Los días transcurrieron con normalidad, disfrutamos mucho el pasar tiempo juntos.
La obra de la biblioteca llegó a su fin, estábamos a sábado y hoy sería la gran inauguración de la misma.
Estábamos felices de que todo haya tomado un rumbo tan bueno en nuestras vidas, parecía mentira que las cosas salieran tan bien, aunque hay veces en las que siento que no merezco todo lo bueno que Emma ha traído a mi vida, fue como una brillante luz que despejó la obscuridad que me envolvía.
Me esforcé por verme bien, era una ocasión especial, así que decidí invertir en mi vestimenta un poco más de lo normal, quería estar a la altura de mi hermosa pelirroja.
Con un traje azul, una camisa blanca y unos zapatos de vestir negros que me habían costado más de lo que quiero recordar, salí rumbo a el departamento de Emma.
Necesitábamos estar en el lugar a las ocho de la noche, iba a ser una gran fiesta para todas las personas del barrio, pero no solo eso, sino que gente muy adinerada asistiría al evento, ya que recibiríamos donaciones para que el lugar se mantuviera en óptimas condiciones, a las personas ricas les gusta derrochar su dinero, esta vez lo harían por una muy buena causa.
Estacioné el auto y quedé pasmado en mi asiento, aquella imagen frente a mí, me dejó con la boca abierta, Emma traía puesto un hermoso vestido color esmeralda con detalles de pedrería en su escote, se amoldaba tan bien a su cuerpo que no dudaba que fuese hecho a medida.
Era como si una diosa mística estuviera parada frente a mí.
El ver la sonrisa que se formó en sus labios al bajar a su encuentro, me llenó el pecho de una sensación reconfortante, esta hermosa mujer lograba que mi corazón latiera desbocado.
Se tiró a mis brazos apenas tuvo oportunidad, la recibí gustoso, nuestras bocas se unieron casi al instante por pura inercia, necesitaba de su cercanía y su tacto más de lo que me hubiese gustado admitir, se había convertido en alguien tan importante y especial en mi vida en tan poco tiempo, que llegaba a asustarme la magnitud de mis sentimientos.
-Te ves verdaderamente hermosa.
Dije mientras me separaba un poco de ella, para poder verla a los ojos.
-Tú estas increíblemente guapo cariño.
Me volvió a besar con sus tiernas manos aprisionando mis mejillas.
-Debemos irnos si no quieres que la anfitriona de esta noche no llegue al lugar, porque su desquiciado novio la aprisione en su departamento para arrancar de su cuerpo el sensual vestido que lleva puesto.
La voz me salió ronca por la excitación de solo imaginar esa escena en mi cabeza, me replantee verdaderamente el ir al evento, la idea de quedarme junto a Emma se había vuelvo algo tentadora.
-Ni lo sueñes pervertido, debemos irnos ya, si queremos llegar a tiempo.
Emma tomó mi mano y me llevó junto a el auto, le abrí la puerta del copiloto para luego entrar sentándome frente al volante.
Los nervios eran evidentes en Emma, se notaban en la forma en que mordía su labios, sus dedos tamborileaban contra sus muslos en un gesto casi inconsciente, verla así de nerviosa era algo extraño, ella siempre desbordaba seguridad en todo momento, pero sabía que este proyecto la había desvelado durante muchas noches, era tanto el cariño que había tomado por los chicos de nuestro vecindario, que se había esforzado en demasía para que todo estuviese perfecto y fuera del agrado de cada uno de ellos.
-Tranquila bonita, todo saldrá de maravillas.
Tomé su mano realizando suaves caricias en ella, cortando el contacto de nuestra piel únicamente cuando debía de bajar o aumentar los cambios.
Al llegar al lugar pudimos ver que había una gran cantidad de gente, Emma apretó fuerte mi mano cuando la magnitud de lo que había creado la golpeó.
El lugar era enorme, un edificio de cuatro plantas, no solo había una inmensa y completa biblioteca, sino que había desde salas de juego, un gimnasio y en el último piso un gran cine.
Se podían ver las canchas en la parte de atrás, una gran piscina y un hermoso parque rodeaban la magnífica estructura, era demasiado perfecto e irreal.
La gente se acercó a nosotros saludándonos con sus ojos llenos de lágrimas y grandes sonrisas en sus labios.
Frente a las grandes puertas se encontraba un escenario, montado especialmente para la ocasión.
Acompañé a Emma mientras subía y se posicionaba frente al micrófono con una inmensa sonrisa.
Después de un gran y alentador discurso, la gente se volvió completamente loca al comprender que todo aquello se había hecho únicamente para el disfrute y beneficio de ellos.
-Quiero tomarme unos momentos, para agradecer de forma personal a la persona que ha estado a lo largo de todo este gran y hermoso proyecto, que nos ha llenado el alma…
Hizo una breve pausa, mientras su mirada se posicionaba en mí.
- Gracias a él es que, todo esto se llevó a cabo, ver el cariño y la devoción por estos chicos, su preocupación genuina por ellos fue lo que me motivó, gracias a Daimon Smith todo esto se ha hecho realidad… démosle un fuerte aplauso.
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Editado: 12.03.2020