KEIDAN'S POV.
He sentido como se me iba de las manos, como me la arrebataban sin ningún esfuerzo. Sin haberle dicho ninguna palabra y haberme disculpado con ella. Nunca me había sentido tan mal, pensé que jamás iba a volver a ver esos ojos tan hermosos, que nunca más iba volver a golpearme ni insultarte solo como ella sabía hacerlo. Por un momento pensé que iba a morir. Ahí frente a mis ojos.
Sentí por primera vez que me quitaban algo realmente. Algo que no sabía que era mío hasta que sentí que lo perdía. Aunque... No era mío, aún no.
Cuando vi que cerro los ojos mi mundo cayo, nunca pensé que me sentiría así de vacío. Sentía ese dolor en el pecho que te deja sin aire, piensas tantas cosas en ese momento. Si me hubieran dicho que estaría así hace unos meses me reiría en su propia cara. Tal vez no me lo creería, por el simple hecho que nunca me imagine así. Nunca pensé que sentiría algo por una persona y ahora no sólo era una. Sino dos. Kaily y la bebé.
Me dolía que no fueran dos, yo ya me había imaginado todo con dos nenas, pero si no pudo ser era por algo. Las cosas siempre suceden por algo y si solo era una la cuidaría con mi vida. Sería mi princesa. Ansiaba tanto poder conocerla, poder ver su carita y saber de que color eran sus ojitos.
La segunda vez que Kaily cerró los ojos mi pánico volvió, habían tenido que darle choques para que volviera la primera vez y no quería que sucediera. Hasta que una enfermera me informo que solo iba dormir. Tenían planeado hacerle una cesárea a Kaily. Después de todo lo que paso la bebé estaba perfectamente, los doctores habían dicho que era un milagro que la castaña hubiera muerto un minuto y a la bebé no le hubiera pasado absolutamente nada.
Cuatro horas después yo ya había hecho un hoyo en la sala de espera, no podía mantenerme quieto ni un minuto, a veces mi cerebro volaba y se imaginaba tantas escenas donde el doctor salía a dar la mala noticia de decidir entre la madre o el hijo. O que la madre no había podido soportarlo. Lo había leído tantas veces que no quería que me sucediera a mi. ¿Qué haría yo en ese caso? Por más egoísta que me viera escogería a Kaily, sufriría por la bebé y la castaña me mataría pero podría tener más bebés, todos los que quisiera. ¿Pero Kaily? No volvería a tener a una parecida nunca jamás en la vida. Eso era lo que me preocupaba, solo quería que mi padre saliera y me dijera que todo estaba bien.
Cuando sentí los brazos de mi madre al rededor de mi cuerpo me tense, tal vez ella era cariñosa pero nunca me había abrazado así, como si sintiera como me sentía yo en estos momento. Ella ya había vivido esto, sabía lo que le estaban haciendo a Kaily allí adentro. Pero yo no podía más, en cualquier momento iría hasta la sala de cirugías y preguntaría que pasaba a gritos. Tenía que tranquilizarme y no convertirme en hulk aún...
«Aún no, aún no, aún no, aún no...»
Media hora después de casi volverme loco salió una doctora, todos corrimos hacia ella cuando dijo el nombre de la castaña. Tenía tanto miedo de lo que podría decir. En este momento lo único que quería era saber si mi bebé ya habia nacido y estaba sana. Y también si Kaily habia salido bien en la cesárea. Era lo que me tenía más preocupado. Aunque suene inhumano y me duela hasta el alma... Yo salvaría a Kaily. Bebés se pueden tener muchos y en más ocaciones. Pero ahora mi cabeza no estaba en condición de pensar, solo esperaba el "todo esta bien" para poder respirar con normalidad.
— ¿Qué pasa con mi hija doctora? —la primera en preguntar fue su madre.
Todos míranos atentamente a la doctora, no entendía esa manía que tenían con asustar a las personas con su silencio.
—Esta bien, ya esta descansando en la habitación.
—¿Y la bebé? —preguntó después Lisa.
Apreté la mandíbula un poco enojado, ¿a caso me dejaran hablar algún día?
—A eso vine, la bebé fue pasada a la sala de prematuros por ser tan pequeña pero todo esta bajo control—nos miro a todos —. ¿quién es el padre?
Al fin.
—Soy yo.
—Necesito saber el nombre de la bebé. —me miro esperando a que hablara. Maldición, nunca había hablado con Kaily sobre esto. Mire a Lisa en busca de ayuda pero ella negó. ¿A caso la castaña nunca había pensado como podría llamarse? Mordí mi labio desesperado. ¿Qué nombre podría tener esa pequeña niña? La verdad a mi tampoco se me había pasado por la cabeza ninguno, ¿y si le ponía uno feo y Kaily se molestaba?
Mire a mi madre mientras todos esperaban que hablara, a su lado estaba mi padre. Él había decidido cederle a la doctora la cesárea de Kaily para que pudiera acompañarme como buen abuelo en la sala de espera. Hasta se había quejado varías veces porque no salía nadie a darnos información. Por primera vez en la vida estaba sintiendo lo que todos los familiares sienten. Por una parte me alegre de que estuviera con nosotros pero otra se preocupaba. Yo quería que él recibieran a su nieta. Pero bueno, las cosas no siempre son como nosotros queremos.
Y antes de que pudiera procesarlo las palabras ya habían salido de mi boca, ya esta. Lo había dicho.
Y esperaba no me arrepintiera después.
...
Los mejores cinco minutos de mi vida fueron el ver a la bebé por primera vez, pensé que no volvería a llorar pero sientes una alegría tan grande al ver algo que es tuyo tan pequeño e indefenso. Nunca pensé que me sentiría orgulloso de al fin hacer algo bien, de ver como tenía a mi hija a solo unos pasos y no poder tocarla de lo pequeña que es. Fácilmente cabría en una caja de zapatos, mi frijolita estaba muy pequeña pero no dudaba que crecería. Y estaría ahí para ella, cuando diera sus primeros pasos, cuando dijera su primera palabra y su primer añito. No quería perder más tiempo. Y no lo haría.
Tomé una bocanada de aire antes de entrar a la habitación donde se encontraba Kaily. Esperaba que estuviera despierta, aunque también estaba nervioso y anhelaba que estuviera dormida. Deje el oso de peluche, las rosas, los chocolates y los globos en el sofá de a lado. Cuando me di la vuelta para huir como siempre hacia; sus ojos me miraban, se miraba cansados y con ojeras debajo de ellos.
Editado: 06.07.2022