Hay cosas que producen cambios. A veces, las más insignificantes son las que más impactan.
Kelly
No entiendo porque " el Alpha " no aparta su mirada de mí, no entiendo porque llamó su casa " nuestro " hogar, no sé porque él me ha llamado "¿Su luna? ¿Su mujer? "Conclusión, no entiendo nada. Aparte de que está loco, claro.
En cuanto esté sola con Johan le pediré explicaciones.
Y tengo que admitir que lo que están observando mis ojos, después de que abrieran las puertas de hierro, es...bonito.
Grandes casas de dos y tres plantas hechas completamente de madera y pintadas de bonitos colores pasteles. Cada casa tiene un patio cubierto de un césped natural de color verde intenso, algunas casas tienen bonitos jardines florales.
Las casas hacen como una especie de círculo alrededor de otra casa más grande, de tres plantas y hecha con material de cemento y pintada de un bonito color crema. Ya un poco más al final corre el agua de un pequeño riachuelo rodeado de árboles, y más lejos se pueden observar grandes árboles de un verde intenso.
Vale, es...
-Hermoso, ¿verdad?- Escuché una voz masculina que decía a mi lado.
-Sí. - Admito, porque es cierto. Miro a los ojos oscuros de Stephen, que hace un momento tenía una acalorada conversación con mi hermano mientras yo me quedaba embelesada con el paisaje en frente de mí. Lo voy a pintar. El arte es la única carrera que habría estudiado si hubiese ido a la universidad.
-¿Me perdonarás por lo de ahí afuera?- Preguntó y traté de ocultar mi sorpresa. A simple vista, parece uno de esos tíos que odian pedir disculpas a los demás ¿Por qué algo me dice que se comporta de manera diferente conmigo?- Viviremos en el mismo techo. Sé que no confiarás en mi al primer día que me conoces, pero...
-Ni en ti ni en nadie. - Confesé sin querer sonar borde. Porque es la verdad, para confiar y que te decepcionen... Prefiero pasar.
Algo pasó por sus ojos, un sentimiento que desapareció con rapidez como un rápido pestañeo.
-Pero eso no significa que no nos llevaremos bien ¿No?
Lo pensé. Él no me ha hecho nada aparte de lo del agua, que si lo pienso, en realidad fue solo un accidente, y además... lo acabo de conocer ¿Por qué no llevarme bien con él? Sólo eso, nada más.
-Está bien.
El asintió y sus labios dibujaron una leve sonrisa de lado.
Me guío hacia la única casa diferente. Mi hermano se nos acercó, ya que mientras Stephen y yo estuvimos hablando, el inmediatamente se " interesó " por las flores de un pequeño árbol de cerezo. Aunque su rostro confundido ahora se parece más al cabreo.
Como mencioné antes, la casa es inmensa. Por dentro está pintada de blanco, la primera planta está decorada con enormes sofás de color ocre y crema, algunos cuadros de paisajes y fotografías antiguas, pero no había nada tecnológico, (TV, ordenador, etc.). Pienso que los lobos se toman muy en serio lo de estar conectados con la naturaleza. Con razón Johan no apartaba la mirada de mi televisor.
La cocina es más diferente a la sala… más moderna. Está también en la primera planta, con mesetas de diseño, refrigerador, cocina eléctrica, armario de madera...etc. También está el comedor, de ocho sillas sin incluir las del cabecero. Había algunas mesitas que contenían estatuas que parecían valiosas.
En la segunda planta está el dormitorio, con nada más que diez habitaciones, cinco en cada lado del pasillo. Habrá sido solo coincidencia que a mí me tocara la habitación cuatro a la derecha, al lado de la de Stephen que es la última.
Mi habitación está vacía, a excepción de una cama, un armario de color caoba y una mesita de noche... para que la decorara a mi gusto.
Y bueno, la última planta es un salón para celebraciones y reuniones entre Alphas, betas y eso.
Desde hace unos meses Stephen y Bruno viven solos en el hogar de la familia del Alpha, ya que sus padres y algunos primos están fuera de la ciudad arreglando algunos "asuntos". Johan me había dicho que ellos volverían antes de mi transformación.
-Te vendré a ver mañana.- Johan me observó desde la puerta de mi habitación, mientras yo acomodada la poca ropa que traje conmigo en el enorme armario de madera. Stephen se había ido a no sé dónde después de que ambos me enseñarán la casa.
Antes le dije a Johan que porque no vivía con él, a lo que contestó que vive en una casa llena de hombres fuertes y rudos, luchadores de la manada.
-Me debes explicaciones, Johan.-Afirmo al mismo tiempo que veo la hora en mi reloj. Quince minutos para las nueve de la noche. Estoy agotada, pero necesito explicaciones a mis dudas.- ¿Por qué Stephen me llamó su luna? ¿Y qué diablos significa eso?
-Te prometo que te lo diré, pero no ahora.
Salió y desapareció por el pasillo antes de que protestara. Resoplé con enfado. Al final cerré la puerta con seguro, apagué la luz y me subí a la cama para dormir.
- Johan es un estúpido.- Suspiro Buenas noches mamá y papá.- Murmuré como lo hacía todas las noches, creyendo que en cualquier lugar en el que estén, me estarían escuchando.
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Desperté de un sueño, más bien una especie de recuerdo, de cuando Margara, mi madre, me leía cuentos antes de dormir.
Escuché voces y pasos rápidos provenientes desde fuera.
-¿¡Nos atacan!? - ¿Qué?
Me levanté de un salto de la cama, poniéndome solo mis zapatos viejos, ya que me había quedado dormida con todo y ropa. Bajé deprisa las escaleras saliendo al exterior.
La gente corría en dirección a la muralla, deteniéndose a unos pasos de distancia. Afuera de la muralla se escuchaban gruñidos feroces. Me fui acercando, ignorando, por primera vez, la mirada y murmullos de los demás.
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Editado: 01.06.2020