Herida de salida

¿Cuánto hay que luchar antes de darlo todo por perdido?" 

Toda marea avienta el problema a una grieta más cerca en vida apagada, vida tumbada por una esperanza arrebatada que de la nada está arruinada. 

La mirada guarda miles de infiernos, la espada guarda miles de tormentos, la nada guarda miles de misterios. 

Todos viven una carga sobre la espalda, todos nacen con una navaja sobre la palma, todos tienen una herida sobre la mirada. 

Nacer y tener que crecer con una herida sólo caer al conocer casi sin querer lo que es el alma romper estaba claro que no podía ser. 

Ahogos incesantes de recuerdos palpitantes por llenos lagrimales que momentos subliminales en pozos inagotables solos e inalcanzables. 

Mundo de olvido que recuerdo vivido tanto suspiro alarido por cuchillo de pétalo marchito sólo clavo un llanto en tanto orificio. 

Las personas somos instantes llenas de aguantes tan preocupantes por tantos quebrantes que son los causantes. 

Duele quien lo provoca, corte quien lo afronta, miente quien lo toca, siente quien lo evoca, lo que duele es quien causa el daño que provoca. 

Recordar lo que duele, preservar lo que siente es ayudar a que no empeore y así sanar para que mejore. 

Brilla con esas alas no sólo rotas sino abiertas de dulce amor como las estrellas que cuentas y sólo demuestras. 

Las pequeñas tormentas fueron incluso tiernas, las pequeñas mareas fueron incluso lentas, las pequeñas heridas fueron incluso grietas. 

La magia de conectar e iluminar y la suerte de coincidir con tan sólo vivir en un mundo existir y con el corazón latir. 

Lágrima que alberga una gota de agua por persona tan rota sólo brinda a la herida un alma cohibida que nunca olvida. 

Herida de salida tan llena de vida deja vencida y arrepentida la caída por recibida que sostenida sólo da despedida. 

¿Cuidarás mi alma rota?