capítulo 7

Hoy he despertado sintiéndome distinta, ya no siento el invierno tan mío, tan parte de mi, así que me acurruco más entre mis sábanas y sonrió al escuchar los pájaros cerca de mi ventana, me siento distinta, ya no siento ese vacío que sentía todas las mañanas al despertar, toco sobre mi corazón y es como una pequeña llama que se encendió dentro de mí, después de aquella oración que hice con inmensa confianza veo al fin una gota de agua en mi desierto.

No sé cómo explicarlo, es como un renuevo dentro de mí, es como esta mañana que a pesar de la nieve los rayos del sol pueden calentarlo todo y derretir los pistilos de hielo que se quedaron congelados al derramarse, esto se llama esperanza, ahora lo sé, que cierto es que el ser humano necesita creer, necesita creer en sí mismo y en que alguien cuida de nosotros desde donde sea que esté.

Anoche sentí que todos los que estaban a mí alrededor sentían la misma esperanza que yo sentí y sigo sintiendo ahora, algunos derramaban lágrimas en medio de las sonrisas y otros derramaban lágrimas abrazándose a sí mismos. En la salida se podían ver los rostros lavados de aquellos que abrieron su alma para llorar, que alegría no sentirme ya sola, no sentirme más abandonada, no sentirme más olvidada por la vida y por el mundo, que alegría hoy sentirme distinta, en la expectativa de que algo nuevo va a pasar, algo diferente, algo distinto a lo que siempre fue.

Ya no tengo miedo del destino, ya no tengo temor de lo que me aguarda porque sé que mi luz se encendió y ahora siento paz, todo lo que ha sido mi vida no es culpa ni de papá, ni de mamá, ni de mi tío Charles, ni siquiera es culpa mía, así que hoy los perdono. Te perdono mamá por irte tan pronto de mi vida sin siquiera tener tiempo para amarnos como madre e hija. Te perdono papá ahora entiendo que tu dolor por la pérdida de mamá no te hubiesen permitido tener fuerzas para acercarte a mí, tío Charles dice que me parezco mucho a ella, seguro eso te lastimaba y te alejo de mi. Tío charles te perdono, no era tu responsabilidad encargarte de mi, ni darme tu cariño de padre, ni dejarme vivir contigo como si yo fuese tu hija, que me mandaras a esa universidad internado fue lo mejor que pudiste hacer por mí, gracias a ello soy la profesional que soy hoy, gracias por inscribirme a lo lejos en clases de violín, en ballet e idiomas universales hiciste de mi una chica preparada para el éxito y los retos que se me han presentado, jamás hablaste conmigo, jamás te acercaste a mi tus razones tendrás, tal vez tu corazón estaba seco y amargado como el mío y no tienes motivos para amar y buscarme.

Después de hacer esto, que al parecer ha sido una segunda oración me siento en paz conmigo misma, me siento en paz con todos los que pertenecen y pertenecieron a mi vida. Me siento agradecida con melina si ella no me hubiese hablado sobre la misa de noche buena, ni de los deseos y la posibilidad de creer no hubiese vivido esta experiencia, nunca he regalado nada en navidad así que a ella le hare mi primer regalo navideño.

Una vez en la tienda no se que escoger, la verdad nunca me tome la molestia de conocer a la melina, no conozco sus gustos ni placeres, tampoco tengo a algún amigo suyo al que llamar para preguntarle porque nunca hice amistades en mi trabajo, Pienso un momento y me decido en regalarle una planta que de flores, dicen que las flores son siempre bienvenidas porque transmiten “ese mensaje” que tú quieres decir y que la otra persona quiere escuchar.

Pienso que así las palabras no harán falta, el lenguaje de las flores es sutil y muy claro. Seguro le servirá para enriquecer la mesa de Navidad, algún rincón de su casa o tal vez decida plantarla en su jardín cuando pase el invierno, así que escogeré unas muy hermosas al parecer ella es una chica dulce se que le gustara.

Me decido por una hermosa maceta de orquídeas y pido una botella de vino para regalar junto a las flores, la señorita me entrega una tarjeta para la dedicatoria en la que solo escribo.

Gracias atte. Nieve