¡¿qué es esto en mi barriga?!

12. ¿Por qué?

¿Qué debo pensar? ¿Cómo estar segura de qué él sea el padre? En otras circunstancias los que tendrían que dudar serían los hombres. Pero en esta no. Mi vida es muy rara. Cuando no me pasa algo me pasa otra cosa. Nunca me pasó por la cabeza que él sería el padre de mi hijo.

Mi bebé ya tienen papá...

No voy a decir que desconfío de él porque eso es un hecho. No puedo creerle a alguien que viene a altas horas de la noche, me besa para después decirme que es el papá de mi bebé. Tengo que comprobar eso. Tengo que estar 100% segura.

—¿Más helado?—pregunta Lisa.

—Sí, por favor —me tallo las mejillas quitando los restos de lagrimas.

—No puedo creerlo todavía...—susurra entregándome el helado.

¿Cree que yo sí? Estoy peor que ella. Mi cabeza es un lío de preguntas sin respuesta. Necesito un tiempo para pensar las cosas correctamente. Asimilar que fue lo que paso.

—Lisa, no sé si creer —susurro metiendo una cucharada de helado de naranja a mi boca.

Últimamente he comido mucho helado, siempre me ha gustado el helado pero ahora que estoy embarazada es más grande el antojo de helado.

Guau, helado muchas veces en la misma oración.

—Kaily, no puedo decirte que le creas, es mejor hacer una prueba de paternidad.

—Tienes razón—suspiré—. Pero tengo que esperar a que nazca.

KEIDAN'S POV.

Mi pulso es alto, parece que me dará un paro cardiaco, el sudor de mi frente nubla mi vista.

Ya que he terminado me tumbo a su lado.

—¿Vez bebé? Es tan fácil reconciliarnos, pero tú lo haces difícil.—susurra en mi oído con su voz agitada y fingida dulzura.

¿Era esto lo que quería? No, no lo era. ¿Por qué lo hice? Fácil, soy un hombre.

Cuando llegue ella ya estaba esperándome, venía cansado y agobiado de tanto pensar. Le dije que no pero ella no conoce el "NO". Me canse de repetírselo y me deje llevar. Soy un imbécil porque ya no quiero a Sharon y sigo con ella. Sí quiero estar con mi hijo tengo que ser mejor.

Me levanto de golpe para colocarme los bóxers y largarme de ahí.

—¿A dónde vas?—pregunta sentándose en la cama, no se molesta en cubrirse con las sabanas.

—¿Adónde crees? Me voy a dormir al cuarto de huéspedes.

—¡¿Por qué?!—grita.

—¡No grites, Sharon! Sabes muy bien que yo ya no te quiero, creo que hay que poner las cosas claras.—me posicionó enfrente de ella.

—¿Qué? Pero si nos amamos.—sonríe, no es una sonrisa bonita. Más bien de psicopata.

—Yo no te amo—creo que es momento de ser cruel—. ¿Y podrías retírate de mi cama y MI departamento?—remarcó el "mi" para que entienda que es mío.

—No puedes hablar en serio, Kei...

—Hablo muy en serio, Sharon.—mi voz sonó más fría de lo que quería.

—¡Eres un maldito idiota! ¡Hijo de puta!—se me fue encima. Así desnuda.

—¡Sharon cálmate!—la sujetó de las muñecas.

—¡Era Sharon y Keidan por siempre!

—Sí, solo quita mi nombre y eres tú por siempre. Solo piensas en ti. Ahora agarra un poco de la dignidad que te queda y sal por la puerta que está muy abierta.

—¡Bastardo!—grita mientras recoge su ropa y se la coloca.

Sus insultos no me causan nada. Puedo ser muy hijo de puta cuando me lo propongo.

Antes de que Sharon desapareciera de mi vista, me planta la palma de su mano en mi mejilla. Sí que dolió.

Pero no importa ningún dolor sí lo que hago es por el bien de una personita que todavía no nace.




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