¿quién mató a Paulina?

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El sol acababa de salir en Eden Hells y Tony estaba sentado en su pupitre en la clase de Historia, pero su mente no estaba en la lección que su profesor estaba dando. En cambio, se sintió inquieto y nervioso. No podía dejar de pensar en Paulina y en el secreto que compartía con los demás.

De repente, la puerta se abrió y entró la directora de la escuela, seguida por dos policías uniformados. La clase se puso en silencio inmediatamente y Tony sintió un nudo en la garganta.

- Estimados estudiantes, tengo una noticia muy triste que darles - comenzó la directora. - Anoche, su compañera Paulina Lorents fue encontrada muerta en el bosque cerca de la escuela.

Tony contuvo el aliento mientras la directora continuaba explicando que se había abierto una investigación y que se pedía la cooperación de cualquier persona que pudiera tener información relevante. ¿Cómo podría lidiar con la situación ahora que la policía estaba involucrada?

Después de la charla, la directora le pidió a distintos estudiantes que habían estado en la fiesta que la acompañaran a su oficina, en esos estaba Tony. Tony caminó en silencio, con la mente en blanco, mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar.

En la oficina de la directora, se encontró con Lara. Ambos se sentían incomodos y asustados.

- ¿Ustedes tienen algo que contarnos sobre la muerte de Paulina? - preguntó uno de los oficiales al notar la frustración en sus caras.

Tony se estremeció. No sabía qué decir. ¿Debería contar todo? ¿Debería protegerse a él y a los demás? No sabia cual era la respuesta correcta, este secreto podía arruinar su reputación en Eden Hells, pero aún así tenía la necesidad de contarlo.

Lara parecía igual de confundida. Pero ella a diferencia de Tony tenia en claro que la policía no podía enterarse de su secreto.

Tony asintió con la cabeza, pero antes de que pudiera hablar, Lara lo interrumpió.

- Lo siento, oficial, pero en realidad no vimos a Paulina durante la fiesta - dijo Lara, con una voz firme.

- ¿Cómo es eso posible? La mayoría de los testigos dicen que la vieron allí - preguntó el oficial, frunciendo el ceño.

- No lo sé - respondió Lara. - Tal vez los demás le están mintiendo. Paulina no era mucho de ir a fiestas, nadie siquiera se molestaba en invitarla, la respuesta siempre era la misma, prefería quedarse a estudiar.

Tony se quedó allí, perplejo, tratando de procesar lo que acababa de suceder. ¿Por qué Lara no había dicho la verdad? ¿Qué estaba pasando detrás de la escena?

El oficial les agradeció su tiempo y los dejaron irse. Tony y Lara salieron de la oficina de la directora en silencio, ambos profundamente sumidos en sus propios pensamientos.

Una vez afuera, Lara se volvió hacia Tony.

- No sé lo que estás pensando, pero no puedo permitir que la verdad salga a la luz. Tengo mucho que perder.

Con el corazón en la garganta, Tony intento dirigirse de nuevo a clase, sabiendo que las cosas nunca volverían a ser las mismas. No podía sacudirse la sensación de que algo estaba mal. ¿Por qué Lara estaba ocultando información? ¿Y qué tenía ella que perder?

La mente de Tony daba vueltas, tratando de encontrar respuestas.

Lara lo miró con frialdad.

- ¿Qué es lo que piensas, Tony?

- Necesito saber por qué estás ocultando información de la policía - dijo Tony, tratando de mantener su voz en un tono bajo. - La policía está investigando la muerte de Paulina, y no podemos esconder la verdad.

Lara lo miró fijamente por un momento, antes de responder:

- Lo siento, Tony, pero simplemente tengo que protegerme a mi misma. Y no creo que los demás estén de acuerdo en confesar.

Tony sintió frustración y enojo. ¿Cómo podía Lara estar tan egoísta en una situación tan grave? ¿Cómo podían ser todos tan egoístas? Pero antes de que pudiera decir algo más, la campana sonó y Lara se alejó rápidamente.

Tony se quedó allí, solo y confundido, sin saber qué hacer a continuación. Sabía que tenía que hacer algo para descubrir la verdad, pero ¿cómo?

Mientras Tony reflexionaba sobre lo que Lara le acababa de decir, escuchó una voz a su espalda.

- ¿Estás bien? - preguntó Liam, acercándose a él.

Tony se volvió para mirarlo, aliviado por tener a alguien con quien hablar.

- No, no estoy bien - respondió con sinceridad. - Sigo dando vueltas en mi cabeza tratando de entender lo que está pasando.

Liam asintió comprensivamente.

- Entiendo cómo te sientes - dijo. - Yo también estoy preocupado. Y siento que debo hacer algo para ayudar en la investigación.

Tony asintió, sintiendo un poco de alivio al saber que no estaba solo.

- ¿Tienes alguna idea de por dónde podemos empezar? - preguntó.

Liam frunció el ceño, pensando por un momento.

- Bueno, podemos intentar hablar con otras personas que estuvieron en la fiesta - sugirió. - Quizás alguien recuerda algo que pueda ayudar.

Tony asintió, pensando que era una buena idea. Juntos, se encaminaron hacia la sala de clases.

Cómo era de esperarse, una serie de rumores salió a correr por los pasillos de Eden Hells. Los estudiantes susurraban entre ellos sobre el asesinato de Paulina y todos se preguntaban quién podría ser el responsable.

Louis entró al instituto esa mañana sintiéndose más nervioso que nunca. Se le revolvía el estómago cada vez que pensaba en la mañana después a la fiesta, y no podía evitar preguntarse si él tenía alguna responsabilidad en la muerte de Paulina, pues poco recordaba de esa noche. Camino por los pasillos, tratando de mantener la cabeza en alto y no llamar la atención.

De repente, vio a Jackson, el popular novio de Aida, en el pasillo frente a él. Jackson parecía estar en medio de una discusión con sus amigos del equipo, entre ellos Tony, Louis se acercó un poco para escuchar.

- ¿Qué se supone que haremos ahora? - preguntó Jackson con voz nerviosa.- Si la policía descubre que yo organicé esa fiesta, estaré en un gran problema.




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