Parada sobre un pedestal me miraba en los espejos que me rodeaban. Pelo liso; castaño, rostro; corazón, cejas finas, ojos azules; almendrados, nariz griega, labio superior menor.
En el fondo se oye la voz de mi mamá, apurando a todos como siempre:
-Vamos, vamos.
Llevo un vestido asimétrico con la parte superior llenada de flores textiles pegadas y sobre un hombro una grande flor. Esa parte me llega como un corsé y la parte baja está prácticamente trasparente, brillante y con pocas flores esparcidas.
-Como siempre, Génesis es la estrella de la noche.
Dijo mi mejor amiga con una sonrisa.
Isaura Moreno, durante los años nos hemos vuelto inseparables. Su piel es algo obscura debido a sus genes mixtos y su cabello es negro mientras los ojos son de zafiro.
-Gracias, Isa. ¿Qué haría yo sin ti?
Digo, regresandole la sonrisa con la inclinación de la cabeza y tomándola de la mano.
-Morir.
Bromea, desorbitado los ojos.
Me estoy riendo en repuesta sin soltarle la mano.
La última llamada suena y me voy a mi lugar...
Llega y ese momento de que yo saldo y cierro el desfile.
Como siempre lo hago con gracia y elegancia profesional.
De otro lado es él, mi peor enemigo.
-Immanuel Santiana.
Digo su nombre en mis adentros con desprecio.
Como siempre estamos puestos uno contra él otro, el cierre final.
Conociéndolo no es suficiente, siempre debemos estar en los mismos sitios.
Con el hecho de que nuestras madres son las reinas del mundo de las pasarelas, nos tocó siempre encontrarnos y seguir con su odio y su rivalidad.
Nos dicen los más bellos de la industria; desde niños nuestras madres nos pulsaron a ser las estrellas de sus casas.
Y no puedo negar que Immanuel tienes sus buenas partes. Ojos almendrados; obscuros, cejas anchas, nariz griega, rostro corazón, pelo negro; corte raya a lado, barbilla poco cuadrada y labios delgados.
Está vestido de un traje turquesa con una tela alrededor; desde el pecho por la espalda y colgando de un lado.
Con nosotros el desfile termina y se preparan los votos para anunciar la casa ganadora de la noche.
-Y el ganador es...
Dice la voz del presentador.
-¡Asilue!
Somos nosotros los nombrados, por lo que todo el equipo salta, sonriendo y yo en un principio con ellos para después felicitar a mi madre abrasándola.
Al otro lado se encuentra Immanuel con los suyos y mis ojos se posan sobre ellos, sosteniendole en un momento la mirada a Immanuel.
Con los ánimos más calmados, mamá salió al frente a recibir el premio y a agradecer en el discurso.
Después de eso, todos se fueron por sus lados dejándome a mí hacer el camino al camerino con Isaura.
-No puedo creer que la ganadora no piensa ir a la fiesta que preparó el organizador.
Me quejo a medias a Isaura.
-¿Tu mamá no va a la fiesta?
Pregunto ella directamente.
-Sí. Dijo que está demasiado cansada y se fue a casa con papá.
-Bueno, no puedes resentirle. La mujer trabajó día y noche para que todo saliera perfecto y pudieran ganar.
-Sí, lo sé y tienes razón. Sin embargo, menos pudo aparecerse por ahí.
-Bueno, quién sabe puede que tiene su propia a la casa.
Dijo riendo y dándome un codazo.
-¡Ay, por favor, Isaura!
Le digo, no queriéndome ni imaginar...
-¿Tú si vas?
Queriendo cambiar el tema, la pregunto, siendo convencida de su respuesta.
-Ah. No puedo.
-¿Como que no?
Pregunte, sorprendida y deteniendo mi paso.
-Es que debo estar temprano en el trabajo.
Me responde.
-¡UF! Estúpido trabajo.
Digo enojada y golpeando el piso con el pie.
-Lo sé, no puedo parar ni para un trago.
Bajonada, dice.
-¿Qué hago yo ahí sola?
Pregunto, porque siendo la futura jefa no te traje muchas amistades, menos cuando tu puesto es privilegiado y cuando todos saben que nunca les tocará cerrar...
-Sabes que me gustaría acompañarte.
Dijo antes de bajar la mirada a su reloj.
-Ya debo retirarme, me toca levantarme mañana y no quiero verme mal.
-Sí. Te llamo mañana.
Le digo triste.
-Y quiero hasta el último detalle de la noche.
Dice sonriendo y sonrió triste yo, sabiendo que lo hace por animarme.
Llegó al puerto, vestida con un top de diseño y unos pantalones cortos brillantes.
Al subirme todo está vivo; mar de personas, música a todo volumen y bebidas con los canapés.
Tomando la bebida me paseo entre la gente sintiendo que debería tomar el puesto de mi madre con cada cara sonriente que saludo.
A mí me toca agradecer a los presentes y brindar. ¿No?
-Yo lo puedo.
Me digo a mí misma antes de subirme a la silla para llamar la atención de todos.
-¡Hola a todos! Quiero agradecerles su esfuerzo y su dedicación de esta noche. Sin ustedes esto no estaría posible...
-Como saben ganar a los Santiana es siempre el más grande enfocó para la Asilue y por eso esta noche nos faltan muchos todos ellos que no descansaban ni de noche y menos de día para que esto sea posible y por eso les pido vamos a divertirnos y para ellos.
-Salud y felicidades.
Después de que tomo un sorbo, bajo.
Después de estar socializando por la mayor parte de la noche, voy en buscada de un lugar apartado de todos.
Encontrando uno así al final del yate, miro la obscura noche, el mar y las estrellas que nos rodean mientras el yate está navegando...
-¿Qué hace la estrella ganadora sola?
Mi paz es interrumpida y eso por la voz más odiosa de todos, la de Immanuel.
Volteando hacia donde vino la voz y él se encuentra parado, vestido una camisa azul obscuro y bañador blanco con líneas al juego con la camisa, lo pregunto:
-¿Y tú qué haces aquí? Esto es la celebración para la casa ganadora, no para los perdedores.
-Te estás olvidando de Haite.