John estaba acostado en la cama de su hermano, George había comenzado a salir con Hanna de manera formal y jamás nadie lo había visto tan enamorado, además, Hanna era divertida y no era superficial, se mostraba tal y como era, George estaba tan distraído con su amor que se había olvidado que debía darle clases de conducir a John.
Entonces por fin llego George y al verlo en la cama no hizo más que rascarse la cabeza.
— Lo había olvidado — le admitió George — Estaba en el cine con Hanna, Zachary y Amanda.
— Me faltan solo un par de prácticas y pronto tendré mi licencia.
— Bien en ese caso practiquemos ahora — le dijo George — pero a cambio tengo un favor que pedirte; Hanna quiere que nos apuntemos en clases de baile.
— Pero ya sabes bailar.
— Eso le dije a Hanna — dijo George resignado — pero ella quiere aprender de un modo más... “profesional”.
Al escuchar eso John se echó a reirá burlándose de su hermano.
— No me reiría tanto si fuera tu — le dijo George con malicia — Sarah y tu vendrán con nosotros.
— ¡¿Que?! ¡No, claro que no! — le dijo John — no me involucres en tus cosas.
— Ya están involucrados; la primera clase es este sábado.
— ¿Por qué no les dijiste a Zachary y a su esposa?
— Porque a ellos no puedo obligarlos — le dijo John — y aparentemente Amanda está embarazada.
— Pues que aprenda a bailar antes de tener panza.
Después de que George convenciera a su hermanito le dio la práctica de manejo.
El sábado llego George busco a sus reclutas y luego paso a buscar a Hanna, cuando George la vio su mirada se ilumino y la recibió con un beso, luego llegaron al salón donde darían las dichosas clases de baile.
Era un salón amplio y muy bien decorado, el lugar estaba lleno de parejas que buscaban aprender y otros que ya sabían, pero seguían asistiendo al lugar.
Las clases empezaron y resulto que aquello en realidad fue divertido, George obviamente hacia pareja con Hanna y John con Sarah.
Después de que acabaran las clases Hanna se acercó a Sarah, aunque ya habían estado juntas varias veces era la primera vez que estaban solas.
— Sarah — le dijo Hanna — Es la primera vez que estamos solas tú y yo, espero que podamos hacernos amigas.
Entonces Sarah miró a Hanna.
— Si — dijo Sarah sin demasiado ánimo.
— Sabes que eres muy hermosa.
— Mira… Hanna — le dijo Sarah — me parece genial que quieras ser mi amiga; pero no soy una chica delicada como tu… yo soy un poco más áspera.
— Lo sé — le respondió Hanna — George dice que eres como un oso grizzli; y no creo que tengas que ser como las otras chicas.
A diferencia de Susan y Abigail Hanna no intentaba ser una figura materna, ella era bastante afable por lo que termino por hacerse amiga de Sarah.
Al final todos esperaban ansiosos los sábados, y cada clase los hacia mejores la profesora de baile estaba encantada con ellos, George había demostrado un dominio increíble, tenía una extraña naturalidad para el baile... y sus jóvenes estudiantes John y Sarah tenían una química inigualable.
La semana no tenía nada especial, apenas era miércoles y los maestros no dejaban de hablar, Sarah dibujaba algo en su cuaderno y la maestra se paró frente a ella y le hizo una pregunta, pero Sarah respondió correctamente.
Ya que George les había pedido que fueran a su casa ellos salieron de la escuela directamente al lugar donde vivía George.
Llegaron al apartamento de George, estaba cerrado, pero John tenía una llave así que entraron a esperar a que George saliera del trabajo. Mientras tanto encendieron el televisor y John se dio cuenta de qué había una pequeña cajita escondida en el librero.
— ¡Oh por Dios! ¡George le va a pedir matrimonio a Hanna! — dijo Sarah emocionada por el descubrimiento.
— Supongo que sí — dijo John mirando el anillo.
— Creo que va a ser en el viaje del próximo fin de semana — dijo Sarah.
— Sería interesante qué alguien descubriera qué en realidad eres una romántica empedernida — le dijo John de manera burlona.
— ¿Quién dijo eso?
— No lo disimulas tanto como crees.
En eso llego George y les quito el anillo, y ellos lo interrogaron, así que George no podía evitar el sonreírse.
— Tienen qué mantenerlo en secreto.
— Lo prometemos — dijeron casi al unísono.
— Sarah — le dijo George — necesito qué me hagas un favor.
— Claro, ¿cuál?
— Hanna saldrá con unas amigas el viernes, quiere que la acompañes.
— ¿No puede ser otra cosa?
— Sé que no te gusta… pero podrías intentarlo por favor.
— Ok — le dijo — no hay problema.
— Y no se te ocurra decirle lo del anillo.
— No soy soplona.
— Perfecto.
Finalmente, el viernes después de la escuela Hanna buscó a Sarah y se fueron de compras, estando en el Mall se encontrarán con un pequeño grupo de las amigas de Hanna, al verlas Sarah frenó de golpe, reconoció a Kristine en el grupo y claro Kristine también se sorprendió de verla.
— Hanna — le dijo Sarah en voz baja — ¿qué hace Kristine aquí? ¿Ella es amiga tuya?
— Sí — le respondió Hanna — ustedes son primas así qué pensé qué estaría bien.
Sarah solo pudo cerrar los ojos y tratar de disimular, pero los sutiles comentarios qué de vez en cuando le hacía Kristine acerca de su falta de feminidad la hartaban y Sarah le dijo a Kristine que la dejara en paz y que se olvidara de que ella existe.
En determinado punto la misma Hanna le dio a entender a Kristine qué dejará a Sarah en paz y eso hizo que Sarah admirara más a Hanna.
Días después John y Sarah hablaban en el pasillo; dado que ya no podían verse hasta que les dieran receso o que acabaran las clases. Últimamente una chica (hermana de uno de los compañeros de clase de John) se había estado acercando a ellos y auto-agregadose a ellos; estaban hablando de cosas triviales cuando Sarah levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de un par de jóvenes.