seguro son cosas mías—él asiente y sin que lo vea venir toma mis manos entre las suyas.

Y ahí están las diferencias con Jasper. Cuando Santiago tomó mis manos solo se sintió como un presionado de fortaleza, pero un simple presionado de manos de Jasper me hace sentir como si fuegos artificiales estallaran a nuestro alrededor.

Jaspe

Veo el rostro cada vez más rojo y tengo que admitir que sonrojarla es un placer secreto que me da, porque cada vez que lo hace la esperanza de que ella pueda en algún momento corresponder lo que siento por ella me alberga. Veo ese cabello rojo envuelto en una coleta floja y sin que pueda evitarlo me inclino hacia ella logrando ver más de cerca el verde de sus ojos y viendo como estos se agrandan por la sorpresa. Mis manos van a su pelo y jalo la goma de manera suave para que su cabello rizado caiga como una hermosa cascada sobre su espalda. Yo mismo lo peino, o lo intento logrando un vistazo de lo hermosa que es Allen de cualquier manera.