VANESSA FORD.
Cómo Jordan dijo, toda la semana a estado cerca mío para conocerme mejor.
Me ha preguntado por lo del hospital, pero yo no he querido responder.
Estuvo unos días sin volver a preguntar, pero acá lo tengo otra vez indagando en el tema.
— ¿Por qué fuiste al hospital aquella vez? ¿Tiene que ver con lo que haces?
Me detengo en medio del pasillo de la escuela y lo miro directo a los ojos.
— ¿De enserio querés saberlo?
— Si.
— Está bien te lo voy a decir, yo no tengo nada… —Me interrumpió.
— ¿Y entonces?
— Primero déjame terminar de hablar y luego me preguntas lo que quieras.
— Está bien.
Esta vez me dejó acabar.
— Mi hermano menor, Leo, está enfermo necesita una operación y hago eso para conseguir algo de plata, para que lo tengan en constante observación.
[…] No me gusta para nada lo que hago, pero todo lo que hice y hago es por él, porque no soportaría que él muera. Es lo único que tengo, es la única persona a la que le importó.
Una lágrima cae por mi mejilla.
Acordarme de que si no pago Leo puede morir me pone mal.
— A mí me importas.
— No, no te importó lo único que querés es decirle a todos que estaban equivocados con respecto a mi, solo eso. Yo no te importó, ni te voy a importar.
— No digas eso, en este poco tiempo que te conozco has llegado a importarme más de lo que crees.
Se acercó a mi, limpio el rastro de lágrimas de mi rostro y mantuvo su mano en mi mejilla.
— Como podría importarte una puta como yo, porque supuestamente los demás eso es lo que soy una puta.
— No vuelvas a decir eso, ni se te ocurra volver a llamarte así.
No lo merezco.
No merezco tener a alguien así en mi vida.
Jamás lo voy a merecer.
Bajo su mano de mi mejilla.
— Quiero conocer a tu hermano.
¿Que?
¿Quiere conocer a Leo?
Jamás le presente a nadie a mi hermano, va a ser un poco raro que el primero sea Jordan.
Más que nada porque solo somos amigos y además solo nos conocemos de semanas.
— No creo que sea buena idea.
— Por favor, solo quiero conocerlo.
Que más da, si yo tengo claro que solo somos amigos, no me tendría que preocupar.
— Está bien, vamos después de la escuela.
Me sonrió y entramos a nuestra siguiente clase.
Si, Jordan y yo vamos al mismo curso.
(...)
— ¿Estás seguro que querés conocerlo? —Vuelvo a preguntar para estar segura de que es lo que quiere.
Está los afuera de la escuela a punto de salir para el hospital.
— Muy seguro, pero a la que no noto muy segura es a vos.
— ¿Yo? —Me señalo.— Claro que no, yo estoy más que segura.
Sin nada más que decir, Jordan me toma de la mano.
Miro a ese lugar.
Un escalofrío me recorre toda la espalda.
Levanto la mirada hacia él.
Sonrió y empezamos el camino al hospital.
Espero que todo salga bien.
(...)
Llegamos.
Aún no me he animado a abrir la puerta y entrar.
Tengo miedo de que Leo me avergüenza, cosa que estoy seguro que va a hacer.
Es mi hermano menor, es su trabajo avergonzarme.
— ¿Vamos a entrar o no? Llevamos como diez minutos mirando la puerta sin hacer nada.
Lo miro.
— Si, claro… Ahora entramos.
Vuelvo a mirar la puerta buscando aunque sea un poco de valor, cosa que no estaría logrando.
Respiro ondo.
Tocó la manija, me tiembla la mano.
¿Que me pasa? Ni que fuera a presentarle a mi novio.
Cuento hasta tres y abro.
Pero lo que encuentro del otro lado, no es ni por mucho lo que esperaba ver hoy o nunca.
— Vanne ¿Que haces acá? Los lunes nunca venís.
Nunca imaginé que al venir hoy me encontraría con la persona que hizo mi vida un infierno.
— Hola.
Cómo puede saludarme como si nada después de todo lo que me hizo y dijo.
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Editado: 18.07.2020