Quién realmente soy

Capítulo 2

Me remuevo en mi cama alargando mi mano con intenciones de arroparme correctamente y acobijarme con mis mantas de terciopelo púrpura.

«Estoy claramente deprimida, pero más que nada, absolutamente confundida» No entiendo porque Federico hizo esto y no creo que algún día lo pueda llegar a entender, pero, por ahora, lo único que quiero es acurrucarme en mi cama y no levantarme en un largo, largo tiempo. Aquí me siento a salvo y sinceramente, justo ahora quiero y necesito estar a solas conmigo misma.

Han pasado dos días en los que no he tenido ánimo para levantarme o si quiera salir de mi habitación luego de la charla con Federico.

«Quiera hacerme la fuerte o no, él rompió mi corazón»

«Toc, toc» Escucho unos nudillos en mi puerta.

Con algo de esfuerzo me levanto de mi cama y abro la puerta encontrándome con Vivián.

— Señorita, el desayuno está listo.

Como había sido acostumbré en estos dos días, me la pasaba mucho tiempo en mi habitación por lo qué Vivián me traía mi desayuno.

— Gracias — musite.

Tome la bandeja cerrando la puerta y adentrándome de nuevo a mi querida habitación.

«Quizás él no merecía que me hubiese convertido en un desastre por sus mentiras, engaños e ilusiones que se fueron más pronto de lo que llegaron, quizás todo él fue un completo engaño y yo fui más tonta por no notarlo»

Mientras disfruto de mi desayuno, que incluye deliciosos waffles, pienso en qué hacer ahora para resolver este lío. Reflexiono sobre posibles soluciones, un plan de contingencia. Puede que mi campo de expertise sea el diseño de interiores, pero soy lo suficientemente inteligente como para encontrar una solución.

«Aunque aún no sé cómo»

Al terminar mi desayuno voy a mi cuarto de baño y abro la llave de mi bañera decidiendo me al fin por algo, ❝tomar un baño❞.

Colocó en mi agua aceites de lavanda y distintas sales de baño. Hoy en verdad necesito relajarme siento que he sobrecargado mi cerebro. Retiro mi bata de baño y me adentro en la deliciosa agua tibia, al sentir el agua mis músculos se relajan y solo me dejo llevar.

¡Brring! — suena el sonido de una notificación en mi teléfono e inevitablemente despierto, al parecer me había quedado dormida, algo desorientada tomo el teléfono y veo el mensaje. de mi mejor amiga, Katie.

De Katie: Por favor contesta. Estoy por creer que te ocurrió algo Anastasia, estas preocupando me.

Lo Leo, pero prefiero llamarla luego de cambiarme.

Salgo de la bañera colocando me mi bata de baño y yendo a mi armario, decido cambiarme con un suéter negro, un mom jean y unos botines del mismo color.

Ya lista decido llamar a mi mejor amiga, Katie.

Luego del primer tono distingo su voz preocupada a través de la llamada.

— ¿Anastasia? — pregunto con premura y preocupación.

— Sí — contesté desanimada lo cual se notó en mí voz.

— Oh por Dios, por fin puedo contactarte.

— Mmm — murmuré en respuesta.

— ¿Estás bien? — pregunta preocupada y pausada como si hubiera estado pasando algo desapercibido.

— Sí, o lo estaré, no te preocupes por mí. Estoy bien ¿sí?

— ¿Cómo me pides que no me preocupe? — dice esperando una respuesta a lo que al no obtenerla continúa.

Suspira — haz estado desaparecida por tres días, claro que me preocupo. No te oyes bien, necesitas algo...

— No.

— ¿Es respecto a Federico? — al escucharla sin poder evitarlo una lágrima se desliza por mi mejilla la cual aparto inmediatamente.

— ¿Acaso te volvió a romper el corazón? — vuelve a preguntar haciendo que inevitablemente mi mente viaje a esos recuerdos del pasado.

— Yo...

— Le romperé la cara a ese maldito, tenlo por seguro amiga. No me importará que sea tu jodido tua cantante, eso no se le hace a una chica, sea cual sea.

— Katie —musito llamando su atención.

— Te contaré lo que sucede cuando esté lista y por ahora, no lo estoy, así que no hagas suposiciones y por favor. No le rompas la cara a nadie — digo soltando una risita a lo que ella también se ríe a través de la llamada.

— Está bien, pero no dudes en llamarme si necesitas algo ¿ok?

— De acuerdo, hasta luego.

— Bye — responde en despedida a lo que yo cuelgo.

Tomó el itinerario de mi mesa de noche observando las reuniones que he aplazado, lo cual me frustra, pues debería haber hecho todo eso y no alargarlo más de lo necesario. Soy una tonta y solo puedo pensar en eso y nada más. «¡Qué tonta fui!»

Respiro profundamente y salgo de mi habitación.

Al apenas cerrar la puerta hago un respingo por la impresión de ver a mi hermano al frente de mí, literalmente enfrente.

Él me mira con su mirada penetrante y siento que me falta el aire, «¿desde cuándo se volvió tan intimidante?»

— ¿Qué... estas haciendo aquí? 

— Madre y padre esperan por ti, quieren que almuerces con nosotros — responde haciendo me preguntarme cuánto tiempo ha pasado.

Mientras para los vampiros normales el tiempo parece detenerse a su antojo el mío parece acelerarse, «soy patética»

— Bien — digo digiriendo el nudo en mi garganta por este tema tan delicado, ni siquiera debí haberme quedado dormida, descanse lo suficiente durante la noche y si fuera un vampiro funcional no debería dormir tan seguido y no estaría tan agotada.

«Esto es realmente patético»

Ambos tomamos marcha hacia las escaleras de un estilo monárquico, decoradas con alfombra roja y barandas coloreadas de un dorado pintoresco al igual que una gran parte del castillo. Al atravesar el último escalón visualizó la gran y gruesa puerta de entrada al comedor. Los guardias parados a cada lado de la puerta la abren sin necesidad de musitar palabra alguna.



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En el texto hay: vampiros, licantropos, brujas

Editado: 20.12.2023

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