Quiero Que Me Pertenezcas

QUINCE: Pistas

—A ver señora —dijo Nabal tocando su sien ya fastidiado —. Entienda que, mi cuartel no es un cuarto de juegos, y puede venir a decirnos y luego darse la vuelta.

Su compañero de trabajo le dio una mirada de reojo sin despegar la vista de los papeles.

—Dígame algo creíble, para tomarlo con seriedad —sugiere con poca amabilidad. Le da una seña a Ortiz que rápido cierra la carpeta y asiente.

—Hace dos días alguien entro a casa —empieza a redactar con nerviosismo,— no quince hacer mucho alboroto porque tenia de visita a Pamela. Después llame a mi hija Milana donde no contestó, llame a su tía y nada, luego a su padre.

—¿Qué usted no tiene contacto con el señor Camarena? —interrumpe Kevin anotando algo en su libreta.

—Vera, desde que me divorcie no e vuelto a tener contacto con él, mi hija es quien lo tiene.

—¿Ni por su hija?

—No señor Linares.

Hizo una mueca de enfado, Ángela si tenia contacto con su esposo. Aunque sus hijos lo daban por muerto.

—Eso esta mal —interviene. A lo que la señora Sandoval agacho la mirada apenada. —Debe tener comunicaciones y mas cuando ocurre esto.

—Solo quiero que encuentren a mi hija —susurra con pesar. Mira que una lágrima rueda por su mejilla.

Kevin le tiende una servilleta ya que no contaban con más.

—Ortiz —mira al muchacho que suelta la libreta. —Abramos de nuevo el caso de Milana Camarena Sandoval.

—Claro, señor —sale de la pequeña oficina para traer el folder, donde estaba lo recaudado en lo anterior.

—Si nos permite veremos la habitación de su hija —comunica con voz áspera. La señora asiente si levantar la cabeza.

Desaparecida, que bien. Otro caso que tendría que resolver, como si ya tuviera suficiente con el caso de Cecy Coronado y su familia pidiendo respuestas cuando la familia ni ponía de su parte.

Le indica a la señora Sandoval que es todo y ellos le informaran de lo que se pueda hallar.

—Tengo al primer sospechoso, mi sobrino Ancel Leyva Escalona —comunica dando unos pasos a la puerta.

Ortiz toma lo necesario para acompañarle a la casa del susodicho.

~•~

Ángela le tendió una taza de café a él y a su compañero que tan solo asintió. Mientras esperaban a que Pamela le hablara a su hermano, el cual bajo a unos minutos con el ceño ligeramente fruncido.

—Buenos días —saluda con amargura. Él le hizo una seña para que se sentara, a lo que Ancel rápido acato la orden y le miro con desdén.

—Ancel,  interrogatorio y ahora traigo una escusa para hacerlo. —Ancel no dice nada, sólo se queda mirándole seriamente  —, ¿Sabrás que tu novia Milana esta desaparecida?. Otra vez.

El chico abre sus ojos con sorpresa para llevarse su mirada a su tatuaje y luego negar.

—No lo sabía.

Ortiz entrecerró los ojos y lanzo su primera pregunta antes que él.

—¿Cuándo fue la última vez que la viste?

Ancel se quedó callado por un par de segundos.

—Hace una semana, de hecho vino aquí a casa —responde algo inquieto.

—¿Tendrás alguna idea donde este?

—Si lo supiera ya la hubiera ido a buscar. Arreglar el problema que tenemos ¿no creé?

Mira de reojo a Ángela que esta atento a lo que le preguntan a su hijo, él solo da un suspiro.

—Responde —exige con voz severa.

—Siempre se va con su padre o su tía —dice algo fastidiado.

—¿Qué problema tendrían? Porque no es el primer problema que tiene.

Ancel lanzo un bufido de irritación, Kevin solo anotaba en el cuaderno cosas útiles.

—Una estupidez —le dio una mirada severa. A lo que su sobrino gruño en respuesta —, un pelea que no tuvo sentido. Era sobre la graduación.

No le sonaba muy convencido pero tan solo asintió dándole a entender que tragaba la mentira.

Se puso a hacer mas preguntas sobre Lana, lo cual se mostraba un poco inquieto. Solamente pensaba que su sobrino estaba así; por el hecho de culparlo por lo de Cecy Coronado y ahora esto. 

—¿Podemos inspeccionar tu habitación?

Ancel levantó sus cejas y volteo a ver a su madre.

—¿Traen orden? —contraatacó. Ese niño si que se estaba portando grosero. — Todo legal agente Linares.

Dio un bufido irritado.Ortiz le mostro un mensaje que le hizo desquite.

Él no necesitaba nada para que le dieran opción, pero ahora se salvaba por el hecho de encontrar una pista del asesino de Cecy.

—Mañana volvemos. Y traeré esa orden Leyva —se puso de pie, y su sobrino tan solo asintió.  —Ortiz.

Su compañero se puso de pie. Dieron las gracias y saliendo de la casa.

—¿Qué novedades son? —pregunta viendo a la calle.

—Analizaron el teléfono celular de Coronado y, encontraron en el un correo que la sito en el lugar —sonrió para si mismo. —Solo necesitamos saber a quien corresponde. Además, en el colegio de las cosas de Milana Camarena encontraron notas.

—Hay trabajo que hacer. 
 




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