Epílogo

En la historia de la humanidad quedarán la memoria de aquellos que dieron su vida sacrificándose por las vidas de sus compañeros de batalla, no solo aquellos de cuya memoria vivirá en las páginas de la historia, sino de aquellos nombres anónimos de hombres mujeres y niños que vivieron, y contribuyeron a la historia pero no se menciona su sacrificio sea grande o pequeño en las páginas de las enciclopedias o libros de historias, ni siquiera en los cuentos o en las leyendas, pero esas historias estarán ahí, tal vez nunca encuentren quién las lea, o quien las halle, pero la huella incluso del aleteo de una libélula tiene su eco en la eternidad.

"un hombre debe tener corazón de roble, vista de águila, brazos de bronce y piernas de acero para poder vencer el paso del tiempo y dejar un legado en la tierra escrito con la sangre de sus propias manos"