8 años antes.
Estaba caminando entre los árboles, aún sentía la sangre de mis amigos cubrir mi piel, cuando hice lo que hice esperaba que fuera el final. Imagínense mi sorpresa cuando abrí los ojos y descubrí a mi capitán y hermano de armas a unos metros de mí sin ningún indicio de haber estado en una pelea, me moví hasta un arroyo a mi derecha para notar que yo tampoco tenía ningún rasguño, escucho su voz y solo pienso en huir, recordaba con total claridad lo que había hecho y ahora sabía con total seguridad que lo volvería a hacer.
Camina sin detenerme no sé por cuánto tiempo antes de desmayarme,
Al despertar unas criaturas estaban sobre mí, reconocí el hedor y los colmillos, devoradores de almas, usando mis piernas sujeto su cuello quebrándoselo en un movimiento, el crujido atrae la atención del que nos daba la espalda, pero mi estado no me daba la ventaja, Gracias al cielo alguien salta en mi defensa. No sabía si estaba en peligro aún y no me importaba, más y más recuerdos llegaban a mí haciendo que me arrepintiera de impedirles matarme.
_ ¿Cuál es tu nombre? -En este punto todo era irreal, río sintiéndome histérico-
_ Creo que acaba de despertar. -Otra voz comenta- Actúa muy raro.
_ ¿A qué clan perteneces? -Insiste el primero- Responde.
_ Debería estar muerto. -Balbuceo- Es lo que merezco.
_ Está en shock, te lo dije Andy, acaba de despertar.
_ Pero no hay clanes cerca.
_ ¿Un solitario?
¿Un solitario? Si, estaba solo, los había traicionado y luego entregado a nuestro enemigo, todos estaban muertos, por mi culpa, sentado en el suelo me balanceo adelante y atrás sintiéndome perdido, un poco loco quizás, eso podría explicar por qué continuaba riendo.
PRESENTE
_ ¿Cómo moriste?
Estábamos en su cama como casi todas las noches desde que dormimos juntos, no podía regresar a la casa de Elías, porque esa casa ahora se sentía como suya, aquí en cambio, con Andreas entre mis brazos se sentía como el hogar.
_ Recibí una puñalada en el pecho, en el corazón.
_ No tiene cicatriz. -Murmura mientras me acaricia como si la buscara-
_ Solo en el estómago y creo que es porque el líder me curó sin pertenecer a su clan. -Se sienta de repente aún revisando mi cuerpo-
_ No es posible. -Me contempla sorprendido- Todos tenemos la cicatriz que terminó con nuestra primera vida, mira. -mueve su cabello para mostrarme una cicatriz de quemadura en su cien- La mayoría de los Mooth morimos asesinados queriendo proteger algo, un muy bajo porcentaje se suicida, para los pacifistas los números se invierten pero todos portamos esa cicatriz en la piel.
_ ¿Y por qué es importante que no la tenga?
_ Puede que sea una herida abierta. -Lo miro sin comprender- O una marca leal.
_ sí sabes que no te entiendo ¿cierto?
_ La primera significa que quien te mató no lo quiso hacer. -Rie con ironia- La segunda es que lo hizo por tu bien, en cualquier caso fue porque sintió que no tenía más opción.
_ ¡Es absurdo! -Me levanto y comienzo a vestirme mientras hablo- ¿Que no tenía opción? ¡Siempre hay opción!
_ A veces no, no todo es blanco o negro.
_ ¿Crees que no lo sé? Mira la situación de mierda en que estamos.
_ Tal vez deberías considerar que...
_ ¿Crees que no lo he hecho? -Subo la voz sintiéndome frustrado- ¿Que no me he inventado cientos de excusas? ¿Que no ha intentado encontrar una razón? -Sus ojos se abren sorprendidos por mi arrebato- Pero ¿sabes? La única conclusión a la que llego siempre es que no sé una maldita cosa.
_Solo digo que mantengas tu mente abierta. -Acaricia mi pecho, sobre el corazón- Porque esto, significa algo.
Suspiro dejándome caer al borde de la cama, Andreas me abraza por la espalda. En el fondo sé que tiene razón pero no quiero asumirlo, Isabel que mi hermana de armas no confiaba en mí tanto como creía calaba profundo.
La nieve había comenzado a caer durante la noche y ahora, aunque era una delgada capa, había adornado el paisaje pintándolo de blanco, ese día mi guardia comenzaría por la noche pero no pude dormir más allá del amanecer. Corrí un poco por los alrededores cruzándome con uno u otro guardia en el camino, no había tenido en cuenta cómo sería el invierno en este lugar, pero si me dejaba llevar por lo que veía, sería helado, y adoraba eso. Era muy temprano pero se veía mucho movimiento, todos en el clan celebraban la primera nevada, incluso el líder Ian Alexander jugaba guerra de nieve, fue una vista agradable hasta que un proyectil medio en la cara, no muy lejos de ahí Devon huía mientras me preparaba para devolverle el golpe, fui a la mayoría de nuestros aliados unirse y por un rato nos olvidamos de los problemas, un momento que se esfumó con la misma facilidad que la nieve al fuego.
_ ¡Leo! -Malaquías aparece luciendo algunos golpes- Va a matarlo.
No fue necesario que dijera nada más, corrí en dirección a la casa de Andreas imaginándome un escenario peor que otro, cuando finalmente llego Me detengo en seco sin saber muy bien cómo reaccionar, todo estaba quemado alrededor de ellos y Andreas era la causa, su cuerpo estaba cubierto de llamas.
_ Piroquinesis. -Murmura Ian Alexander de pie junto a mí- Mantente al margen. -Me ordena- Si se sale de control...
Unos pasos más allá veo a Still crear una barrera que luce como un cristal muy grueso y encerrarlos a ambos.
_ ¿Qué sucede aquí? -Exige Ian-
_ ¿Cómo te atreves? -Miguel le habla a Andreas ignorando a los demás-
_ Pensaste que lo permitiría, estás en ese lugar porque yo lo permití ¿Crees que te dejaría acabar con todo lo que amo?
_ El líder Miguel quiso castigar a Andreas por tener un espía en tierra de nuestro clan. -Explica Malaquías-
_ Y Andreas lo detuvo. -Afirmo-
Ian le hace un gesto a Still y este deja caer la barrera, mi Líder camina interponiéndose entre ambos al tiempo que detiene un golpe de Miguel y Still cubre su espalda de una llamarada, doy un paso inconsciente pero sehin me detiene.