A veces, el destino... Juega a modo tortuoso. Pero para Jane Miller y Austin Brown la palabra "destino" provenía y hacía parte del tiempo. Sí por ende, para ambos, el destino no existía, pues no le daban importancia, y el tiempo era el que decía todo.
La historia de ellos dos, no era la más normal, a decir verdad, radicaba a ser inefable, inconclusa, y lo cliché del momento: Confusa. Pero existen cosas, que marcan la diferencia, pero mientras tanto, la distancia, marcaba la diferencia.
Una promesa fue el inicio de todo, y uno de ellos, llegó a pensar, que aquella promesa, no tenía validez, no importaba y que se había quedado en el aire para ya no regresar jamás.
Aunque fuese demasiado tarde, y la promesa quedara en el aire, regresaría tal como lo prometió.