Entro en la bruma de lo inconsciente y entre la niebla, se asoma un rayo de luz que poco a poco deja de ser una débil e insignificante claridad, a iluminar todo el espacio. Aparece ante mi una persona, que me mira desde una banca, un parque, varios niños más, un columpio en dónde estoy sentada. Todo es extraño para mí, son personas que jamás en mi vida había visto a excepción de la persona que me mira y eso me provoca ansiedad.
En los ojos de esa persona hay un destello de tristeza, me dedica una mirada que deja ver la desgracia en ellos. Tiene un rostro tan acabado, lleno de ojeras, como si no hubiera dormido varios días y haya trabajado sin descanso.
Solo me mira, sin pestañear. Se le resbala una lágrima por el ojo izquierdo y se levanta, dedicándome una última mirada antes de voltear. Sigue caminando y cada vez se aleja más de mí, no me voltea a ver y siento una desesperación que me envuelve.
Una mano se pone en mi hombro en el momento que decido levantarme del columpio, volteó hacia tras y no logro distinguir su rostro, porque está borroso, no tiene ojos, nariz ni boca, es una cara sin nada, plana.
Doy un salto del susto y este ser que me tiene aprisionada entre su mano, me sujeta tan fuerte que empiezo a sentir dolor. Veo que se va acercando su otra mano con un pañuelo hacia mi cara, lentamente, hasta cubrir toda mi nariz, inhalo fuertemente y de nuevo vuelvo a estar entre la bruma de la nada.
...
Me despierto sobresaltada, con el corazón a mil y sudada
- De nuevo este sueño de mierda...