Capitulo XXVIII
Miro por la ventana, el repiqueteo del agua en ellas. El cielo nublado, el sonido del viento, el zipizape de los árboles y el pequeño chasquido que se hace cuando las gotas chocan con el piso y el tejado color crema.
-Levana..?-Pregunta Kaede sacándome de mi ensimismamiento.
Parpadeo un par de veces y poso mis ojos sobre los suyos.
-Disculpa, que has dicho?-Digo con un toque de vergüenza por no haberle escuchado.
-Qué, que es lo harás?- Cuestiona con autoridad.
-No lo se K. - Aparto la mirada de su rostro y vuelvo a mirar la lluvia. -Juro que pronto te dejare de molestar-Advierto con culpa.
-No seas idiota no me refiero a eso, por mi quédate toda la vida aquí en mi casa- Regaña golpeando mi hombro.Me sobo con disimulo al tiempo en que le regalo una sonrisa ladina en forma de disculpa.- Qué harás en dónde David?
Bajo la mirada compungida recordando lo del fin de semana.
-Yo no se...
-Se que tomaras una buena desición.
-Lo haré. Pero joder esta tensión entre nosotros K, no es normal, jamás me había pasado algo así. Y por el amor de Dios, le prometí a su abuelo que tomaría sus clases de pintura y pobre de mi sí no acepto por que juro que lo deseó con todo mi corazón, siempre he querido relacionar la pintura con mas personas.
-Y cuál es el punto?-Cuestiona.
-El punto esta en que me dijo que su abuelo le advirtió llevarme a todas las clases, a todas K - Artículo compungida - No esta en mis planes encontrármelo este verano y mucho menos cuando volvamos a la escuela.
-Ana sí tu deseo es aprender mas sobre el arte, pues inténtalo, no habrá mas alternativa, o al menos en las primeras clases, una vez que ya sepas donde vive podrás ir sola.
Me pienso lo que dice y tiene razón podré ir sola después, además David tendrá mucho que hacer en el verano salir con sus amigos, tener cit..aas con chicas sexis. El podrá olvidarme y yo a él, para cuando estemos de vuelta en la escuela podremos dejar las cosas pasar.
Le sonrío a Kaede por la maravillosa lógica y abro mi manta para que se acurruque a mi lado.
-Bien así será, tienes razón.- Afirme abrazando su delgado cuerpo.
....
Estoy en el bar de la costa, aquí el ambiente es mas alocado, hay un centenar de adolescentes hormonicos esperando liberar la tensión haciendo fricción con sus cuerpos, saltando de un lado a otro, con el sudor arremolinandose en sus frentes. Y yo cantando una canción sobre una chica que vive con adrenalina y con todas sus emociones a flor de piel disfrutando cada momento, composición mía.
Agito mi cabello de lado a lado y muevo mis caderas al ritmo de la batería. Pronto todos están alocados y en el momento en que Cristopher toca la guitarra eléctrica todos gritan eufóricos sintiendo cada latido.
Sonrío con entusiasmo por ese solo y vuelvo a cantar guiñándole un ojo al susodicho.
Los tonos comienzan a bajar y pronto la canción termina y los gritos del público se escuchan a lo alto intentando llegar al escenario con aplausos, silbidos y halagos para cada uno, y el zipizape que se genera con solo una palabra, nos pone extasiados. Mientras los oímos.
-Otra.. OTRA..OTRA...-Articulan en sintonía.
Sonrío de oreja a oreja y cuento en dirección a Braham para que vuelva a tocar sus baquetas y empezar con la batería.
Y de nuevo el público se enciende y comienza a saltar y bailar frenético..
....
-Hola chicos -Saludan unas chicas a mis músicos cuando comenzábamos a mezclarnos entre la multitud, despues de terminar.
-Hola preciosas, escucho decir a Saúl.
Giro los ojos al ver como cuelga sus brazos en el cuello de dos chicas, mientras que Cris extiende su mano a una rubia muy pija.
-Braham tu chica espera- Avisa Taylor alzando la barbilla en dirección a la pelinegra misteriosa de la que nunca me hablo.
-Nos vemos mas tarde - dice con un saludo mientras camina hacia ella con una sonrisa.
Taylor y yo sin saber que hacer nos quedamos como idiotas mirando a cada uno de nuestros compañeros,posamos los ojos en nosotros.
-Quiéres un chupito?- inquiere alzando los hombros.
-Mmña.. Te sigo Tay.
....
-Qué tenemos aquí? Sí es la chica que golpeo mis bolas-Escucho una voz rasposa detrás de mi que inmediatamente eriza mis bellos a imagen de recordar lo que paso el fin de semana.
Me volteo con el mentón en lo alto intentando mostrarme segura apesar de sentir que mis piernas franquearan y que mi corazón se detendrá en cualquier instante.
-Qué es lo que quieres imbecil? -Me escucho decir con confianza, que le sorprende al chico pelirrojo y a mi por no saber de donde salio ese coraje.