Epílogo

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Desperté, acostada en el suelo con una textura igual a la del césped.

—Eh... ¿Dónde me encuentro? —Abrí los ojos... Parecía que estaba bajo las hojas de unos árboles.

Rápidamente me levanté del suelo. Di una vuelta para comprobar el lugar donde me encontraba. Parecía ser... Un bosque denso.

Al ver mi entorno, las preguntas comenzaron a rondar en mi cabeza... ¿Cómo es posible que aún esté con vida?

Es obvio que en realidad no me mató, sino que me teletransportó; sin embargo, Yaltinga claramente mencionó que todos los recuerdos, pensamientos y sentimientos eran renovados... ¿Acaso estaba equivocado? No lo creo... Yaltinga es frío y calculador... Las probabilidades de que se equivoque están muy por debajo del 1% de probabilidad.

Si Yaltinga no se equivocó, entonces... ¿Qué sucedió realmente? Supongo que esa es mi misión ahora. Debo averiguar la razón de por qué sigo con vida.

La montaña de las esperanzas ha vuelto a una subida... Sigo viva... Y esta vez... No cometeré error alguno...