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Pov. Eros
Tomo el último trago de la botella que tengo en la mano, mi cabeza duele a Morir, no puedo pensar en nada más que nose en que Rosie está muerta por mi culpa.
Hace unas horas regrese del Barranco, e estado bebiendo desde entonces.
Juliana entra a la oficina con los ojos cristalizados y mirándome con rabia.
— ¿es cierto? — me pregunta.
Se muy bien a qué se refiere, no soy capaz de decir ni una sola palabra, de mi boca no sale la palabra "si, Rosie está muerta"
— vete — le digo.
— ¿Que me valla? Eres un maldito egoísta, Rosie está muerta y lo único que haces es beber como loco ¿Crees que tomando vas a revivirla? — me pregunta.
Se que no lo puedo hacer pero la maldita culpa está acabando conmigo y cada segundo que pasa va matando.
— vete — le repito.
— ¿Sabes? Para que te mate más la conciencia, le gustabas, ella tenía sentimientos hacia ti — dice antes de salir.
Estallo el vaso contra la pared y jalo mi cabello por la frustración, me siento una jodida mierda, pedí a mi madre, perdí a Elizabeth y ahora a Rosie y lo más seguro que Stephen deje de hablarme.
Escucho la puerta abrirse y Álvaro sonriente entra.
— ¿Que diablos haces aquí? — le pregunto.
— me enteré de la muerte de Rosie, quería verte — dice con su misma sonrisa.
— ¿Verme? Pues ya me viste ahora largo — le digo.
Sus ceño se frunce pero vuelve su perfil relajado y su sonrisa macabra.
— eres un verdadero estúpido — dice.
— lo soy — concuerdo.
— ella no está muerta — dice.
— claro — digo tomando desde el pico de la botella.
— ¿Crees que nunca mandé a mis hombres a vigilar a Rosie? — me pregunta — por que si lo hice, supe donde la tenían, supe cuando Roger se la llevó y se que no está muerta — dice — está gravé, pero no muerta.
— ¿Que te hace pensar que te voy a creer? — le pregunto con ironía.
— ¿Viste su cuerpo muerto? ¿no has pensado que si estuviera muerta Roger estaría Aquí intentando matarte?
Sus palabras tenían sentido pero no podía confiar en su palabra, el mato a mi hermana y madre aún no se porque no le e volado la cabeza.
Saco mi arma como puedo y le apunto a la cabeza.
— dame una razón para no matarte como un perro — le digo.
—por mi sabes que Rosie está viva— dice antes de girarse sobre su propio eje.
Jalo el gatillo y en un segundo su cuerpo cae.
— ¿Creíste que después de lo que le hiciste a mi hermana y madre te dejaría con vida? — le pregunto riendo sin gracia al tiempo que me acerco a el.
— no sabes lo que disfrute matándolas a ambas — dice ahogándose con su propia sangre.
— nos vemos en el infierno — le digo vaciando el peine sobre su cabeza.
Los agujeros hechos por las balas no duran un segundo antes de votar sangre.
Tiro el arma al suelo vuelvo a beber otro trago.
La casa parece un maldito cementerio, sin nada de ruido y eso me hace sentirme malditamente culpable.
— hermanito — la voz de Erick llega a mis oídos y maldigo.
— ¿Hoy es el día de las visitas no deseadas? — pregunto bajando los escalones.
— vine a que me presentarás a la cuñada —dice riendo — ¡ah! Cierto, está muerta.
Tenso mi mandíbula ¿Como diablos se enteró se eso?
— ¿Que quieres Erick? — le pregunto con la esperanza de que se vaya lo antes posible.
— nada, solo quería confirmar si en verdad esta muerta — dice antes de acercarse a una botella de whisky y servirse.
— vete de aquí — le digo.
— ¿Irme? No tienes idea de lo que disfruto verte sintiéndote culpable — dice. — ¿A que hora iremos al funeral?
— lárgate — le digo entre dientes.
— bien, ya que no me quieres aquí por esa causa te diré la verdad, el F.B.I te está pisando los talones — me dice serio.
—¿Desde cuando te preocupas por mí, Erick? — le pregunto.
— van a atraparte — dice entre dientes.
— no me importa — le digo dándole un trago a la botella.
— ¡No puedes estar siempre así por una mujer! — me dice.
— ¡no tienes ideas de lo malditamente culpable que me siento! — digo reventando la botella contra la pared.
— ¡esta muerta, quizás no fue tu culpa así que vete se aquí antes de que te maten! — me grita.
— ¡por eso no me voy a ir por que esta muerta y me vale verga lo que pase ahora! — le grito.
— ¡estabas igual cuando murió Elizabeth y mamá y te repusiste ahora has lo mismo! — me grita.
— ¡¿por que te importa tanto?! — le pregunto.
— ¡eres mi jodido hermano! — me responde.
Me apoyo de la pared y dejó que mi cuerpo se deslice con lentitud por ella.
Me quedo mirando a un punto fijo, mi mirada está perdida, por ella parezco una mierda, por ella voy a dejar que la policía me atrapé.
Niego varias veces y miro a Erick.
— ¿te gustaría volver hacer los hermanos "E"? — le pregunto.
— levántate — me dice entendiéndome su mano.
Me levanto del suelo con sus ayuda y nos damos un abrazo.
— tienes que ir a su funeral — dice.
— no — le digo frío — por ella estuve a punto de joderme, ahora que se joda ella — le digo saliendo de la casa.
Lo último que quiero es volver a escuchar su nombre, antes me había jurado jamás sentirme culpable por la muerte de nadie y la de ella me hizo hacerlo, me lo vuelvo a jurar, pero esta vez nadie más me va a volver a joder.
Me monto en la camioneta con Erick y arrancamos hacia algún lugar.
— ¿Donde iremos? — le pregunto.
— volveremos a New York — dice tranquilo — este país no es para ninguno de los dos.
Dos helicópteros pasan hacia mi mansión y suelto un suspiro cansado, estoy cansado, necesito y dormir.
Y eso fue lo que hice no paso más de dos minutos antes de dejarme caer en brazos se Morfeo.
Pov. Stephen
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suspenso nada es lo que parece, jovenadulto, romaces y violencia
Editado: 09.09.2020