Jungkook se revolcaba en su cama renegando consigo mismo por haber olvidado desactivar la alarma, hoy por fin era sábado y podía ir a visitar a aquella tienda que por falta de tiempo no había podido regresar. Agarró su suéter y un gorro para intentar ocultar un poco su rostro, aún no se sentía preparado para ir y hablarle de una sola vez porque, de alguna manera, se sentía muy nervioso y por su mente paso que seguro era por que ya había pasado muchos años sin verlo y en su momento lo llego a extrañar demaciado, taehyung fue algún que marcó mucho su infancia, era su cómplice de travesuras, era su mejor amigo, era como su hermano y ahora por fin lo había encontrado y tal vez con un poco de suerte podrían volver a ser como eran antes, eso si no le ganaban los nervios.
jungkook salió de su apartamento y emprendió su camino mientras disfrutaba el frío que rozaba su rostro y pisaba algunos charcos que había en la acera por las lluvias que recientemente se presentó, después de un rato por fin llego a ese parquecito que quedaba a un costado de ese pequeño local, jungkook quedó realmente anonadado por toda las personas que llenaban la tienda y en ese instante se preguntó si podría, al menos, entrar para poder degustar un simple pastelillo, con todas las personas dentro y por fuera. Se sorprendería mucho si le dijeran que la tienda duraría atendiendo por más de una hora.
--espero tener suerte y que me sobren al menos una galleta-- tomó un lugar en la fila y comenzó a esperar a que esta se vuelva más pequeña, mientras paso a paso se acercaba a la puerta, podía ver como las persona salían con una gran sonrisa e incluso una pareja de ancianos que caminaban mientras compartían una tajada de tarta y por algún motivo eso lo hizo sonreír.
cuando después de casi una hora por fin logro entrar, quedo muy pasmado al ver que a pesar de toda las personas que habían estado en la fila, aún tenían las vitrinas llenas.
--buenos días, qué es lo que quisiera servirse? algún gusto o antojo en especial?--pregunto una señorita completamente diferente a la que recordaba la otra vez
--eh... me podría dar una rebanada de selva negra y un pay de manzana para llevar-- la señorita comenzó a colocar el pedido en una computadora, la chica parecía una persona muy alegre o eso era lo que parecía hasta que dio una mirada de sorpresa a la maquina para luego mirar a jungkook son el rostro denotando triste.
--joven... de verdad disculpe, es que la selva negra se nos acaba de agotar --comenzó a hablar nerviosa- pero estoy segura que llegará en unos diez minutos, no sé si usted prefiere esperar o prefiere cambiar de pedido--
--no se preocupe, yo puedo esperar-- la señorita, al recibir esa respuesta, se sintió más tranquila -- tendría algún lugar donde... -- comenzó a ver el lugar -- me pueda esperar?
La señorita comenzó a mirar por todo el lugar, tal vez el lugar era algo grande pero aun así se encontraba lleno y sin mencionar que aún tenía que atender a los demás clientes, su compañera se había adentrado a la bodega para sacar más cajas y aun no regresaba y eso solo la ponía más nerviosa -- emm... podría esperar...-- para su suerte en ese preciso instante una pareja se empezó a retirar -- ahí --señaló-- en un momento le traigo su pedido --y con eso dicho se retiró.
jungkook tomó asiento y comenzó a mirar el interior local con más calma, la otra vez que había ido no pudo apreciar nada correctamente, las paredes del lugar estaban pintadas de un color celeste muy suave y tenía cuadros de pasteles colgados, la pared que daba cara a la calle solo era una vibrio gigante que tenía algunas calcomanías pegadas, en la parte de enfrente estaba una gran vitrina llena de cosas que realmente te abren el apetito de solo verlos, en una esquina estaba el mostrador con dos cajas, el lugar era espacioso pero no parecía suficiente, las mesas tenían una clase de patrón, algunas mesas tienen manteles azules con encaje y otras era un mantel blanco con lunares azules y están acomodadas en un patrón, realmente era algo muy hermoso. Jungkook se preguntaba si todo eso le pertenecía a taehyung o solo era un empleado más.
Mientras jungkook estaba perdido en sus pensamientos, un sonido estridente lo hizo saltar en su asiento, fijo su vista al frente percatándose de cómo la señorita que lo atendió la vez pasada se encontraba en el suelo, la señorita se encontraba recogiendo un plato que se le había caído mientras un señor de traje negro la regaña con mucho repudio en su rostro por haber hecho caer un trozo del glaseado en su pantalón, dejando una mancha muy notoria. Las personas solo miraban o se hacían las locos y continuaban esperando a que los atiendan, algunas personas también se pusieron a reclamar por que la segunda chica dejó su puesto para ayudar a su compañera, lo que hacia que se retrasara en los pedidos, pero la chica hacía caso omiso a lo que le decían y continuaba recogiendo todo. Jungkook no sabia como reaccionar, naturalmente no le gusta meterse en problemas, pero su paciencia acabó cuando el señor abrió una bolsa que tenía en la mano, sacó un refresco y lo comenzó a tirar sobre la chica mientras decía " como te gusta ir ensuciando la ropa de los demás, supongo que te gustara que los otros te ensucien la tuya"
Jungkook se colocó de pie y se dirigió lo más pronto a ese lío, lo primero que hizo fue quitar la botella de refresco de las manos de ese sujeto y lo colocó en la mesa más cercana. Se casó su abrigo y lo colocó en los hombres de la chica, la ayudó a sentarse percatándose de el hilo de sangre que caía de la mano de la muchacha, con una servilleta le quito los vidrios de las manos mientras a un costado el señor ahora le gritaba a él, como su nuevo objetivo. La rubia en el momento que miro como el señor le tiró la bebida encima a su compañera fue hacia la caja y llamó a la policía, una vez terminó la llamada se acercó a jungkook para ver cómo se encontraba pero lo único que logro fue asustarse más al ver la sangre.