Querido Diario: Recién llego de mis clases de natación, más bien del supermercado por el cual pase antes de venir a comprar unas papas y una gaseosa.
Hoy no tuve ninguna clase en común con Derek, pero si el horario de compras, al llegar a la fila lo veo a él, con unos shorts de chándal grises, una remera y unas crocks, se veía tan lindo con esas fachas, el llevaba unas papas y una botella de agua. Me hice la distraída como si no lo hubiera visto, a lo mejor me saludaba.
Estaba usando el celular en la fila cuando escucho que gritan mi nombre, hubiera deseado que Derek fuera el que lo gritaba, pero no, él estaba siendo atendido, el amable que me estaba saludando era Nick, un chico de último año de secundaria, hijo de amigo de mi padre.
Me tuve que quedar un rato hablando con Nick, porque si no después les diría a mis padres y no tengo ganas de que me reprendan por “maleducada”.
Como hoy no tuve ninguna interacción con Derek voy a cerrar acá mi escritura.
Atte.: Julia
Querido Diario: ¡Sé que es la segunda vez que escribo en el día de hoy, pero hace quince minutos Derek subió una foto a su Instagram y le comenté dos corazones, el en vez de ignorar mi comentario le dio me gusta y respondió con otro corazón! Aah! ¡Soy feliz! Creí que no sabía que existía, en realidad no tan así porque a veces hablamos, no es el típico popular de películas, esos que son molestos y todo eso, él es muy amable.
Ahora si me despido Diario, gracias por dejarme desahogarme en tus hojas.
Atte.: Julia