“Solo nos separamos para Reencontrarnos”
John Gay
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Doy un enorme respiro mientras le doy la espalda a la entrada principal, siento un leve mareo del que debo mantener mis pies firmes para no caer desmayada ante aquella sorpresa inaudita que he recibido; empiezo a creer que el mundo suele ser tan pequeño que las coincidencias terminan por existir, pero sigo preguntándome aún, por qué esto me suele suceder cuando mi vida ha iniciado mejor de lo que me había planteado cuando pise Chequia.
Intentó controlar mi respiración poniendo una mano sobre mi pecho y pensando en cosas positivas para no arruinar una noche de la que ni ha iniciado todavía; sigo sin creer que Dalek esté tomando el lugar de Kral, y por supuesto, esté viviendo en Chequia cuando pensé que estaría en Estados Unidos con su amante. Esto no entraba en mis planes, más cuando empezaba a olvidarlo pero ahora, tenerlo a unos metros de mí, las emociones se me han revuelto causándome una fuga de recuerdos, dolor y lagunas que quisiera entender porque me siento extraña como si algo no encajara en está historia, pero no permito que esa sensación me invada sabiendo que solo pueda ser un sentimiento de abandono y rechazo conseguido por él al no haberle dado un hijo.
Me doy la vuelta para mantener una postura firme de la que demuestre mi serenidad y profesionalismo, sin embargo, aún no se ha dado cuenta de mi presencia porque empieza a saludar a los demás partidos mientras se entretiene en pequeñas conversaciones de las que funcionan para que esté al borde de conocer sus nuevos rivales. No obstante, ese momento llega cuando su mirada deja de concentrarse en el representante del partido demócrata cuando se sorprende al verme parada a unos pocos metros de él, al punto de que parpadea con continuidad y sacude su cabeza queriendo entender si soy yo o solo es mi fantasma.
Kral se percata del rostro que su hermano menor hace logrando que mire en dirección hacía mí, siendo el siguiente en asombrarse pero prefiere no decir ni una palabra antes que esto se vuelva un rotundo escándalo que nadie olvidará; por lo que acercándose a nosotros, siento como las manos empiezan a sudarme, sin decir que, las nauseas aparecen y las ganas de vomitar están al flote para que me dirija al baño.
—Buenas noches. —Nos da un saludo.
Me muerdo la lengua para no sacar un improperio que no vendría al caso, más porque no es momento de que medio mundo que está dentro de la política sepa que Dalek Hájek es mi ex marido.
—Buenas noches, señor Hájek. —El señor Izak estrecha su mano con profesionalismo.
No sé que tipo de milagro hemos llegado a tener en la vida para que nadie sepa que él fue mi esposo; aunque no me asombra de cierta forma cuando Dalek prefirió mantenerse alejado del ojo de la política en Chequia cuando su padre fue decayendo en la misma desde el momento en que dijeron que estaba cometiendo fraude, actividades ilícitas, falsificación de documentación y robó.
Aunque también, la razón por la que no pusieron interés en Dalek fue porque el señor Otik siempre lo mantuvo lejos de la familia, en donde además de haberlo enviado a un internado, también lo envío a estudiar a Estados Unidos para que todos los conocidos, amigos, colegas y trabajadores del señor Otik no reconocieran quien era su segundo hijo, como a su vez, no le tomarán importancia al momento de preguntar por él.
—Es una dicha tenerlo dentro de la política, parece que representará con honor el partido de su padre —Dalek mostró una sonrisa falsa de la que conocía.
—Así es, estoy aquí para cambiar la mala imagen que tienen de nuestro partido —comentó con sinceridad pero no con orgullo.
—Será un placer enfrentar a un rival que desconocemos de su trabajo pero su propia experiencia como la han contado, habla por si sola —el señor Izak sigue elogiando a Dalek sin darse cuenta que es la forma poco convencional de hacerlo sentir orgulloso.
Sus ojos pronto se posicionaron en mí, dándome esa mirada evaluadora como si siguiera sin creerse que me tiene a unos centímetros de él. Le dio un breve saludo a Klára para después extender su mano hacía mí, tarde un par de segundos en pensar si estrechar su mano o no, pero por respeto aunque con un toque de hipocresía, lo hice logrando formar una sonrisa tan falsa que ni el mismo gato de Alicia en el País de las Maravillas lo pudo haber demostrado.
—Buenas noches, señor Hájek. —Vi como trago saliva. —Kaleen Dušek, su próxima rival quien lo derrocará. —Dije con extremo orgullo.
—Un gusto, señorita Dušek. —Habló.
Solté pronto su mano porque estúpidamente sentí ese toque eléctrico que ya no debería haber entre ambos, aparte de ello, sentir su tacto no tendría que ser agradable, pero en mi interior, aún existía una comodidad de la que quisiera quemar para que no existiera por nada del mundo.
—Felicidades por la noticia, señor Hájek. —Le di una mirada extrañada a Klára.
Dalek dejo de poner su atención en mí para hacer un gesto que no comprendía la felicitación que Klára le dio a él, sin embargo, antes que dijera una palabra, nuevamente mi conseja se le adelanto para darle a entender lo que quiso decir.
—Por su bebé. —Engrandecí los ojos.
—Ah, eso. —Inhalo aire. —Muchas gracias. —Nuevamente fingió una sonrisa.
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Editado: 27.05.2024