"Que se Joda el mundo"

Conociendo a Satán

Los rayos de luz entraron en la ventana, haciendo que abriera los ojos. Despierto algo desorientada y cuando por fin recobro totalmente mi ser, lo primero que veo, es que la habitación que estoy, no es la mía. A mi lado derecho, se encuentra un chico dormido, desnudo y boca bajo. En mi mente se viene todos los recuerdos de anoche y que noche... Me levanto y busco mi ropa. Cuando la encuentro me la pongo y voy directo a la salida.

Desde que acabe el instituto he salido mucho de fiesta. No es que fuera muy fiestera pero quería disfrutar del sexo así que iba alguna discoteca y el tío mas bueno que veía, ese me tiraba y anoche no fue la excepción. La antigua yo, jamás hubiera hecho esto. Ella fuera esperado a encontrar a su " amor" pero ahora, ni lo quiero, ni lo busco porque no quiero compromisos con nadie. En realidad no quería a nadie al lado mía.

Voy de camino a casa, no esta muy lejos. Estoy pasando en frente de la iglesia y en la puerta veo al cura, un hombre tan viejo que tiene los pies a centímetros de la tumba. Este se queda mirándome de mala manera como si estuviera viendo al demonio o algo parecido. Yo como siempre, tan educada, sonrío de forma irónica y al hacerlo, él cierra los ojos y negando con la cabeza susurra:- pecadora.- para luego entrar al interior de la iglesia. Me fuera gustado contestarle pero me siento tan cansada que no tengo fuerzas ni para callar a ese decrépito anciano. Vuelvo a retomar mis pasos y me dirijo a mi casa.

Estuve durmiendo toda la mañana hasta que llegó la tarde noche. Me encontraba aburrida, viendo la tele cuando se me ocurre volver al mismo lugar de la anterior noche. Me apetecía una "noche loca" así que voy a mi habitación para ducharme. Cuando termino, voy hacia el armario y escojo un vestido negro y corto, con un escote en forma de uve. El tema de mi armario lo pude solucionar, gracias al dinero que tengo ahorrado y también a mis padres. Aunque lo de mis padres, solo les dije lo que cada uno quería escuchar. Ahora mi ropa son de colores oscuros: negro, azul oscuro, gris y rojo granate. 

Tengo pensado en buscar un trabajo, no quiero depender tanto de ellos, no quiero depender de nadie.Me encuentro vestida y maquillada, cojo  un bolso y meto mi monedero, el móvil y las llaves de casa y voy  hacia la puerta.

Cuando entro al lugar, veo que aunque sea temprano, hay ambiente. Doy un repaso y como no veo a nadie interesante, me siento en la barra y pido un whisky. Al rato veo entrar un grupo de tíos, de nos mas de veintitantos. Veo a uno en particular, piel morena, pelo oscuro y ojos grises, ese será mi " presa" esta noche. Él junto a sus amigos piden una copa y se alejan hacia una esquina mientras que yo me dirijo al medio de la pista, empieza el juego.

Empiezo a bailar de forma sensual en su dirección. Cuando obtengo su atención, me quedo mirando al moreno, él también hace lo mismo. Le guiño un ojo y yo doy media vuelta y me dirijo a la barra y cuando llego pido otra copa. Si las cuentas me salen bien, él irá hacia donde este y así es, porque se posa al lado mía pidiendo segunda copa. Él da un sorbo a su bebida y me habla:

- ¡Hola!-

- Hola-

- Soy Kayden-

- Casandra-

- Sabes, puede que parezca raro decirte esto, pero he sentido una especie de conexión contigo, tú ¿no?.- me dice con una sonrisa de casanova.

- ¿Una conexión? no se, puede... pero si quieres vamos a la pista, a ver si siento eso de lo que hablas.- lo cojo de la mano y me lo llevo a la pista.

Estamos unos minutos bailando muy pegados hasta que le robo un beso. ÉL sonríe ante mi acto y se acerca de nuevo para besarme. La atracción sexual es muy evidente, ya que nos comemos los morros como si no hubiera mañana. Me alejo de su boca y me dirijo a su oído y le susurro:

- Si quieres vamos a un lugar más tranquilo y seguimos con lo nuestro...-

Él asiente cogiéndome de la mano y avanzamos hacia la salida. Cuando salimos, lo guío en dirección a mi casa. Vamos tonteando por el camino, robándonos algún que otro beso cuando en nuestro camino, aparece una figura que resulta ser el decrépito cura.

Este se para delante nuestra y se nos queda mirando muy mal, sobre todo a mí.

- ¡Bruja! Arderás en el infierno, deja de tentar al chaval.- me dice y luego se dirige a mi conquista: - no te dejes caer en la tentación, ella busca tu alma para poder dársela al diablo. Los pelirrojos como ella, lo adoran y sobre todo las mujeres. Todas como ella son brujas.-

Él chico se queda sin habla mientras que a mi, me empieza a surgir una gran ira, la cual, siento como si mi sangre fuera lava. Una sonrisa tipo psicópata se dibuja en mis labios y lentamente me acerco al puñetero viejo.

- ¿Dices que iré al infierno?, esta bien, me gusta visitar lugares pero quiero que sepa una cosa, el día que vaya... usted irá conmigo

Este se coge la cruz que lleva colgando del cuello, empieza a alejarse de mí mientras me grita:- ¡aléjate! ¡ Los de tu calaña, seréis castigados! ¡Sufriréis!- dicho esto, se va.

Este tío ya me ha tocado muchos los cojones, tanto que se me ha quitado las ganas de sexo de esta noche.

- Me voy, se me ha quitado las ganas de todo.- doy media vuelta para marcharme cuando, este me coge del brazo y me gira hacia él.




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