Quedate a mi lado

Nervios

Alena

La llamada de Bruno me tomó por sorpresa. Recuerdo que había dicho que me compraría un vestido para la cena de esta noche pero creí que lo había olvidado y por obvias razones no se lo iba a recordar. Ahora me siento algo incomoda al probarme vestidos pues creí que iríamos a una tienda común y corriente a ver vestidos pero debí saber que él no lo permitiría. Me da tanto miedo inclusive probarme algún vestido por miedo a dañarlo y con el costo que tienen no podría permitirme reponerlo ni así trabajara un año entero.

A pesar de la llamada que acabo de tener con Pietro no puedo divertirme sabiendo cuánto será el costo.

– Querida que tanto piensas – me saca de mis pensamientos Dalila, la nana de Bruno que muy amablemente se ofreció a acompañarme a buscar un vestido.

– Nada nada – suspiró mirándome en el espejo con el doceavo vestido que me he probado.

Estoy tratando de buscar un vestido no tan costoso pero Dalila me lo pone difícil pues mi mirada obviamente se dirige a unos vestidos hermosos que resultan ser los más caros y a pesar de que me pruebe los de menor costo ella se fija en cuales verdaderamente me gustan y me los hace probar

– Algo claramente pasa querida, no te noto muy feliz – se sienta a mi lado en lo que la señorita que nos está ayudando va a buscar un vestido que Dalila pidió.

– Si lo estoy solo… – la miro con una pequeña sonrisa – creí que iríamos a otra tienda.

– Con que ese es el problema – sonríe – no importa querida elige a qué tienda que quieras, podemos ir a Gucci, Fendi . Elige la tienda que quieras.

– No me refiero a esas tiendas – digo apenada.

– Entonces cuál tienda quieres? Puedo llamar a Bruno para que te consiga el vestido de la tienda que gustes.

– No es eso solo que pensé que iríamos a una tienda menos costosa – casi susurro lo último.

– Oh, pero querida Bruno me dijo que escojamos cualquier vestido sin importar su costo.

– Lo sé, es algo que diría Bruno pero no me siento cómoda haciéndolo. Se que tiene muy lindas intenciones pero ¿podemos comprar un vestido menos costoso?

– Claro que podemos. Vayamos a un lugar donde te sientas más cómoda.

– Muchas gracias. No quiero que me tomen mal pero en serio no es necesario pagar tanto por un vestido.

– Te entiendo querida. Pero eso si tus tacones los compraremos en Saint Laurent.

– Está bien pero por favor vamos a otra tienda – ella asiente y corro a cambiarme el vestido.

Saliendo de Hermes caminamos buscando otra tienda. Cuando veo la tienda en la que usualmente compro los vestidos sonrío porque los vestidos no son tan caros pero son muy lindos y de buena calidad.

Estamos por entrar hasta que escucho como me llaman y ya tenía una idea de que sería Pietro.

– ¿Que paso perinola?¿Encontraste un vestido?

– Algo así – sonrió entrando a la tienda.

– ¿Como que algo así?

– No me sentía cómoda en ninguna de las tiendas a las que me llevo nana así que la traje a otra tienda menos costosa.

– Pero ya te lo dije perinola no importa el costo. Si quieres puedo ir y darte mi tarjeta si no quieres gastar el dinero de Bruno.

– No quiero que nadie gaste demasiado por un solo vestido. Compraré uno en esta tienda y te aseguro que será lindo.

– ¿Estás segura? Puedo enviar a alguien.

– No ojitos. Estoy bien.

– Está bien, creo en ti. ¿Quieres almorzar conmigo o te veo en la noche?

Antes de responder veo como nana ya ha escogido algunos vestidos para probarmelos y como van las cosas creo que nos demoraremos más de lo esperado.

– Pues mejor te veo en la noche, si?

– Está bien perinola, come algo por favor. Ya espero con ansias verte.

– Yo igual, te quiero.

– Yo más, no tienes idea cuanto.

Al escucharlo decirlo sonrió muy feliz.

El resto de la mañana y parte del inicio de la tarde continuamos buscando vestidos hasta que encontramos uno rojo concho de vino con una abertura en mi pierna izquierda.

– Tenias razón cariño encontramos un vestido hermoso – sonríe feliz nana feliz sosteniendo la bolsa con los zapatos que ella eligió para mi.

– Te lo dije. Bueno ahora debo correr a casa a arreglarme porque conociendo a Pietro vendrá a verme antes de lo previsto.

– Tranquila querida, iremos al salón para que te arreglen y te dejen más hermosa de lo que ya eres.

– Esto es mucho. En serio puedo maquillarme yo sola – insisto.

Ya ha gastado mucho en mi el día de hoy Bruno como para aumentar lo del salón cuando podría hacerlo yo. Sé que no soy la mejor maquillándome pero puedo hacerlo.

– Por favor – me da una mirada tierna – además ya hice tu cita en el salon.

– No tenias que molestarte.

– No es ninguna molestia. Mientras te pone aún más bella voy a buscar tus tacones, un lindo vestido debe lucirse con unos lindos tacones.

Prácticamente nana me arrastra al salón de belleza y tal como lo dijo, en lo que comienzas a peinarme ella se desaparece en busca de los tacones. Ya no quise seguir convenciendola de que tenía unos que ponerme porque sabía que terminaría comprandolos aunque dijera eso.

Debo admitir que estar aquí es muy relajante, mientras una señorita peina mi cabello otra está maquillandome haciendo que deje de preocuparme por esto.

Pasan aproximadamente una media hora hasta que veo a nana entrar con Bruno, pensé que lo vería en la cena. Al verme aún en proceso de arreglarme sonríe y levanta sus pulgares aprobando el maquillaje y peinado.

– Miren quien es esta señorita tan bella – se acerca a mí para besar mi mejilla, no sin ganarse una mala mirada de la señorita que me maquilla.

– ¿Qué haces aquí? Creí que no te vería hasta la noche.

– Pues creíste bien, solo que nana me llamó para regañar a cierta señorita que no quiere comprar un vestido porque supuestamente está muy caro – enarca una ceja haciéndome rodar los ojos.

– Es porque lo estaba.



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En el texto hay: mafia, romance, hot romance

Editado: 05.09.2024

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