Querida y hermosa Jess:
Nunca me imaginé que una simple carta que un día encontré en mi casillero fuera a convertirse en algo tan importante para mí. Y tenías razón, tampoco imaginé que serías tú quien me estaba mandando esas cartas, pero estoy tan feliz ahora que desearía que vieras mi sonrisa de idiota al escribir esta carta.
No sé si esto sea relevante pero quiero que sepas que aún conservo todas y cada una de las cartas que me mandaste, y por suerte van en aumento. ❤ Te pido Jess, que nunca, nunca, nunca dejes de escribirme tus cartas.
Te quiere (y mucho):
-Jack.