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Liam caminaba lentamente por el sendero que conducía a su casa, perdido en sus pensamientos. Había sido testigo de las tensiones y los secretos que envolvían a los que lo rodeaban, pero por primera vez se sentía atrapado en medio de todo.

Mientras se acercaba a su reciente hogar, su mente se llenó de recuerdos de su infancia. La casa solitaria y tranquila en la que había crecido se convirtió en un recordatorio constante de la ausencia de su padre y de la difícil relación que tenía con su madre, la cual empeoró cuando está se casó con el padre de Jackson y los trajo a vivir con ellos. A pesar de todo, Liam siempre había encontrado consuelo en la soledad de su habitación.

Cuando llegó a casa se dirigió a su habitación y cerró la puerta detrás de él, buscando un refugio temporal de la confusión que reinaba en su vida. Su escritorio estaba desordenado, cubierto de libros, papeles y notas. Liam se sentó y comenzó a hojear un viejo diario, donde solía escribir sus pensamientos y reflexiones. Liam siempre había sido un observador que no tenía necesidad de actuar, hasta ahora.

Tomó una pluma y comenzó a garabatear ideas y teorías en el diario. Se dio cuenta de que, a través de la investigación y la recolección de pistas, podría encontrar la verdad oculta detrás de la muerte de Paulina y ayudar a aliviar la carga que pesaba sobre todos ellos.

Liam sabía que no podía enfrentar esta tarea solo. Necesitaba aliados, personas dispuestas a desentrañar los secretos y desafiar las apariencias. Pensó en los rostros de Aida, Tony, Lara y Louis, y se preguntó si estarían dispuestos a unirse a su búsqueda de la verdad, pues esto era también por ellos.

La idea de Liam se vio frenada cuando recordó lo que sabía de su hermanastro y Paulina, y que si quería ganarse la confianza de los demás tenía que decirles a todos lo que sabía, en especial a Aida.

Con una determinación renovada Liam salió de su habitación y se dirigió a la mesa del comedor donde se encontraba su madre junto con Jackson esperando la cena.

- Jackson me estaba contando de lo sucedido con Tony, no lo puedo creer - Su madre se dirigió a él. - Ese chico se veía tan normal.

Liam no tuvo oportunidad de interferir con el comentario de su madre, pues la conversación entre ella y Jackson siguió fluyendo, Liam desde su asiento solo podía observarlos con ojos críticos. No podía evitar sentir un profundo desprecio hacia Jackson por su comportamiento hacia Tony y su actitud de burla constante.

En un momento de silencio incómodo, Jackson soltó una risita y lanzó una mirada despectiva a Liam.

- ¿Qué pasa, hermanito? No me digas ¿Acaso te gusta Tony?

La mirada de desprecio de Liam se endureció. No iba a permitir que Jackson siguiera insultando a Tony y menospreciando su orientación sexual. Se levantó de la silla con determinación, enfrentando a su hermanastro.

- Jackson, ya basta - dijo Liam con voz firme. - No tienes derecho a tratar a Tony de esa manera. Estoy harto de tu actitud arrogante y de tu falta de respeto hacia los demás.

Los ojos de Jackson se abrieron sorprendidos ante la reacción de Liam. No esperaba que su hermanastro se atreviera a enfrentarlo de esa manera.

Su madre observaba la escena en silencio, por un momento la mujer se sintió como en una encrucijada.

Liam respiró profundamente, sintiendo la carga de la confrontación que acababa de ocurrir. Sabía que había tomado un riesgo al revelar lo que sabía, pero también sabía que era necesario para defender a Tony y poner fin a las acciones irrespetuosas de su hermanastro.

Con el corazón aún latiendo rápidamente, Liam se sentó nuevamente en su lugar.

De repente, Jackson apretó los puños debajo de la mesa, sintiendo cómo la ira bullía en su interior.

- No tienes derecho a tratar a Tony de esa manera. Esas burlas no te hacen mejor persona, Jackson.

Jackson frunció el ceño y se inclinó hacia adelante.

- ¿Cuando vas a dejar de meterte en mi vida Liam? Siempre te metes pero no tienes idea de lo difícil que ha sido para mí.

Liam se mantuvo firme, desafiante.

- Oh, lo sé, Jackson. Sé que para ti debe ser muy difícil lidiar con la muerte de tu amante. - Jackson se sorprendió ante las palabras de su hermanastro - Sé que estabas involucrado con ella, y eso te convierte en parte de todo esto."

La cara de la madre de Liam era de perplejidad pura. Jackson se levantó de su silla, su rostro enrojecido por la ira.

-¡No sabes de lo que estás hablando! ¡Deberías mantenerte fuera de esto!

Liam se puso de pie, enfrentándose a su hermanastro.

- No puedo quedarme callado mientras sigues lastimando a las personas que importan. Ya es suficiente, Jackson. Todos tenemos secretos, pero eso no nos da derecho a tratar a los demás con desprecio.

La tensión en la habitación era palpable. La madre de Liam no sabía que hacer para calmar la situación.

Finalmente, Liam tomó una profunda respiración y miró a Jackson.

- Necesitas enfrentar tus acciones y asumir la responsabilidad de lo que has hecho.

Después de unos momentos de silencio tenso, Jackson se levantó abruptamente de la mesa y salió de la habitación, dejando atrás un aire de tensión y resentimiento.

Liam se prometió a sí mismo que haría todo lo posible por encontrar la justicia para Paulina y liberar a sus amigos de la carga que llevaban. Estaba listo para enfrentar cualquier obstáculo que se cruzara en su camino, incluso si eso significaba confrontar a su propio hermanastro.

A la mañana siguiente el viento susurraba entre los árboles, agitando las hojas mientras Liam caminaba por el nublado sendero hacia el instituto. La mañana era fría y silenciosa, como si el mundo entero estuviera conteniendo el aliento. Cada paso que daba resonaba en su mente, recordándole el peso que cargaba sobre sus hombros.

Desde aquella fatídica noche en el bosque, la sombra de la muerte de Paulina se había extendido sobre él y sus compañeros. Aunque el tiempo había pasado, la incertidumbre y la culpa persistían, devorándolos desde adentro. Liam sabía que no podía seguir viviendo en la oscuridad, que era hora de enfrentar la verdad y encontrar la paz.